Ghost in the Shell, la obra maestra de Masamune Shirow, es sin lugar a dudas uno de los mangas más importantes e influyentes de nuestra cultura actual. Las aventuras de Motoko Kusanagi y el resto de miembros de la Sección 9 asentaron las bases sobre las que muchos autores posteriores han creado sus universos de ciencia ficción, tanto en estética como en temática, por lo que a pesar de no inventar el cyberpunk, sí que se trata de uno de sus mayores representantes y exponentes de lo que el género puede llegar a dar de sí.
No en vano, su primera película de animación, dirigida por Mamoru Oshii y animada por Production I.G., puso el mundo del anime patas arriba en 1995 tanto por la calidad técnica que desprendía como por lo que se nos contaba en ella, terminando dejar bien claro que la animación japonesa es un medio tan válido como cualquier otro para contar historias adultas, complejas, duras y apasionantes, algo de lo que Akira ya nos dio el primer aviso años antes.
Como todo producto de éxito, no tardaron en llegar multitud de nuevas series y películas, aunque curiosamente nunca ha sido una licencia a la que se le haya sacado demasiado partido en el mundo de los videojuegos y apenas existen adaptaciones que nos hayan permitido disfrutar de este universo en nuestras consolas (y los pocos que se han estrenado tampoco es que fueran para echar cohetes precisamente).
Ahora, una década después de la emisión en televisión de Ghost in the Shell: Stand Alone Complex, nos llega un nuevo videojuego basado en ella gracias a First Assault Online, aunque probablemente el formato escogido para dar vida otra vez a este mundo de ciencia ficción no sea el que los fans esperábamos.
Para poneros en situación, nos encontramos ante un juego gratuito multijugador online de acción en primera persona, de modo que si esperabais encontrar aquí algo de la excelente narrativa de la serie o de sus inteligentes diálogos, lo mejor será que miréis para otro lado, porque aquí únicamente os dedicaréis a pegaros tiros contra otros jugadores.
Lo primero que hay que destacar es que existen diferentes personajes jugables, aunque al principio solo nos permitirán desbloquear uno (el resto ya os lo podéis imaginar, jugando muchísimas horas o pasando por caja). Estos son los miembros de la Sección 9 y cada uno de ellos cuenta con una habilidad propia y única que lo diferencia del resto, como la posibilidad de utilizar camuflaje óptico, lanzar un cohete desde el brazo o colocar una torreta.
Lo interesante es que estas habilidades pueden ser compartidas con nuestros compañeros, quienes pueden "descargarse" los datos de la misma acercándose a nosotros para disfrutar de sus efectos, algo con lo que se ha buscado potenciar el juego en equipo. Por lo demás, todos los personajes son prácticamente iguales (a excepción de su apariencia física, claro), por lo que no encontraréis grandes diferencias de controlar, por ejemplo, a Kusanagi, Batou o Togusa, más allá de sus habilidades propias.
En lo que se refiere a su jugabilidad, nos hemos encontrado con un juego de acción muy genérico y básico que no se esfuerza demasiado en sacarle todo el partido a la licencia en la que se basa. Por ejemplo, el uso de las armas no termina de sentirse bien del todo y disparar con ellas no es una experiencia demasiado divertida ni satisfactoria (y eso sin contar lo poco útiles que resultan muchas de las que hemos probado).
A este hay que sumarle otros fallos, como lo pequeños y limitados que resultan los mapas (no están especialmente bien diseñados tampoco) y, sobre todo, lo terriblemente mal colocados que están los puntos de reaparición, pudiendo llegar a resultar muy frustrante por lo mal equilibrados que están. De la misma forma, la detección de impactos necesita algunos retoques.
Respecto a sus modos de juego, decir que hemos tenido la oportunidad de probar tres distintos: el clásico duelo a muerte por equipos, que es el que menos nos ha gustado y el que peor se adapta a la fórmula del juego, Dominación, nuestro favorito, y Demolición. Dominación es probablemente el modo más "Ghost in the Shell" de todos, ya que aquí nuestro objetivo será conquistar unos puntos concretos del mapa.
