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También en: PC Switch2 PS5 PS4 Switch
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Toby Fox
Producción: Toby Fox
Distribución: Nintendo eShop
Precio: 23,99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Inglés
Voces: -
Online: No
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Análisis Deltarune: El sucesor espiritual de Undertale es una aventura memorable (PC, Switch, Switch 2, PS4, PS5) (Switch 2, PS5, PS4, Switch, PC)

Esta historia paralela toma algunas ideas de su antecesor manteniendo su frescura intacta en una obra tan original como imprescindible.
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Actualizado: 10:16 18/7/2025
Análisis de versiones Switch 2, PS5, PS4, Switch, PC.

Decía Toby Fox en una de sus entrevistas recientes que el desarrollo de los cuatro primeros capítulos de Deltarune ha sido equivalente a "dos Undertale y medio", y a tenor del resultado que ofrece su segundo retoño, no es para menos. La ópera prima del joven desarrollador fue uno de los videojuegos más populares de 2015, una sorpresa fruto de una época en la que lo retro se puso de moda y generó un movimiento creativo sin precedentes. Como en la vida todo es cuestión de gustos, hay muchos jugadores que nunca comprendieron el éxito de este tipo de propuestas, bañadas en las mieles de píxeles del estilo 8 bits y de un sentido del humor a caballo entre el surrealismo y el absurdo. Para otros muchos, sin embargo, el peculiar estilo de Undertale supuso algo parecido a lo que ha sucedido recientemente con otros ejemplos del género: una vuelta a los orígenes de este con una buena dosis de originalidad y creatividad. Si no conoces nada sobre él, te recomendamos que eches un vistazo al análisis que publicamos en su día, hace ya casi diez años.

Porque sí, ha pasado casi una década desde que aquella obra se convirtiese en un fenómeno inesperado en la industria. Durante este tiempo, Toby Fox y su equipo se han dedicado en cuerpo y alma a sacar adelante un proyecto que, en realidad, fue concebido incluso antes del propio Undertale y que sería abandonado a posteriori por diversas cuestiones. Deltarune es una obra que comparte muchos elementos con su hermano mayor, empezando por el estilo gráfico, aquí mejorado, pasando por la jugabilidad, más refinada, y terminando por un argumento que se ha descrito como una "historia paralela", no en vano tiene lugar en el mismo universo. Pese a las similitudes entre ambos y a que comparten la misma esencia, la sensación que transmite esta nueva aventura es, por lo general, distinta: se enfoca en una mecánica que ofrece más variedad y en una estructura de base más sólida. Ya superada la sorpresa y asimilado el peculiar estilo creativo de Fox, no se puede negar que parte de su encanto reside, más que en conceptos jugables, en el sentido del humor que derrochan las situaciones que vivimos de la mano de los tres héroes de esta historia: Kris, Susie y el misterioso príncipe oscuro Ralsei.

Un juego divido en capítulos que todavía no está terminado

Sin embargo, antes de sumergirnos de lleno en los pormenores de su argumento (no os preocupéis, no desvelaremos nada que os pueda estropear la trama), es menester hacer una breve pausa en cómo se presenta la versión más definitiva que existen hasta la fecha. Como seguramente muchos ya sabréis, Deltarune se divide en capítulos. Cada uno de ellos ha ido viendo la luz en distintos momentos, bastante distantes entre sí. Los dos primeros, de cuya demo podéis disfrutar ya mismo, aparecieron hace ya algunos años. Los dos últimos debutaron en el mercado coincidiendo con el lanzamiento de Switch 2, aunque también están disponibles en PC, Switch 1 y PS4/PS5. La primera versión de pago del título es la que incluye los cuatro primeros capítulos, que por sí solos representan una experiencia sobresaliente de juego, cada uno ofreciendo sus peculiaridades en cuanto a la mecánica se refiere.

El sistema de combate es parecido al de Undertale, pero más dinámico y divertido.

No obstante, el propio Toby Fox (y esto es algo que comprobamos al terminar el cuarto y, por el momento, último capítulo) ya ha explicado que el resto de los episodios irán viendo la luz en 2026. Esto, traducido al castellano, quiere decir que el juego no está terminado. Si adquirimos la versión actual que aquí analizamos, cuyo precio ronda unos 20€ en el mercado digital, podremos descargar de forma gratuita el resto de los capítulos cuando salgan, pero como decimos, esto no sucederá hasta el próximo año. Esto no implica que Deltarune sea una experiencia que nos deja a medias o que no nos permita disfrutar como niños con ella, sino que se ha utilizado un sistema de lanzamiento algo confuso para los que no sigan la actualidad del juego. Se podría decir que los tres capítulos restantes que quedan por ver la luz, siempre según las declaraciones de su propio creador, forman parte de la tercera temporada de este, como si de una serie se tratase.

La parte artística ha mejorado y es uno de sus puntos fuertes.

