Análisis Astro Bot, la consagración de un nuevo icono de los videojuegos (PS5)
Primero nos hizo alucinar con las posibilidades de la realidad virtual, luego nos dejó con la boca abierta con la tecnología del DualSense y ahora, tras dos juegazos de plataformas que derrochan carisma y personalidad por los cuatro costados, Astro Bot ha terminado de consagrarse como un nuevo icono del género con su tercera gran aventura, la mayor que ha protagonizado hasta la fecha y toda una oda a la historia de PlayStation y los videojuegos en general que nos ha enamorado con su encanto, buen hacer y creatividad, confirmándose como un nuevo imprescindible de PS5 que ningún amante de los saltos virtuales se debería perder.
Astro Bot, el héroe que el universo de PlayStation necesitaba
Así pues, volvemos a encontrarnos ante un juego de plataformas 3D que sigue muy de cerca lo visto tanto en Astro Bot Rescue Mission como en Astro’s Playroom. De este modo, nos toca encarnar nuevamente a un pequeño y adorable robot que debe superar decenas de niveles de corte lineal en los que no vamos a poder parar de saltar y donde nos aguardan innumerables peligros, enemigos y, sobre todo, secretos por encontrar.
Como podréis intuir, la historia es prácticamente inexistente y no deja de ser una excusa para ponernos a jugar, pasar un buen rato y vivir un gran viaje, por lo que su premisa de recorrer diversas galaxias rescatando a nuestros amigos y recuperando las piezas de una PS5 que sirve como nave espacial nos parece más que suficiente, ya que tampoco necesitamos más.
Si habéis jugado a cualquiera de las dos entregas anteriores, os vais a sentir como en casa, ya que los controles son prácticamente los mismos, reduciéndose casi todo a un botón de salto que al pulsar por segunda vez en el aire nos permite planear durante unos instantes, impulsándonos con un chorro que podemos usar para atacar a los enemigos que se encuentren debajo de nosotros. Además, contamos con un puñetazo que al cargarlo nos permite ejecutar un ataque giratorio y muchos niveles nos dan acceso a habilidades únicas que van cambiando nuestra forma de jugar según la fase en la que estemos.
Sin embargo, lo primero que llama la atención es lo finísimos y precisos que son los controles. El simple hecho de movernos y saltar ya es, de por sí, divertido a rabiar, algo en lo que también tienen mucho que ver las convincentes físicas de nuestro personaje y el gran control aéreo que tenemos para redireccionar y corregir la trayectoria de los saltos.
Por supuesto, todo esto caería en saco roto sin un buen diseño de niveles capaz de construir una aventura variada y repleta de situaciones estimulantes con las que poner en práctica nuestro dominio de los saltos, un apartado en el que, afortunadamente, Astro Bot vuelve a sobresalir. Como hemos dicho anteriormente, las fases tienen un desarrollo muy lineal y para completarlas nos basta con seguir el camino principal hasta alcanzar la meta, pero todas y cada una de ellas nos bombardea con un constante torrente de ideas y mecánicas con el que no dejan de sorprendernos.
Es un juego que siempre tiene algo nuevo y diferente esperándonos en cada nivel y que logra que queramos avanzar por el simple hecho de descubrir qué es lo próximo que nos va a tocar jugar. Tan pronto estamos en un casino ralentizando el tiempo para saltar sobre plataformas improvisadas que convirtiéndonos en una esponja capaz de hacerse gigante al absorber agua o pulsando interruptores para cambiar entre la noche y el día y, con ello, modificar la estructura de toda la fase.
No es que sean situaciones demasiado rompedoras o nunca antes vistas, pero todas están ejecutadas con absoluta maestría hasta el punto de que no hay ni un solo momento en todo el juego que no sea divertido. La colocación de los enemigos, los diferentes tipos de plataformas, las formas tan sorprendentes que tienen a veces de hacernos usar nuestras habilidades, los giros que le van dando a ciertas mecánicas… Todo está estudiado hasta el último milímetro. ¡Incluso los créditos son brillantes!