Cuando uno de ellos pase a estar bajo nuestro control, invocaremos a un Tachikoma, los entrañables tanques/robot con IA propia que conocimos en la serie, quien se encargará de llenar de plomo a nuestros rivales, obligando al equipo contrario a enfrentarse a nosotros mientras intenta destruirlo. Los Tachikomas son muy resistentes, así que podemos intentar hackearlos para exponer sus puntos débiles y destrozarlos en un momento, aunque llevar a buen puerto el pirateo es algo que necesita su tiempo y si nos matan tendremos que empezar desde cero. El mayor problema que le hemos visto a esta modalidad es que suele costar bastante remontar una partida tras la primera conquista, por lo que no le vendrían mal algunos ajustes para encontrar un equilibrio mejor.
En cuanto al modo Demolición, es el más táctico de los tres y se desarrolla por rondas, dividiendo a los equipos en atacantes y defensores, papeles que se intercambian tras cada una de ellas. Aquí solo tenemos una vida, por lo que solo podremos ganar eliminando al equipo contrario al completo, haciendo estallar una bomba en un punto clave del mapa si atacamos o aguantando sin que se produzca este último en el caso de que defendamos. Es un modo muy pausado y en el que conviene jugar con cabeza nuestras cartas para hacernos con la victoria y que jugado con amigos resulta muy entretenido.
Al tratarse de un juego gratuito, todo el título está pensado para que juguemos muchísimas horas o nos dejemos unos cuantos euros en acelerar el proceso de desbloqueo de contenidos. Se necesitan muchas partidas para subir de nivel y obtener los créditos suficientes para comprar armas y obtener personajes, y además necesitaremos usar mucho nuestro armamento para poder acceder a los accesorios con los que podremos personalizar nuestro arsenal y adaptarlo a nuestros gustos y necesidades.
De hecho, hay más opciones y profundidad de la que aparenta a simple vista, ya que indagando un poco por los menús descubriremos que podremos instalar diferentes chips a nuestros personajes para potenciar y mejorar sus habilidades de combate, consiguiendo que se muevan más rápido o que sean más efectivos con un tipo de arma concreta.
Estos chips se desgastan con el uso, de modo que nos tocará renovarlos constantemente (se suelen conseguir de forma aleatoria tras cada partida) y desbloquear más ranuras para que así podamos tener más de uno instalado a la vez. No hemos podido jugar lo suficiente como para comprobar si esto puede llegar a producir graves desequilibrios que acaben convirtiendo el juego en un temido "pay-2-win", por lo que habrá que ver cómo evoluciona.
Gráficamente el título no es tampoco ninguna maravilla, con unos modelados simplemente correctos y unos escenarios vacíos y muy impersonales. Además, tampoco son demasiado variados a nivel visual y las animaciones tienen todavía mucho trabajo por delante. Finalmente, del sonido decir que el título cuenta con el doblaje inglés y que los efectos cumplen su función sin grandes alardes, aunque en modos como Demolición se vuelven muy importantes al darnos pistas de dónde están nuestros enemigos, un buen punto a su favor.
Sabemos que Ghost in the Shell: Stand Alone Complex - First Assault Online acaba de estrenarse en Steam Early Access y que todavía le queda muchísimo camino por recorrer antes del estreno de su versión final, de modo que si Nexon se toma el producto realmente en serio, atiende a la comunidad, añade más contenidos, retoca todo lo que falla, pule lo que funciona y consigue imprimirle algo más de personalidad, podríamos acabar recibiendo un juego muy entretenido y a tener en cuenta. Pero actualmente está muy verde, por lo que quizás prefiráis esperar a que se lance su versión final gratuita antes de experimentar cómo se siente al ponerse en la piel de los miembros de la Sección 9.