Ya pueden avanzar las generaciones, aparecer avances gráficos y nuevas tecnologías, que los aficionados a los juegos de gestión tipo Tycoon saben que muchas veces no hace falta más que un buen planteamiento de simulación para pasar horas y horas frente a la pantalla para conseguir que tu parque, hospital o ciudad funcione de manera estable ante cualquier imprevisto, manteniendo un crecimiento constante sin descontrolar la economía. Son juegos y naturalmente todo se explica de manera simplificada, pero en el fondo tienen bastante de educativo.
Good Company es uno de los nuevos títulos de este estilo que está en Acceso Anticipado y nos ofrece eso que seguro que ha sido el sueño de muchos: crear nuestra empresa. Su campaña –también cuenta con un modo libre- nos habla de cómo las grandes corporaciones han golpeado la industria local de nuestro hogar. Así pues, nos ponemos manos a la obra para montar un negocio muy básico con nuestro garaje, mucha voluntad, una mesa de trabajo y pequeños componentes electrónicos. De ahí a ensamblar calculadoras, contratar empleados que automaticen tareas y empezar a funcionar como una auténtica compañía sólo hay un paso.
Capitalismo a golpe de click
Antes de empezar en el modo libre -que será donde más diversión encuentren los jugones- es muy recomendable empezar por la campaña, que también actúa de tutorial; incluso si tienes experiencia en el género, te ayudará mucho a saber cómo moverte por los menús y no dar palos de ciego; una vez te acostumbras al control es intuitivo, pero requiere algo de tiempo. La campaña es una serie de misiones que nos plantean desafíos y, de paso, aprendemos paso a paso cómo se organizan las cadenas de montaje, se investigan nuevos artilugios y demás.
Good Company está ambientado en una versión alternativa de los años 70/80, esa época de grandes cambios donde la informática empezaba a evolucionar en los garajes estadounidenses y los programadores e ingenieros podían convertirse en grandes magnates –como así sucedió-. Y tú estás a punto de escribir tu historia de éxito o fracaso.
Básicamente, disponemos de una zona de entrada con los recursos que necesitamos –baterías, carcasas, etc-. y la mesa de trabajo, que funciona al estilo habitual de una "receta": selecciona el objeto a crear, que necesita una cantidad de recursos, espera el tiempo necesario y llévalo a la zona de salida. Esos componentes puedes venderlos o reservarlos para fabricar productos más elaborados. Y ya está, más o menos, porque todo se irá complicando, necesitarás mantener un buen ritmo de producción, vigilar que el dinero y mantener las ideas claras con la disposición de las mesas; al principio esto parece irrelevante pero cuando hay decenas agradecerás localizar fácil la mesa que produce algo en concreto, además de ahorrar muchos viajes -tiempo perdido- a los trabajadores, sobre todo hasta que consigues cintas transportadoras.
Good Company utiliza el ciclo habitual de estos gestores. Necesitarás diseñar nuevos proyectos, mantener el flujo de producción y que todo el equipo esté optimizado, sin perder tiempo. Esa es la diferencia entre jugar y jugar bien, y donde está la auténtica diversión del juego. La interfaz es bastante sencilla y se basa en pinchar y arrastrar objetos, pasando por ejemplo elementos de nuestro inventario a una de las zonas de carga. Pero para hacer todo esto es necesario llevar a nuestro personaje a cada punto y mandar la tarea –no somos un dios omnipotente que supervisa todo el mapa-, lo cual puede ser fácil en los primeros minutos, pero no tanto para producir las cantidades necesarias que requiere una auténtica empresa. Aquí entra en acción el modo de logística, que es la manera de programar a los trabajadores, conectando mesas que forman la cadena de producción, investigando componentes de más calidad para satisfacer la demanda… Ya sabes, empiezas desde lo más básico pero –sobre todo en el modo infinito de juego libre- el objetivo es convertirte en la compañía más exitosa, con decenas de empleados e instalaciones en tu imperio, y adaptarte a los cambios del mercado.
Si bien en apariencia no es un juego muy espectacular en gráficos, se agradece mucho el estilo minimalista que a más de uno le recordará a juegos de móvil. Inicialmente puede parecer desangelado, pero hay que tener en cuenta que, en las misiones más avanzadas, contarás con personajes activos y decoración, por lo que es clave tener una imagen clara de lo que pasa en pantalla. La música no es muy intrusiva y no molesta al cabo de muchos minutos en la misma pantalla.
Todavía en acceso anticipado
Good Company no está terminado y recibirá más contenido, opciones, niveles de la campaña, productos para producir… A corto plazo están previstas más posibilidades de logística y modificaciones que alteran las reglas –retos de la comunidad-, entre otras novedades.
A medio plazo empezarán a llegar novedades mucho más jugosas. Tendremos los empleados con diferentes habilidades, lo que se agradecerá bastante porque ahora mismo no hay diferencias entre contratar a uno u a otro incluso si el salario es distinto; en teoría, esto permitirá que puedas elegir el mejor empleado para el puesto en el que más se adapta, no cualquiera para cualquier mesa de trabajo. Quizás se profundice en más aspectos humanos, por ejemplo la experiencia que ganen los empleados con más tiempo en la empresa, sistema moral, etc. Hay mucho potencial en esta área que por ahora está algo descuidada, y los desarrolladores animan a aportar ideas para mejorar el juego.
También se planea añadir multijugador cooperativo, es decir, crear esa megacorporación pero con tus amigos, un control de calidad que ofrezca los productos de más nivel o el lanzamiento de campañas de marketing que aumenten las ventas. En el largo plazo se podrá contar con robots de gran tamaño, más herramientas de modificación y firmar contratos de producción.
Una vida de éxitos y fracasos empresariales
Si bien Good Company no trata de reinventar nada en el género y todavía está por ver si logrará aportar esas capas más de flexibilidad a la creación y gestión, la verdad es que el juego apunta muy buenas maneras y capaz de competir con otros gestores más veteranos, quizás no ahora mismo, pero sí con el tiempo. Los fans del género no deberían perderlo de vista pese a que todavía quedan aspectos a pulir para hacer más cómoda las microgestiones más habituales –o que deseemos hacer de manera masiva- y que desplazar a nuestro protagonista por el mapa no será del gusto de todos.
Su precio actual es de 22,99 euros, y ya dispone de textos en español pero no hay fecha aproximada para su lanzamiento.
Hemos escrito estas impresiones con un código de la versión en Acceso anticipado que nos ha proporcionado Cosmocover.