Hace unos meses que conocimos de la existencia de Disintegration, un nuevo título de uno de los cocreadores de Halo, Marcus Lehto, que apuesta por una arriesgada fórmula jugable que mezcla, a su manera, los juegos de acción y disparos con los títulos de estrategia para dar un nuevo giro de tuerca al género de los FPS.
Esta misma semana el juego ha iniciado su fase beta que hemos podido probar en Vandal tras acudir a una presentación del juego y que sirve, mayoritariamente, para probar aspectos técnicos a nivel de conexión y servidores permitiéndonos, eso sí, catar un anticipo de lo que será el juego final que tiene prevista su llegada en el 2020.
Disintegration, un universo con muy buena pinta
Al acudir a la presentación de Disintegration, Marcus Lehto nos habló acerca del universo que habían desarrollado para todo el juego que contará tanto con una campaña para un jugador como con el modo multijugador que está en estos momentos en fase de pruebas. Precisamente, fue todo el concepto del universo de juego (que comenzó su proceso creativo hace seis años) y la historia que se nos contará en la campaña lo que más nos llamó la atención del título.
En Disintegration, las naciones colapsan y la humanidad está a punto de desaparecer por culpa de una pandemia. Para salvar a la humanidad se decide realizar un proceso llamado "Integration" en el que el cerebro humano se traslada a cuerpos robóticos inmunes al virus que está acabando con todos los seres humanos. En la campaña deberemos de tomar el control de un antiguo piloto que quiere salvar lo que queda de la humanidad y volver a ser humano utilizando un proceso llamado Disintegration.
A los mandos de Disintegration
Pese a que la campaña es lo que más nos ha atraído del juego hasta ahora, en la beta cerrada lo que hemos podido probar es el modo multijugador, pudiendo jugar en dos mapas y a dos modos de juego distintos para ir haciéndonos una idea de lo que va a ser la vertiente más competitiva de este particular juego.
Disintegration es un juego muy particular y en él controlaremos una nave de combate con la que nos moveremos y podremos atacar a nuestros enemigos mientras, al mismo tiempo, tenemos que dirigir un pequeño escuadrón que nos acompaña y nos da apoyo desde tierra, teniendo que combinar los momentos de disparos de nuestra nave con la gestión propia de un juego de estrategia dando órdenes a nuestras unidades terrestres.
Antes de enfrentarnos a nuestra primera partida multijugador, Disintegration nos hizo pasar por un tutorial de unos 10 minutos que nos sirvió para aprender los controles que nos permitirán manejar, a la vez, nuestra nave de combate mientras damos órdenes a nuestras tropas en tierra.
Estos controles en sí son muy sencillos y nos acostumbramos a ellos rápidamente, pudiendo desplazar la nave con "WASD", apuntando y disparando con el ratón, haciendo zoom a la mirilla con el botón central del ratón (quizás lo más raro), controlando la altura de la nave con las teclas mayúsculas y control e impulsándola hacia cualquier dirección con la barra espaciadora mientras podíamos alternar entre dos modos de disparo de nuestra nave con la tecla Q.
Por su parte las unidades terrestres se manejaban de forma muy sencilla, pulsando el botón derecho del ratón sobre la zona del mapa a la que queramos que se dirijan, o utilizando el mismo botón para pedirles que accedan a un panel de control o ataquen a un enemigo en concreto. Además, los botones 1, 2 y 3 nos permiten seleccionar y utilizar las habilidades propias de nuestro pelotón (como bombardeos, barreras protectoras…). Como decimos, son controles a los que nos hemos acostumbrado muy rápido por lo que Disintegration, en ese sentido, se ha mostrado como un juego muy intuitivo en contra de lo que pudiera parecer.
Una idea interesante… con poca chispa en el multijugador
El concepto de Disintegration nos parece muy interesante, así como todo lo que rodea su mundo de juego o su campaña además de que los controles, como os acabamos de decir, son más intuitivos de lo que podrían parecer en un primer momento. Sin embargo, cuando hemos comenzado a jugar al multijugador no nos ha parecido que el juego tenga demasiada chispa en esta vertiente al menos en sus primeras horas de juego.
Los modos de juego no nos han resultado demasiado innovadores y son bastante típicos de los modos multijugador de cualquier FPS contando, al menos en esta beta, con un modo en el que había que controlar 3 zonas y con otro algo más original en el que debíamos de coger unos núcleos y llevarlos a otra zona para conseguir un punto.
El problema no está tanto en los modos en sí como en que las unidades terrestres, al menos durante las primeras horas de juego, no aportan tanto, probablemente porque tengamos que acostumbrarnos a utilizarlas mejor, tanto nosotros como el resto de jugadores, por lo que en estos primeros instantes el juego se ha convertido en un mero "mata mata" en el que poder usar algunos poderes.
Evidentemente, todo esto puede evolucionar a medida que pasen las horas pero en un tiempo en el que la inmediatez prima por encima de todas las cosas, tenemos dudas de que un concepto tan original pueda tener la suficiente chispa inmediata en su multijugador como para atraer a los distintos jugadores de todo el mundo.
Además, el juego nos ha parecido muy bueno a nivel artístico, pero, en cuanto a sus gráficos, hemos quedado un poco desencantados con todo lo que se ha mostrado en la beta de Disintegration, quedándose un peldaño por debajo de los principales FPS del mercado actual a excepción de los títulos más veteranos.
Disintegration, un mundo interesante para su campaña... ¿pero quizás no tanto para su multijugador?
Tras conocer más de Disintegration y probar unas horas su multijugador en la beta cerrada nos hemos quedado con un sabor agridulce, ya que el universo de ficción del juego y todo lo que nos puede aportar la campaña nos atrae bastante, así como el concepto a nivel jugable, que nos parece un giro de tuerca con mucho potencial de cara al futuro.
Sin embargo, lo que hemos podido probar del multijugador en la beta cerrada no nos ha gustado tanto, probablemente porque el juego necesite bastante tiempo para que tanto nosotros como nuestros compañeros de partida aprendamos a convivir con todos sus pormenores en el manejo de las naves o en el de las tropas terrestres.
Esto provoca que, a la par de que tenemos muchas ganas de probar su campaña, profundizar en sus particularidades jugables y ver a dónde nos conduce la historia de Disintegration, no estemos demasiado entusiasmados con su multijugador, al menos, por ahora.
Hemos realizado estas impresiones después de jugar a la beta en PC con un código que nos ha proporcionado Best Vision PR.