Puede que Fire Emblem no sea precisamente de las sagas más conocidas, mayoritarias y populares de Nintendo. De hecho, hasta hace unos años era una de las grandes desconocidas en Occidente, ya que nunca había conseguido salir de Japón. No fue hasta la llegada de Super Smash Bros. Melee, con Roy y Marth como personajes jugables, cuando muchos conocieron la existencia de la serie. Pero tras el lanzamiento de este excelente título de Game Cube, todavía tuvimos que esperar otros dos años para poder disfrutar por fin de una entrega de la saga en versión PAL.
Se trataba de Fire Emblem: Blazing Sword (aunque en Europa perdió su subtítulo), una sobresaliente aventura de estrategia y rol para GBA en la que podíamos encontrar todas las bases y claves jugables que siempre han definido a la serie. No fuimos pocos los que caímos rendidos ante su enorme calidad, una opinión compartida tanto por crítica como por público. Si bien no hablamos de ningún superventas (algo comprensible dado el tipo de producto que es y lo exigente e intimidatorio que podía resultar para un novato en el género), sí que consiguió fidelizar a un buen número de jugadores, lo que sirvió como excusa a Nintendo para seguir trayéndonos las nuevas entregas que se fueran lanzando.
Sin embargo, Fire Emblem: Shin Monshou no Nazo Hikari to Kage no Eiyuu, lanzado en el 2010 para Nintendo DS en Japón, nunca consiguió salir del país del Sol Naciente, algo que disparó las dudas sobre si la Gran N había decidido dejar de apostar por la saga en Occidente. Esta preocupación fue incrementándose con el anuncio de Fire Emblem: Awakening (Fire Emblem: Kakusei en Japón) para Nintendo 3DS en el 2011, ya que los meses pasaban y no recibíamos noticias relacionadas con su posible lanzamiento occidental. Finalmente, y ya con el juego a la venta en las tiendas niponas, Nintendo hizo oficial lo que muchos estábamos esperando: Fire Emblem: Awakening llegaría a Europa y Estados Unidos.
A menos de un mes para que llegue a las estanterías españolas, hemos tenido la oportunidad de jugar sus cinco primeros capítulos, los cuales nos han dejado con un sabor de boca inicial inmejorable, tal y como podréis comprobar a lo largo de este texto. Intelligent Systems no solo ha conseguido conservar toda la esencia y las bases jugables clásicas de la saga, sino que al mismo tiempo ha conseguido renovarlas y otorgarles nueva vida para que se sienta como un producto fresco y lo suficientemente novedoso como para llevar la serie a un nuevo nivel. Y eso que no hemos hecho más que empezar a arañar la superficie de todo lo que esconde.
Lo primero que nos ha llamado la atención al darle a empezar una nueva partida en el menú principal, es que ahora contamos con tres niveles de dificultad distintos desde el comienzo: Normal, Difícil y Brutal. Una vez escojamos uno de ellos, nos darán a elegir entre el Modo Novato y Clásico, algo que cambiará enormemente nuestra forma de afrontar la aventura. El primero es una novedad en la saga, ya que si uno de nuestros personajes cae en batalla no morirá y lo conservaremos para el siguiente combate. Además, nos permitirá guardar en cualquier momento y siempre que queramos (algo que ya podía hacerse en Fire Emblem: Radiant Dawn), por lo que si no estamos seguros de un movimiento, podremos salvar la partida antes de hacerlo y cargarla posteriormente en caso de que no nos convenzan los resultados de nuestra acción.
Gracias a todo esto, el juego resulta mucho más accesible para los recién llegados al género y a la saga, ya que podrán experimentar con mayor facilidad y sin temor a ser castigados con la pérdida permanente de un personaje por haber dado un paso en falso. Sin embargo, como bien sabrán los fans de la serie, es precisamente en el hecho de que nuestros personajes puedan morir donde se encuentra gran parte de su atractivo, ya que esto nos obliga a sacar a relucir al estratega que todos llevamos dentro para medir cuidadosamente todos y cada uno de nuestros pasos, de forma que podamos completar las misiones sin bajas.
Esto último es precisamente lo que ofrece el modo Clásico, convirtiéndose en la elección perfecta para quienes queráis disfrutar de toda la tensión y dificultad habitual de la saga. Eso sí, aquí no os dejarán guardar durante las batallas, por lo que si os matan a uno de vuestros héroes por un error no os quedará más remedio que cargar una partida anterior al comienzo de la misión y repetirla entera para intentar evitar su muerte, o seguir adelante y asumir su pérdida para el resto de la aventura.
