X
Juegos
Foro
Plataformas
Fecha de lanzamiento:
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Deep Silver
Producción: Deep Silver

Impresiones Dead Island: Epidemic

Los muertos vivientes y las criaturas mutantes de Dead Island vuelven a nuestras pantallas bajo un nuevo estilo y formato de juego MOBA de lo más divertido, pero fiel a las bases y aspectos estéticos de la serie original.
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión PC.

La diversificación de sagas y franquicias, es algo cada vez más habitual en la industria del videojuego. Por doquier nos encontramos con series de juego, personajes y universos que tienden a apostar por secuelas, precuelas o títulos de similar planteamiento y estética, pero que intentan experimentar con géneros, mecánicas jugables y personajes más arriesgados o diferentes. A día de hoy es una práctica común, que sirve a las editoras y desarrolladoras, aprovecharse del tirón de una saga.

En otras palabras, estos juegos, son los que se conocen como "spin-off". Dead Island llegó a nuestras consolas y compatibles hace un par de años, prometiéndonos una experiencia en primera persona en una suerte de archipiélago tropical lleno de resorts, playas y ciudades exóticas tomadas por completo por zombis y otras criaturas mutantes.

El juego coqueteaba con el gore, la supervivencia y el survival horror, mientras arrojaba elementos característicos del género de rol. Dead Island funcionó muy bien y gozó al poco tiempo, de una suerte de expansión y secuela que pulía errores y traía nuevos escenarios e historias con los mismos personajes.

Ahora, en plena efervescencia de lo que parece el género dominador en PC, el MOBA, Deep Silver se tira a la piscina con una suerte de adaptación del universo Dead Island a los parámetros jugables de dicho género. ¿El resultado? Pues la verdad más que notable. Probamos la fase beta cerrada disponible en Steam Early Acces -acceso anticipado- y contamos algunas de las novedades y características de lo que parece ser uno de los más entretenidos free-to-play del momento.

Epidemia apocalíptica en el paraíso

Dead Island: Epidemic es un título que respeta, hasta límites insospechados, la estética y la identidad visual, de los juegos originales. El juego está plagado de referencias y guiños, que van desde escenarios idénticos a los visitados en los otros juegos, a herramientas, armas y objetos directamente extraídos del imaginario de Dead Island y que forman ya parte de la mitología de la saga. De hecho, hasta los menús y textos -en inglés, al menos en la versión que hemos probado y está disponible en estos momentos- son fiel reflejo de lo visto con anterioridad.

Pero es en su matriz jugable, donde Dead Island: Epidemic se distancia de sus antecesores. Dead Island: Epidemic es un juego más frenético, directo y desenfrenado, abandonando la perspectiva en primera persona por una visión global, casi cenital, del campo de batalla. De esta manera, Epidemic acaba enmarcándose de manera descarada y fresca, en lo que podríamos considerar un hack and slash con marcados tintes de MOBA, el género predominante en PC en los últimos tiempos -o al menos, uno de los más populares-. Dead Island: Epidemic funciona a medio camino entre ambos, y la verdad, es que le sienta estupendamente. Primero, porque decide tener cierta identidad propia en su control y planteamiento en cuanto a evolución y manejo de personajes, y segundo, porque ahonda en un aspecto que hizo especial a la saga: la construcción y mejora de armas en las estaciones de trabajo.

Dead Island: Epidemic comienza con una especie de tutorial, que nos narra el apocalíptico despertar -en una playa desierta- de uno de los personajes. Es aquí, sin conexiones online ni retos de ningún tipo en los que competir contra otros jugadores, donde establecemos el primer contacto con el control y el planteamiento del título. Empezamos sin armas, sin características especiales de ningún tipo, y tras unos minutos de exploración -con zonas de recreo, piscinas y jardines llenos de cuerpos y destrozos que nos invitan a pensar que algo horrible ha sucedido mientras yacíamos inconscientes-, aprenderemos a sobrevivir por nuestra cuenta golpes mediantes.