A pesar de esa linealidad de la que hemos hablado en la estructura de las fases, las pantallas principales suelen estar atestadas de secretos y coleccionables que incentivan la exploración, la búsqueda de posibles desvíos y la observación de nuestros alrededores. Por un lado están los bots a los que debemos rescatar, los cuáles son necesarios para romper determinados bloqueos con los que nos topamos a lo largo de la aventura, los cuales nos obligan a haber rescatado a un número mínimo de ellos para progresar.
La gran mayoría suelen estar más o menos a la vista y los que no basta con que nos fijemos un poco para dar con ellos. En nuestro caso, hemos terminado todos los niveles rescatando a todos los bots a la primera y aunque hay algunos escondidos de formas relativamente imaginativas, no nos han dado ningún problema. Por otra parte tenemos una serie de piezas de puzles que sí que están algo más ocultas o situadas en lugares que requieren que nos arriesguemos con saltos más complicados de lo normal y cuyo uso vamos a dejar que lo descubráis por vosotros mismos.
Finalmente, tenemos uno de nuestros elementos favoritos de todo el género: salidas secretas alternativas que, de encontrarlas, nos llevan a un mundo oculto con sus propias fases exclusivas. Estas son, con diferencias, las más difíciles y complicadas de localizar, ya que están genialmente escondidas y nos obligan, en ocasiones, a hacer cosas muy ingeniosas para dar con ellas, por lo que nos lo hemos pasado genial buscándolas.
Ahora bien, los momentos cumbre de la aventura los tenemos en los combates contra los jefes y en los niveles del universo PlayStation. Los primeros nos han parecido una auténtica maravilla tanto por sus patrones de ataque como por su puesta en escena, ofreciéndonos unas batallas divertidísimas, sorprendentemente espectaculares y con montones de giros que van alterando el curso del enfrentamiento a medida que vamos bajándoles la vida, lo que nos ha dejado para el recuerdo auténticos momentazos. Sí, son muy fáciles de derrotar, pero mentiríamos si os dijésemos que no nos han resultado de las más divertidas que hemos jugado en un plataformas 3D. Por cierto, también hay un buen puñado de minijefes que, a pesar de ser considerablemente más simples en cuanto a mecánicas, no están nada mal y aportan variedad.
Por su parte, al final de cada mundo nos espera todo un regalo en forma de una fase inspirada en alguna de las grandes sagas de PlayStation. En ellas nos convertimos en sus correspondientes protagonistas y ganamos sus habilidades para disfrutar de unos niveles que son puro fan service del bueno desatado con montones de guiños y recreaciones de momentos icónicos que nos han puesto los pelos de punta y nos han hecho desear un juego entero formado únicamente por esta clase de pantallas. No queremos elaborar demasiado para evitar posibles destripes, pero os aseguramos que entre las series que se han escogido para estos niveles hay un par que os van a sorprender mucho tanto por lo inesperadas que resultan como por la forma en la que se han adaptado sus mecánicas. Lamentablemente, hay muy pocas fases de este tipo, pero compensan de sobra con la absoluta maravilla que son.
Lo que sí que hemos echado algo de menos en términos generales es un poco más de dificultad, ya que estamos hablando de un juego extremadamente fácil para cualquiera con un mínimo de experiencia en el género. Hay una serie de minipantallas opcionales centradas únicamente en el "plataformeo" puro y duro que son una delicia y que intentan subir un poco el reto, pero ninguna de ellas nos ha llevado más de 5 minutos y unos pocos intentos, ni siquiera el desafío final definitivo que aguarda a quienes aspiren a completarlo todo.