Pero las novedades no terminan aquí, ya que la dificultad y el modo de juego no será lo único que tendremos que decidir antes de adentrarnos en la historia. Por primera vez en la serie, nuestro personaje principal tendrá presencia física y podrá participar en los combates como una unidad más. A través de un sencillo editor podremos personalizar su aspecto físico, aunque las opciones son algo limitadas: sexo, nombre, tipo de cuerpo, cara, peinado, voz y color de pelo. Aunque las variantes de cada una son algo escasas, nos ha gustado mucho el detalle de que esto no afecte solo a su modelado poligonal, ya que lo que escojamos también se verá reflejado en su ilustración para los diálogos y conversaciones. Por último, también nos tocará decidir su fecha de nacimiento, su punto fuerte y su punto débil.
Mencionar que nuestro (o nuestra) protagonista tendrá su propia personalidad y hablará con naturalidad, por lo que no estamos ante el típico personaje mudo que no hace más que escuchar los monólogos del resto. De hecho, dependiendo del sexo que escojamos, los diálogos y conversaciones variarán enormemente en muchos casos. Esto es algo que también tendrá ciertas implicaciones a nivel jugable, aunque no lo hemos podido comprobar todavía.
De la historia preferimos no contaros demasiado, aunque podemos aseguraros que en tan solo cinco minutos ya había conseguido captar nuestra atención con un desconcertante e intrigante comienzo. Durante estos primeros capítulos, tenemos que decir que el guion no ha comenzado a desarrollarse todavía, aunque han sido suficientes como para plantearnos multitud de incógnitas y presentarnos de una forma dinámica y natural el mundo en el que nos encontramos, sus distintos reinos y su situación política actual.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, nos ha sorprendido gratamente el hecho de que en tan solo cuatro misiones ya nos habían enseñado prácticamente todo lo que necesitamos saber. Además, tal y como es costumbre en la serie, durante el desarrollo de las mismas no hemos recibido ningún tipo de ayuda invasiva que nos especifique dónde colocar a nuestros personajes y qué hacer, algo que se agradece muchísimo considerando los tiempos que corren. Olvidaros de largos y pesados tutoriales, ya que aquí solo os darán algún que otro consejo para que lo tengáis en cuenta. Eso sí, siempre que tengáis algún tipo de duda podréis consultar una guía rápida con explicaciones de cada una de sus características.
Su desarrollo jugable se divide en dos partes bien diferenciadas. Por un lado tendremos el mapa principal, gracias al cual podremos movernos de un lugar a otro. Aquí podremos comprar objetos en las tiendas, comprobar nuestras unidades, organizar nuestro inventario, guardar la partida, etcétera. En cambio, es en las batallas donde pasaremos la mayor parte del tiempo.
Si habéis jugado a algún juego anterior de esta saga, no tardaréis casi nada en haceros con sus mecánicas básicas. Los campos de combate están divididos en casillas por las cuales podremos mover a nuestros personajes. Cada unidad tiene sus fortalezas y debilidades propias, así como sus propias estadísticas y habilidades. Además, dependiendo de la clase que sea podrá usar unas armas u otras. Al igual que en sus predecesores, se mantiene el "triángulo de armas", gracias al cual las espadas tienen ventaja sobre las hachas, las hachas sobre las lanzas, y las lanzas sobre las espadas.
Por otro lado, los objetos volverán a tener usos limitados, por lo que nuestras armas se irán desgastando con nuestros ataques y magias. También es importante tener en cuenta los contraataques, ya que si realizamos una ofensiva contra un enemigo y estamos situados dentro de su rango de ataque, podrá devolvernos el golpe. Por suerte, antes de atacar podremos ver unas detalladas estadísticas con el número de golpes que hará cada uno, las probabilidades de impactar y de hacer un crítico, los puntos de vida y el daño que se realizará.
Hasta aquí todo sigue como siempre, aunque se ha incluido una novedad que cambia por completo la visión estratégica que teníamos hasta ahora de los enfrentamientos de la saga. Se trata de los ataques en equipo. Siempre que tengamos a dos personajes en casillas contiguas recibiremos ciertas bonificaciones a la hora de atacar y defender. De hecho, incluso podrán ayudarse entre sí realizando ataques o defendiendo a su compañero cuando vayan a recibir daño.
Esto añade un punto estratégico interesante, ya que nos animará a que intentemos mantener a nuestros personajes junto a un compañero. Pero donde de verdad se le saca partido a este sistema es con la nueva mecánica de agrupaciones. Estas nos permitirán juntar a dos unidades para moverlas como una sola y así conseguir que siempre se apoyen entre sí. Cuando agrupemos, uno de los personajes será el principal (este será el que se lleve casi toda la experiencia) y el otro servirá de apoyo, por lo que solo atacaremos y recibiremos daño con el primero, aunque este se verá beneficiado por un incremento de las estadísticas que dependerá de la unidad con la que lo hayamos agrupado.
Ahora bien, esto gana en profundidad jugable cuando nos damos cuenta de la existencia de la función de Relevo. Gracias a ella podremos cambiar entre la unidad de apoyo y la principal, algo que no nos gastará turno de acción, pero sí de movimiento. Por si fuera poco, también podremos transferir e intercambiar nuestros personajes de apoyo con otras unidades o agrupaciones cercanas en caso de que lo veamos necesario.