Seguramente muchos jugadores prefieran esperar a que llegue la versión definitiva del juego, algo que tal vez sea recomendable de cara a aquellos usuarios que no desean jugar en inglés, ya que por el momento no existe ninguna traducción oficial al español. Pero, aunque este sea el caso, lo cierto es que esta edición de Deltarune es la que se ha erigido como la definitiva por el momento, y a juzgar por su calidad, no es para menos. Centrémonos por lo tanto en lo que ofrece esta jugosa experiencia que, como decíamos hace unos pocos párrafos, nos presenta a un trío protagonista que nos sumerge de lleno en un Dark World, o mundo oscuro, repleto de curiosas situaciones de las que disfrutar.

El mundo oscuro, la otra realidad de la realidad

Los protagonistas son tres: nuestro avatar virtual, Kris, un muchacho mudo a quien damos voz con algunas decisiones puntuales; la aguerrida, adolescente y macarra Susie, cuya personalidad pasa de abordar los típicos clichés de estos arquetipos a mostrar un carácter propio; y Ralsei, que encarna la dulzura, la paciencia y, básicamente, todo lo opuesto a su compañera de batallas. Ellos son los ejes sobre los que pivota la trama, pero no son ni mucho menos los únicos personajes que encontraremos en la aventura. Hay muchos más, igual o más carismáticos, como el maléfico Lancer, una especie de as con forma humanoide que nos traerá de cabeza en el Capítulo 1, su padre, otro elemento de armas tomar, o el genial elenco de secundarios que nos acompañarán en momentos puntuales.

El colorido y la originalidad de algunas situaciones es muy destacable.

Si somos aficionados al género, seguramente asociemos ciertos patrones característicos al desarrollo del argumento. Los juegos de rol (¿es Deltarune realmente un RPG?), y más específicamente los JRPG, suelen estar basados en personajes cuyas conductas pueden resultar algo predecibles, en uno de los aspectos más criticados por los que siempre exigen más del género. Deltarune no está exento de algunos momentos que podemos considerar clichés o lugares comunes con los que muchos estamos de sobra familiarizados, pero no es lo habitual. Los personajes, independientemente de si son protagonistas o secundarios, llegan a actuar de forma razonable ante retos que casi de forma automática interpretamos como acertijos o puzles. El sentido del humor es omnipresente y suele llevarnos a vivir situaciones inesperadas ante dilemas que habitualmente encontramos en el género.

Por ejemplo, al encontrar un puzle sencillo en el que dos personajes han de situarse sobre un interruptor para desactivar una trampa, uno de ellos toma el protagonismo, dialoga con nosotros y soluciona prácticamente por su propia cuenta el reto en cuestión. Esto es algo que nos encanta, porque con ello se elimina de un plumazo la sensación de saber qué va a pasar a continuación, abriendo así una puerta hacia la sorpresa, hacia lo inesperado. Además, otorga cierta madurez al guion y de personalidad a personajes que, en primera instancia, parecen planos a irrelevantes.

El sentido del humor sigue siendo omnipresente.

Lo cierto es que en este juego no hay nada irrelevante. Más bien sucede todo lo contrario: todas las situaciones que vivimos y las decisiones que tomamos tienen una cierta influencia en el rumbo que toman los acontecimientos.No se trata de que podamos cambiar por completo lo que sucede, sino más bien cómo sucede, el tono con el que se narran los acontecimientos. Aunque al comienzo de la aventura se nos explica que formamos parte de una profecía destinada a dar forma al mundo oscuro en el que nos introducimos a través de armarios ubicados en distintos lugares del mapa, podemos eliminar de un plumazo toda la intensidad típica de estas historias para centrarnos en la evolución de los personajes. El mejor ejemplo para ilustrar este hecho es que, al igual que en Undertale, no tenemos por qué combatir ni una sola vez en toda la aventura. Podemos elegir entre usar la violencia o "actuar": Kris puede sugerir a sus compañeros una línea de diálogo o acción específica que sirva para convencer a los enemigos de que la lucha no tiene sentido.

No queremos desvelar nada de la historia que pueda estropear vuestra experiencia, así que valga con decir que es más que evidente que el argumento y su desarrollo son los puntos más fuertes de esta aventura. Creednos: si buscáis algo diferente, fuera de lo habitual, sorprendente, creativo, etcétera, esta es sin lugar a duda la mejor elección que podemos tomar.

Haz la paz, no la guerra

Lógicamente, un buen argumento no tendría el peso que tiene en Deltarune sin no contase con una mecánica que lo sostuviese. El sistema de juego es el de cualquier RPG habitual, por lo que nos desplazamos por un mundo caracterizado por el estilo 8 bits que en este caso ha madurado y se ubica ahora a medio camino entre los 8 y los 16 bits. Personajes, escenarios, menús: todo lo que compone la parte visual del juego muestra un tono más adulto y trabajado que el de Undertale, algo en lo que destaca especialmente el apartado sonoro, donde las composiciones (muchas de las cuales han sido creadas por el propio Fox) no dejan de sorprendernos y aportan un espíritu único a muchas de las situaciones que vivimos.