Se trata de un juego muy permisivo con vidas infinitas y puntos de control a cada paso que damos que banalizan los fallos, por no hablar de que los saltos tienen un margen de error muy generoso. Sí, nuestro protagonista solo aguanta un golpe, por lo que alguna que otra muerte vais a tener de vez en cuando, pero sí lo que buscáis es una experiencia de juego mínimamente exigente, aquí no la vais a encontrar y os puede saber a poco.
De igual modo, creemos que el mapamundi por el que nos movemos para seleccionar las pantallas está un poquito desaprovechado, pues todas las fases ocultas que podemos encontrar en él se desbloquean chocándonos con los asteroides que veamos, por lo que no hay nada realmente interesante para hacer aquí que incentive la exploración.
En total, terminar la historia principal es una tarea que nos ha durado 10 horas, mientras que completar el 100 % y obtener su trofeo de Platino nos ha llevado 15 horas exactas, una duración que nos ha parecido simplemente perfecta. Eso sí, es un juego tan bueno que si nos hubiese durado el doble tampoco nos habría importado.
El homenaje definitivo a la historia de PlayStation
Pero más allá de ser un juego de plataformas sobresaliente repleto de virtudes y con un encanto inigualable, lo que hace que Astro Bot sea un título tan especial es el tremendo homenaje que realiza a los 30 años de historia de PlayStation. Y no lo decimos solo por las fases inspiradas en las sagas de la marca, sino también por la ingente cantidad de guiños y detalles que no vamos a parar de encontrarnos por el camino.
Para empezar, de los más de 300 bots que tenemos que rescatar, al menos la mitad son robots disfrazados de personajes de otros videojuegos. Y ojo, ya que no solo los hay de Sony, sino también de otras compañías como Konami, Capcom, Sega o Bandai Namco, por citar unas pocas.
La ingente cantidad de sagas que se llegan a dar cita es simple y llanamente abrumadora y nos ha permitido ver juntas a auténticas leyendas del medio a la vez que hemos vivido un viaje tremendamente nostálgico que nos ha tenido constantemente con la sonrisa en los labios y alucinando con algunos de los títulos a los que se homenajean. Por supuesto, hay mucho espacio para las series más famosas y consagradas, pero también para indies y juegos que solo vais a recordar los más veteranos. En concreto, algunos de las obras que aparecen de la primera PlayStation nos han dejado con la boca abierta y han conseguido arrancarnos alguna lagrimilla de felicidad al ver cómo al menos alguien se ha acordado de esos títulos que tan felices nos hicieron hace ya tantos años.
Por si no fuese suficiente, cada vez que encontramos a uno de estos personajes, el título nos lo describe con un divertidísimo y fino comentario de una sola línea que suele hacer alusión a algún aspecto extremadamente concreto de sus juegos originales que solo los más fans van a entender.
Todo esto hace que estemos hablando de una producción que, a pesar de ser plenamente disfrutable por todo el mundo, mejora cuanto más bagaje del medio tengamos. Por eso mismo, nos cuesta entender que no se haya aprovechado para incluir una enciclopedia con detalles y explicaciones de cada una de las sagas que se han añadido para que quienes no las conozcan puedan descubrirlas e interesarse por ellas, ya que ni siquiera nos van a decir los juegos a los que pertenece cada personaje. Una oportunidad perdida que esperamos que se solucione con alguna actualización gratuita.
Por supuesto, esta celebración del universo de PlayStation no termina aquí, aunque decir más sería caer en destripes que estamos convencidos que vais a querer descubrir por vosotros mismos.