Tras charlar con algunos supervivientes -repetimos, un nexo de unión que nos recordará al juego original-, vislumbraremos parte de la mecánica principal de Dead Island: Epidemic. En pocos segundos, nos veremos asediados continuamente por oleadas de inquietos y hambrientos zombis, y deberemos aprender a la dicotomía que marca el movimiento y la acción en Epidemic: la combinación entre teclas y ratón. Al contrario que en otros juegos de género similar, en Dead Island: Epidemic controlaremos con las teclas de nuestro ordenador el movimiento del personaje, mientras que la rapidez del ratón, servirá para marcar la acción y el ataque. No es fácil acostumbrarse al principio -sobre todo dada la tendencia imperante del género al point-and-click- pero es tan exigente, y está tan bien planteado y engarzado, que la combinación se hace muy adictiva. El tutorial se preocupa por enseñarnos, además de la interfaz o de ciertos aspectos de la evolución del personaje mediante experiencia, los atajos y teclas necesarias -así como accesos directos- que usaremos más adelante en el juego online, verdadero núcleo de Dead Island: Epidemic.

Dos modos online bien cimentados

Dead Island: Epidemic tiene dos modos online muy bien planteados. Por un lado, tenemos el denominado modo Horda, y por otro, el Carroñero. Horda es una suerte de modo historia, muy variado, en el que recorreremos diferentes escenarios junto a otros tres compañeros vía online, luchando contra interminables legiones de zombis y mutantes. Es un modo meramente cooperativo, donde los jugadores se apoyan para luchar contra el entorno -PvE-, que está regado de trampas, fases enrevesadas y jefes finales con mucha mala baba.

En la mayoría de las partidas asistimos a El modo Horda puede hacerse repetitivo una vez le tengamos cogida la medida, aunque es el sistema ideal para empezar a ganar experiencia con la que mejorar nuestro personaje o probar alguna nueva arma, herramienta… En las manos de Stunlock -desarrolladora del juego- queda la posibilidad de que, el modo Horda, siga evolucionando y aportando nuevos escenarios, enemigos y retos -los que hay en la presente beta cerrada no son pocos- a fin de que el modo de juego no quede abandonado a los pocos días o meses. Sea como sea, nos parece un modo muy variado en primera instancia, bien balanceado, y muy bien presentado de cara a las primeras horas de juego para todo aquel neófito en Dead Island: Epidemic. ¿Quieres ganar niveles, experiencia y objetos para competir en Carroñero? Empieza antes en el modo Horda.

Carroñero, el otro de los modos disponibles en esta beta o acceso anticipado, es el más atractivo y competitivo. Según en palabras de sus creadores, el modo Carroñero representa la esencia de Dead Island: Epidemic, pues combina el pulso competitivo entre jugadoras con la presión constante del entorno, dando a luz una combinación jugable que nos mantendrá en tensión como usuarios. En el modo Carroñero, los supervivientes de este particular hecatombe zombi, compiten por los recursos, mientras los incontables no muertos y criaturas mutantes hacen lo propio para estorbar y causarnos más problemas.

En este modo de juego, competimos en tres equipos de cuatro jugadores cada uno -doce jugadores en total-, y aunque en principio puede pensar que estamos ante una versión descafeinada de un MOBA, nada más lejos de la realidad. Los mapas, al contrario que en otros juegos similares, están muy bien delineados y distribuidos, con zonas comunes y de litigio, permitiéndonos como jugadores un extraño pulso por el control de estos lugares llenos de recursos y víveres mientras defendemos las otras posiciones de los jugadores.

Es decir, no tenemos una base propiamente dicha para cada equipo, más bien una serie de trozos del mapeado que podemos ganar y perder. De esta manera, se invita a los jugadores a ser más arriesgados y atrevidos, moviéndose el modo por el ímpetu y la codicia de conquistar una zona más con la que ganar la partida mientras robamos los víveres y recursos de los otros contrincantes y supervivientes y los llevamos a nuestro terreno -las victorias, cabe apuntar, se deciden por una suerte de cómputo de máxima puntuación-.

Las opciones para defender y conquistar son muchas, con lo que el modo, pese a lo frenético, tiene cierto componente estratégico. Podemos establecer torres automáticas en el perímetro del territorio a defender, levantar barricadas hechas con desechos, utilizar a los zombis a nuestro placer para asediar y presionar al enemigo -como en cierto capítulo de The Walking Dead-, o incluso, disponer de explosivos y otras trampas ocultas. Es el modo más divertido de los disponibles.

Así mismo, cada personaje disponible en la beta -de momento, se desconoce el número total de ellos- tiene un rol pronunciado, destacando aquellos que son expertos en el cuerpo a cuerpo, los diestros en las artes de curación y supervivencia y los duchos en la construcción y uso de armas de fuego y a corta o media distancia. El factor de personalización también es amplio, y es la forma en la que veremos, de manera física, las recompensas conseguidas en los modos de juegos y partidas disponibles en Dead Island: Epidemic. Es aquí donde también entra el banco de trabajo, uno de los elementos más característicos del universo Dead Island.