Un ejemplo del partido que se le puede llegar a sacar a todo lo que os acabamos de explicar, lo encontraríamos en una táctica que tuvimos que usar en el capítulo cinco para resolverlo sin bajas en dificultad Difícil. Esta misión comienza con nuestro ejército principal en una posición y con dos unidades bastante débiles (un mago y una trovadora) en otra. Para poner las cosas más difíciles, estas últimas se encuentran rodeadas de un gran número de enemigos que pueden derrotarlas fácilmente en un solo turno, por lo que nuestra máxima prioridad era acudir al rescate de estos dos personajes mientras nos preocupábamos al mismo tiempo de contener el frente en el que empieza el grueso de nuestras tropas.
¿Qué fue lo que hicimos? Agrupamos a los dos primeros y los situamos en la única casilla fuera de la zona de peligro (la cual se puede comprobar en cualquier momento pulsando X, señalándonos de esta forma las posiciones en las que podemos recibir daños), aunque esta posición solo sería segura durante un único turno si no actuábamos con rapidez. Para ello, optamos por agrupar a dos de nuestras unidades más poderosas y resistentes, colocando como principal a la que más movimiento tenía para llegar lo más lejos posible. Gracias a esto, pudimos eliminar a un enemigo y bloquear el paso a otro de ellos para que en el siguiente turno no pudiese llegar hasta nuestros protegidos.
Una vez hecho esto, en el siguiente turno nos bastó con acercar ambas agrupaciones e intercambiar las unidades de apoyo. Esto nos dejó con dos nuevos equipos en los cuales cada uno tenía un personaje fuerte y otro débil. Sin embargo, en uno de ellos, el que tenía poca defensa era el que estaba como principal, por lo que simplemente tuvimos que darle a Relevar para cambiar sus roles. Con todo esto conseguimos poner fuera de peligro al mago y a la trovadora, ya que al quedar como personajes de apoyo de una agrupación no podían recibir daño, mientras los más duros aguantaban los ataques enemigos a la espera de que llegara el resto de nuestro ejército para ayudar.
Como habéis podido comprobar, un añadido tan aparentemente simple como este dispara las posibilidades estratégicas de la saga de una forma insospechada y consigue que bajo las mismas bases de siempre, Fire Emblem: Awakening se sienta como algo nuevo, todo un logro considerando que estamos ante una serie cuya fórmula jugable no parecía admitir demasiados cambios o novedades de peso (consecuencia de lo bien que siempre ha funcionado).
A lo largo de estos cinco primeros capítulos también hemos podido probar la primera misión opcional, en la cual tuvimos que ayudar a unos aldeanos a librarse de unos bandidos. Para ayudarnos contábamos con un nuevo personaje, aunque si queríamos reclutarle teníamos que conseguir que subiera de nivel durante esta misión. El problema es que era tremendamente débil, por lo que tuvimos que volver a recurrir al sistema de agrupaciones para conseguir que llegara al nivel dos y se nos uniera.
En lo que respecta al apartado gráfico, comentar que los diseños de personaje son sencillamente geniales, a pesar del cambio del estilo de dibujo respecto a otras entregas. Pueden gustar más o menos que los de antes, algo que será consecuencia de los gustos de cada uno, aunque su calidad es innegable. Las ilustraciones están muy trabajadas y las secuencias de vídeo generadas por ordenador son de lo mejor que hemos visto en Nintendo 3DS, siendo estas últimas enormemente superiores a las mostradas por Fire Emblem: Radiant Dawn de Wii.
A la hora de combatir, los escenarios y personajes se muestran con gráficos poligonales, los cuales sin ser malos, tampoco destacan demasiado a nivel técnico, aunque sí en cuanto a diseño artístico, animaciones y efectos visuales. La parte negativa la ponen los dientes de sierra y el efecto 3D, al que no se le ha sacado demasiado partido.
Por otro lado, lo poco que hemos escuchado de la banda sonora nos ha gustado muchísimo, con unos temas de enorme calidad. Nos ha llamado especialmente la atención el hecho de que ahora no hay un cambio de música completo entre la de los ataques y la del mapa de batalla, ya que lo único que cambiará es la instrumentación y la intensidad de la canción cuando realicemos ofensivas o vayamos a recibir golpes, pero la melodía será la misma. En cuanto al doblaje, las voces no se han vuelto a localizar al español, aunque nos dejarán escoger entre las inglesas y las japonesas. Eso sí, la traducción de los textos realizada por Nintendo es simplemente de diez.
Esta primera toma de contacto no nos ha podido dejar con más ganas de seguir jugando y aunque todavía nos quedan muchísimas cosas por ver de cara al análisis, no podemos estar más entusiasmados. El 19 de abril podremos salir finalmente de dudas, pero ya os adelantamos que tiene todas las papeletas para convertirse en el mejor juego que la portátil de Nintendo nos ha dado hasta la fecha y en el referente actual del género.