El poder del DualSense
Otro aspecto que merece punto y aparte es el maravilloso uso que hace del DualSense, algo que no os pillará de nuevas si habéis jugado a Astro’s Playroom, un juego que, tras cuatro años, sigue sin tener rival en este sentido. No hay un solo instante en toda la aventura en la que no esté sacándole partido a sus capacidades para mejorar la experiencia, ya sea con momentos que hacen uso del giroscopio (se puede desactivar si no os gusta), transmitiéndonos infinidad de sorprendentes sensaciones distintas a las manos con la retroalimentación háptica o aprovechando los gatillos adaptativos para ciertas mecánicas. Hasta el micrófono incorporado tiene utilidad y el altavoz del mando juega un papel crucial en aumentar la inmersión, lo que hace que sea muy recomendable jugarlo sin auriculares. Una pasada que nos recuerda el enorme potencial de un mando al que muy pocos estudios han conseguido sacarle partido de verdad.
Visualmente arrebatador y con un carisma inigualable
En lo que respecta a su apartado gráfico, cabe destacar que nos ha sorprendido bastante. Sí, puede que tenga un aspecto sencillo, minimalista y de formas simples, pero todo está tremendamente cuidado y nos deja texturas con un acabado fantástico (ojo la calidad de los materiales), efectos de partículas realmente buenos, una iluminación muy conseguida, una resolución altísima y un rendimiento impecable. Es un juego que es capaz de hacer mucho con muy poco para ofrecernos todo un deleite visual, algo que se ve reforzado por un nivel de pulido excepcional, una dirección de arte cautivadora y, sobre todo, unas animaciones increíbles dignas de una buena película de animación.
De hecho, querríamos detenernos un segundo a hablar de sus animaciones, ya que hay montones de ellas y le dan una personalidad a todos los personajes que no podemos pasar por alto, incluyendo enemigos normales y jefes. El mismo Astro Bot es carisma puro y basta verlo moverse un rato en pantalla para que nos enamore con sus múltiples reacciones a todo lo que ocurre durante la partida, con multitud de pequeñas animaciones que reflejan su estado de ánimo. Y sí, contamos con un botón para ponernos a bailar y la lista de posibles danzas que podemos hacer es bastante alta.
Finalmente, del sonido solo podemos aplaudir su maravillosa banda sonora, la cual hace gala de una gran variedad de composiciones muy animadas, alegres y pegadizas que no vais a conseguir quitaros de la cabeza. Muchas provienen de entregas anteriores, pero las nuevas remezclas que se han realizado son fantásticas y las nuevas melodías no se quedan atrás. Para rematar, también hay nuevas versiones de los temas principales de varias de las sagas más importantes de PlayStation, los cuales nos han llegado a poner los pelos de punta en algunos casos. Los efectos, por su parte, muy variados y de una calidad incuestionable.
Conclusiones
Vamos a decirlo claro: Astro Bot es, sin lugar a dudas, uno de los mejores juegos de plataformas de los últimos años y uno de los homenajes más bonitos y especiales que se han hecho nunca a la historia y legado de este hobby que tanto nos apasiona. Una aventura tan rematadamente buena que pone a este adorable héroe a la altura de los grandes del género para mirar de tú a tú a auténticos iconos intocables del sector.
Es un juego que lo tiene prácticamente todo: un protagonista con un carisma inigualable, unos controles perfectos, un diseño de niveles magnífico, una variedad de situaciones altísima, montones de secretos, un uso espectacular del DualSense, unos jefes geniales, una dirección visual arrebatadora y una banda sonora de las que se quedan grabadas a fuego en la cabeza. Quizá su bajísima dificultad sepa a poco para los más veteranos y su mapamundi se podría haber aprovechado algo más, pero eso no quita que estemos hablando de todo un imprescindible de PS5 que ningún poseedor de la consola se debería perder bajo ningún concepto, especialmente a poco que seas fan del género.
Astro Bot es puro videojuego. Un recordatorio de todo lo que hizo que nos enamorásemos de este medio y de cómo una propuesta sencilla y clásica en la que solo importa coger el mando y pasárselo bien sigue teniendo la capacidad para superar a superproducciones de cientos de millones de dólares. Haceos un favor y no os lo perdáis.
Hemos escrito estas impresiones gracias a un código de descarga que nos ha facilitado PlayStation.