Todos los elementos, recursos, piezas y armas que vayamos recogiendo y desbloqueando, podrán gozar de modificaciones, cambios y reparaciones. Las posibilidades de mejora y cambio son muy grandes, y en muchos casos, pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte en el juego. Podemos encontrar desde estacas automáticas, palos con clavos y pinchos, lanzas hechas con engranajes, a escopetas, uzis y lanzallamas, terminando en otras más profanas como hachas, palas, bates o señales de tráfico -sí, como estáis leyendo-.

Un buen equipo puede convertir a nuestro personaje en una máquina de matar, y en el caso del Modo Carroñero, donde cada personaje suele tener un rol predeterminado -más y cuando formemos una suerte de grupo o sentimiento de camaradería con otros jugadores-. Ligado a este punto, nos encontramos con uno de los aspectos más polémicos: la inclusión de los micropagos y las compras de paquetes de mejora. Dead Island: Epidemic es un juego free-to-play, y por lo tanto, se nos ofertarán una enorme cantidad de paquetes, packs y opciones de mejora.

Encontraremos así, desde paquetes de inicio sencillos con armas únicas -el boom de las armas doradas sigue en pie-, personajes o puntos de equipo y personaje, a dinero del juego u opciones que nos recompensen haber adquirido y apoyado el título desde su fase beta. ¿Qué puede ocurrir al apoyar este sistema de juego? Estos boosters o paquetes pueden suponer un camino muy tentador -en función del precio y los intereses de cada uno-, que nos ahorre horas y horas de subidas de nivel y recolección de experiencia con el sudor de nuestra frente. De no encontrar un firme equilibrio, de un balanceo milimétrico, nos encontraremos con las habituales desigualdades entre los jugadores de pago y los que no lo son. El juego no obstante, premia la paciencia, y ofrece un buen número de materiales y planos para construir armas -por poner un ejemplo- con relativa facilidad, así que en cierta manera, esa diferencia entre jugadores de pago y los que no lo son, puede no llegar a producirse. De momento, es difícil aventurarse a asegurarlo.

Dead Island: Epidemic, es un juego muy bello y visualmente impactante. Su estilo gráfico roza la caricatura, algo que casa a la perfección con su sangrienta propuesta artística -plagada de zombis, chorros de sangre y criaturas putrefactas-. La perspectiva en tercera persona ayuda a que veamos entornos vivos, llenos de elementos animados, decenas de no muertos en pantalla, frenéticas animaciones y efectos climatológicos -así como una suerte de ciclo de día y noche en el modo Carroñero- de lo más cuidados.

Dead Island: Epidemic no pide demasiados requisitos técnicos -puede funcionar más o menos bien en un PC o portátil modesto, y rendir genial en otros equipos más potentes-, pero sí es verdad que adolece de varios problemas de optimización. No solo hablamos de problemas de conexión con el servidor -hemos tenido varios cortes y problemas a la hora de encontrar partidas-, también hemos notado bajadas pronunciadas en la tasa de frames sin motivo aparente. Aun así, Epidemic es un título que entra por los ojos -y por los oídos, sus efectos sonoros y música no están nada mal tampoco-. Habrá que ver si todavía avanza algo más técnicamente, o decide quedarse en el estatus actual aunque afianzando y retocando esos puntos negros en la estabilidad de los que hablábamos.

Unas bases prometedoras y una más que probable buena alternativa

Este "ZOMBA" -como han acuñado sus propios desarrolladores y editores-, ofrece dos grandes modos de juego con variantes -más una suerte de entrenamiento o modo historia para un solo jugador-, siendo el modo Carroñero, aquel en el que competimos contra otros grupos de usuarios por los recursos de los mapas mientras sobrevivimos a los zombis que nos asedian por los niveles, el más divertido y adictivo.

Su sistema de juego, que mezcla conceptos de los MOBA y los point-and-click más cercanos al rol, ofrece el equilibrio exacto y sus altas posibilidades de personalización -o crafteo- de armas y habilidades, complementan a la perfección la oferta jugable del título mientras aprovecha para ser fiel a las bases de los otros Dead Island anteriores. Pese a que se encuentra en una fase de acceso anticipado, y su futuro puede ser incierto debido a su coqueteo con el free-to-play -y al en teoría, escaso plantel de contenidos y modos de juego-, creemos que Dead Island: Epidemic se antoja y postula de momento, como una alternativa más que sólida a los títulos MOBA que pululan por las estanterías y tiendas digitales para PC.