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Fecha de lanzamiento:
NDS:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Capcom
Producción: Capcom
Distribución: Koch Media
Precio: 40,95 €
Jugadores: 1
Formato: Tarjeta
ANÁLISIS

Impresiones Okamiden

Toma tu pincel y vive una aventura mágica.
Versión NDS.

Cuando cada vez parece que los juegos se parecen más unos a otros y tienen una estética bastante parecida entre sí, de vez en cuando nos encontramos con alguna joya que nos demuestra que todavía hay grandes juegos con personalidad propia y dispuestos a sorprendernos. Esto pasó cuando Capcom nos trajo Okami, un título muy especial que constaba con un estilo visual que lo hacía único. El juego, lleno de magia, nos ponía en la piel de la diosa Amaterasu, quien tomaba la forma de un lobo blanco y debía expulsar la oscuridad del mundo. Ahora, años después de la aparición de aquel juego, nos llega la segunda parte en la que encarnaremos al hijo de la diosa.

En el primer juego se nos contaba cómo 100 años antes el mundo sufría el ataque del demonio Orochi al que la diosa Amaterasu y el héroe Nagi, vencen. Sin embargo, no será el fin de Orochi, pues al cabo de ese tiempo regresará, y la diosa y un descendiente de Nagi llamado Susano logran volver a recluirle en la aventura que jugamos en Okami, quedando Amaterasu muy debilitada.

Afortunadamente, gracias a las plegarias de la gente logra rejuvenecer y volver a los cielos para recuperarse. Y ahora, nueve meses después una nueva amenaza pesa sobre el mundo, y un nuevo héroe, un adorable cachorro de lobo blanco, deberá enfrentarse al mal.

Un héroe que no estará solo

Así pues, al comienzo del juego controlaremos al descendiente de Amaterasu, aunque no estaremos solos, ya que al igual de la primera parte, contaremos con el pequeño Issun como consejero, quien nos guiará en los primeros compases del juego, aunque pronto nos abandonará y nos dejará en manos de un nuevo compañero: el hijo adoptivo de Susano, llamado Kuninushi. Como vemos, la principal diferencia con respecto a su predecesor es que el lobo no luchará sólo, sino que el joven Kuni, nos ayudará ligeramente en los combates (por lo que hemos visto, su participación, al menos al principio, no es muy activa, aunque de vez en cuando saltará de nuestro lomo para atacar a los enemigos) y en la resolución de ciertos puzles. Pero aunque nos encontraremos novedades, como las que hemos comentado, lo cierto es que Okamiden es muy fiel al original.

El sistema de combates se mantiene igual: al chocarnos con los enemigos desde el mapa o cuando haya ciertos combates que no podamos eludir, pasaremos al escenario de batalla, en el que nos enfrentaremos a un número reducido de enemigos (aunque a menudo aparecerán más cuando acabemos con el grupo que tengamos delante) usando el disco que tiene Munt (así bautiza Kuni al lobo protagonista) para golpear. Pero, al igual que en el primer juego, gran parte de la magia está en el uso del pincel celestial, que además de para la resolución de puzles (como veremos más adelante) nos será de gran ayuda en los combates, ya que nos permitirá realizar ciertas técnicas que serán muy eficaces con ciertos enemigos.

Aparte de los combates, que no serán excesivamente numerosos, el juego estará salteado por un buen número de puzles. La mayoría de ellos se resolverá usando nuestro pincel celestial de determinadas formas, todas ellas bastante obvias (incluso tendremos pistas a menudo). Así, si por ejemplo necesitamos que salga el sol, pintaremos un círculo en el cielo, o si queremos romper una roca, haremos una raya en horizontal sobre ella para así partirla. Como es de suponer, el pincel se usará en la pantalla táctil de la consola, algo que se hará pulsando el botón L o R para hacer que la imagen pase de la de arriba (donde jugaremos normalmente) a la de abajo, adquiriendo colores sepia. A la hora de pintar, tendremos un tiempo limitado, así como una cantidad de tinta determinada, algo que hará que no podamos despistarnos demasiado a la hora de jugar.

Como comentábamos antes, al presencia de Kuni no sólo afectará a los combates o al desarrollo de la historia (será él el que lleve el peso del argumento), sino que participará activamente en ciertos puzles. Así, en muchos momentos nos encontraremos con zonas en las que Munt no podrá pasar y en las que tendremos que hacer que nuestro compañero desmonte y marcar el camino que seguirá (dibujando la ruta con nuestro pincel), normalmente hasta un tesoro o un interruptor que abra el camino. Estos puzles hacen que haya más variedad, aunque nos ha parecido que cortan algo el ritmo de juego al ser un poco lentos y no suponen demasiado reto (una vez nos enseñan el poder y el tipo de superficies por las que el lobo no puede pasar, es bastante obvio saber lo que tenemos que hacer), aunque esperamos que según avance el juego, nos encontremos con otro tipo de situaciones en las que requiramos la colaboración del joven.

Revive Okami

Al jugar a Okamiden, al menos en las primeras horas, no nos hemos podido quitar a Okami de la cabeza ni un solo segundo. Primero porque el juego se basa enormemente en su primera parte (lo cual no es malo) y segundo porque toma demasiado cosas de ella, ya que repetimos las mismas localizaciones del principio de aquel juego, nos enfrentamos a los mismos enemigos e incluso nos encontramos con situaciones parecidas con los aldeanos a los que ayudamos. Por supuesto que parecerse a un juego como Okami no es negativo, y suponemos que según avancemos en la aventura ambos títulos se irán separando cada vez más, pero lo cierto es que el comienzo de ambos juegos tiene bastantes cosas en común, lo que puede no acabar de gustar a aquellos que disfrutasen del primer juego y que busquen más novedades.

Gráficamente el juego es precioso, contando con el mismo estilo artístico que el original, esto es un estilo que recuerda a los dibujos hechos a mano con pincel. Lo cierto es que el traslado del título a la portátil de Nintendo ha sido estupendo, manteniendo toda la esencia del juego y adaptándolo a la nueva plataforma, usando unos personajes con unas proporciones más aniñadas (o convirtiéndolos en niños, como en el caso de los protagonistas). La única pega que hemos visto en nuestras partidas en que en ciertos momentos, como en los pueblos, en los que hay mucha carga gráfica, el juego baja su tasa de imágenes por segundo de forma apreciable, aunque debido a que son momentos tranquilos, no afecta a la jugabilidad.

Si algo podemos decir de Okamiden tras jugar las primeras horas es que es muy fiel a su predecesor, quizás demasiado para los que disfrutaron de la primera parte, ya que el comienzo de la aventura guarda muchas similitudes con la de Okami. Sin embargo, parecerse a aquel no es nada negativo, y lo cierto es que jugar a Okamiden da una sensación muy especial que gustará a todos y además estamos convencidos de que según avancemos en la aventura el juego irá ganando personalidad propia. De momento preparamos nuestro pincel para tenerlo a punto para volver a encarnar a la diosa Amaterasu y librar al mundo de las fuerzas del mal.