Análisis de Manticore - Galaxy on Fire (Switch)
Tras haber disfrutado de un gran éxito en dispositivos iOS con millones de descargas, la saga Galaxy on Fire por fin se anima a dar el salto a consolas con Manticore - Galaxy on Fire para Nintendo Switch, una adaptación de la tercera entrega de la serie que abandona el modelo gratuito con micropagos para ofrecernos un producto completo, más pulido y con un sistema de progresión totalmente revisado a cambio de un único desembolso inicial.
Eso sí, sus orígenes como juego de móviles quedan muy patentes en todo momento y se nota que ha faltado ambición para hacer algo mucho más grande y variado que realmente nos recompensase con una experiencia memorable, quedándose a medio camino en casi todo lo que hace.
Batallas espaciales faltas de épica
Lo primero que hay que señalar es que estamos ante un juego de acción a bordo de naves espaciales.
Su jugabilidad es totalmente tridimensional y con fases abiertas, de modo que podremos movernos por sus diferentes niveles con total libertad, permitiendo de este modo que nos enfrasquemos en todo tipo de dogfights contra los cazas enemigos.
Los controles son muy sencillos, ya que estos se limitan básicamente a controlar la dirección de vuelo, disparar con nuestra arma principal o secundaria, lanzar misiles, frenar o acelerar (esto último consume energía que se recarga rápidamente cuando no se usa), realizar toneles para esquivar y activar el artefacto que tengamos equipado, el cual necesitará algo de tiempo para recargarse tras su utilización.
Así pues, la clave del éxito suele radicar en controlar bien nuestra velocidad para maniobrar adecuadamente y situarnos en la mejor posición posible para fundir a disparos a nuestros enemigos, tal y como hemos visto en otros tantos juegos similares.
El problema radica en que los rivales nunca son especialmente numerosos, apenas existe variedad de enemigos y su IA no es especialmente buena, por lo que al final los enfrentamientos contra ellos acaban por convertirse en algo muy rutinario y sin apenas emoción, algo a lo que tampoco ayuda lo poco satisfactorios que resultan nuestros disparos cuando conseguimos impactar sobre nuestros blancos.
Las batallas contra los jefes finales tampoco mejoran demasiado todo esto, ya que si bien hay un gran número de ellos, estos no dejan de ser naves enemigas más resistentes y poderosas de lo normal con alguna que otra mecánica única en forma de dispositivo especial o arma exclusiva, características que, por desgracia, muchas veces son comunes a muchos de ellos, por lo que se ha perdido por completo la oportunidad de hacer jefes gigantescos y con multitud de rutinas y fases que sí ofrecieran un enfrentamiento a la altura y digno del género.
Lo malo es que este planteamiento también se extiende al diseño de misiones, las cuales consisten en fases muy breves, de apenas cinco minutos, en las que tendremos que cumplir los objetivos que nos pidan, como defender una estación espacial del ataque de unas naves kamikazes o eliminar a todos los enemigos que haya en pantalla, para así poder acceder a la batalla contra el jefe de turno.
Si bien aquí se intenta aportar algo de variedad, como bien demuestran las poquísimas fases que buscan salirse de la norma, al final tendremos la sensación de estar haciendo siempre lo mismo por culpa de sus aburridos combates. Al fin y al cabo, lo que haremos en la mayoría de ellas será ir de un lado a otro priorizando algún que otro blanco y combatiendo contra las mismas naves una y otra vez.
Además de las misiones principales, cuando no estemos cumpliendo ninguna, podremos explorar libremente los escenarios de los mapas que haya desbloqueado para encontrar diferentes documentos y piezas para construir nuevas naves. Este "modo exploración" tampoco es que sea especialmente divertido, ya que lo único que haremos será guiarnos por las señales de nuestro dron para buscar los objetos y combatir los pocos cazas que salgan a nuestro paso para molestarnos de vez en cuando.
Lo que sí nos parece interesante destacar es el elaborado trasfondo que tiene el universo en el que se desarrolla, bien construido y repleto de detalles que lo hacen muy atractivo para cualquier fan de la ciencia ficción. De hecho, la historia es más o menos compleja y nos sumerge de pleno en todo un entramado político para descubrir la verdad que se oculta tras un terrible ataque terrorista conocido como "El Cataclismo". Aquí falla la narrativa, ya que el guion tiende a diluirse en misiones que no parecen tener mucha conexión con la trama principal, por lo que muchas veces nos sentiremos perdidos y sin saber muy bien los motivos por los que estamos haciendo una cosa u otra.
Completar el juego es algo que nos llevará entre seis y ocho horas, dependiendo de lo que nos queramos parar a explorar y la dificultad escogida, y es una pena que no se haya aprovechado la ocasión para añadir algún modo arcade o algo similar que incentive su rejugabilidad picándonos a intentar conseguir puntos y subir puestos en marcadores online, ya que tras superar cada misión no tendremos muchos más incentivos para volver a ellas.
A nivel gráfico tenemos que admitir que nos ha sorprendido muy gratamente su apartado artístico, gracias al cual se han conseguido maquillar sus carencias técnicas (efectos muy mejorables, modelados simplones, etcétera) para dejarnos estampas muy bellas y sorprendentemente variadas, especialmente considerando que todas las misiones se desarrollan en el espacio. Eso sí, el diseño de naves nos resulta un tanto genérico y falto de personalidad.
Lo que sí que nos gustaría destacar es el buen rendimiento del juego en todo momento, manteniendo las 60 imágenes por segundo tanto en sobremesa como en portátil, algo que es muy de agradecer. Aprovechamos también para apuntar que su resolución es de 1080p cuando jugamos en el televisor y de 720p cuando lo hacemos en la pantalla de la consola.
Finalmente, la banda sonora cuenta con composiciones de calidad que ambientan perfectamente todas nuestras escaramuzas, aunque no le habría venido mal un mayor número de temas, ya que estos se repiten demasiado y no son especialmente variados, por lo que acabaremos algo cansados de escucharlos una y otra vez. Los efectos por su parte, cumplen su función correctamente sin destacar especialmente, y el doblaje, en inglés con subtítulos en español, no está nada mal, con unas interpretaciones muy adecuadas en la mayoría de los casos.
Conclusiones
Manticore - Galaxy on Fire es un juego que viene a cubrir un hueco que, a día de hoy, está algo vacío en Nintendo Switch, aunque, por desgracia, no sabe ofrecer en ningún momento una experiencia memorable ni lo suficientemente intensa o satisfactoria por culpa de sus desangeladas batallas espaciales y su nula variedad. A pesar de todo, si os gusta mucho el género puede entreteneros con facilidad y haceros pasar un rato agradable, ya que a nivel jugable funciona correctamente y no hace nada demasiado mal. Eso sí, no le pidáis mucho más.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitad Koch Media.