Vamos de un lugar a otro tratando de cerrar las fuentes oscuras de las que habla la profecía anteriormente citada, algo para lo cual por lo general tendremos que superar una serie de retos. En cada capítulo, el tipo de reto que encontramos es distinto: en el primero se emplea una mecánica relativamente habitual, en el segundo una basada en juegos musicales rítmicos, en el tercero otra distinta, etcétera. Además de los retos, claro, tenemos que lidiar con un antagonista tan peculiar como el mundo oscuro en el que habita.

Cada capítulo nos obliga a enfrentarnos a una mecánica ligeramente diferente.

El sistema de combate, como decimos, no se centra en atacar, sino en buscar la manera pacífica de convencer con todo tipo de artimañas a los contrincantes de que la lucha no vale la pena. De hecho, una vez entrados en el segundo capítulo descubrimos que es posible reclutar a estos enemigos para que formen parte del mundo oscuro que poco a poco vamos reconstruyendo. Utilizar la violencia nunca es aconsejable: a través de ella no solo no lograremos acceder al final "bueno", sino que tendremos que sufrir ciertas penalizaciones. Además, si optamos por esta vía se pierde la gracia de disfrutar de las particularidades de la mecánica. Los combates en sí mismos, lo que se considera el intercambio de golpes, sigue el camino de Undertale, por lo que tendremos que defender un corazón de los ataques enemigos siguiendo ciertas pautas a la hora de esquivar sus ofensivas. Lo que al principio parece fácil se torna en algo que no lo es en absoluto, aunque s-í es cierto que una vez le cogemos el tranquillo será difícil que nos hagan morder el polvo.

Los personajes dialogan constantemente entre sí.

Vale la pena detenerse en este punto. Pese a la originalidad que destila el juego, seguramente sea su mecánica, o más concretamente la mecánica de los combates, el aspecto que menos agrade a los jugadores que estén buscando una experiencia de juego realmente exigente. Salir airosos de los retos no siempre es tarea sencilla, pero tampoco hará que nos tiremos de los pelos. Una vez entendemos lo que se nos pide en cada situación, el cariz de los enfrentamientos, que no son muy frecuentes, es siempre el mismo. No es extraño que sintamos cierto tedio en este sentido, pese a que el juego siempre busca una forma de sorprendernos. Sobra decir que, si su sentido del humor no encaja con nuestros gustos, la mecánica no va a ser precisamente lo que nos invite a seguir jugando, dado que ambos conceptos están aquí intrínsicamente ligados.

Conclusión

Aunque pueda parecer un recurso fácil, lo cierto es que Deltarune es una de esas experiencias que se entienden mejor jugándolas que leyendo cualquier artículo que intente explicar en qué consiste o por qué vale la pena disfrutar de ella. Sus bondades no residen en conceptos que destaquen sobre el papel, sino en la práctica, algo que se debe principalmente a que se trata de una obra de autor en la que este busca constantemente sorprendernos con giros de guion que dan la vuelta a la tortilla a los conceptos que solemos asociar con el género. Hay, como es lógico, situaciones que no son tan auténticas y originales, altibajos en su ritmo; momentos en los que, por su peculiar mecánica, acusamos un poco algo más de variedad incluso dentro de su ya de por sí variopinto concepto. Es decir: no es un juego perfecto. Probablemente tampoco sea un juego para todos los públicos, si es que existe tal cosa en el mundo del videojuego.

Aunque podemos abrirnos paso a golpes, lo aconsejable es ir siempre por el lado más amistoso...

Un juego sobresaliente siempre es la suma de sus partes, y en este caso las partes brillan todas con luz propia: son en total cuatro capítulos, con la promesa de otros tres que están aun por llegar, que nos harán disfrutar de lo lindo a través de un motor gráfico tan sencillo como variado a nivel artístico.

El mayor problema al que se enfrenta el público hispanoparlante es la ausencia de una traducción a nuestro idioma que hubiese sido la guinda perfecta para un producto que, además, debuta en el mercado como parte de la parrilla de salida de la nueva portátil de Nintendo, una consola perfecta para disfrutar de sus bondades. Por lo demás, tanto si nos gusta el género como si solo tenemos curiosidad, vale la pena la inversión, tanto en tiempo como el dinero, en un juego de esos que nos recuerdan por qué nos gusta tanto este mundillo, en el que desde hace ya algún tiempo se premian demasiado virtudes que poco o nada tienen que ver con lo que ofrece este Deltarune, que es básicamente un soplo de aire fresco en tiempos aciagos.

Hemos realizado este análisis en Switch 2 con un código descargado directamente desde la eShop de Nintendo.

NOTA

8.7

Puntos positivos

Creativo, original, sorprendente: es un RPG distinto, único en su especie.
El argumento, sus personajes y los momentos surrealistas que vivimos con ellos.
Cada capítulo ofrece una experiencia distinta, con sus propias mecánicas...

Puntos negativos

...aunque pueden llegar a ser demasiado simple para jugadores avanzados.
No ha llegado traducido.

En resumen

Deltarune es una de las obras más alocadas, divertidas y sorprendentes que hemos disfrutado en los últimos años. Imprescindible.