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Fecha de lanzamiento:
PC, PS4:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: InnerspaceVR
Producción: MWM Interactive
Distribución: Steam
Precio: 16.79 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Inglés
Voces: Inglés
Online: -
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Análisis Maskmaker, el viajero enmascarado (PC, PS4)

Un interesante concepto basado en los puzles y la exploración, sorprendente y divertido, pero que no consigue alcanzar todo su potencial.
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Actualizado: 11:39 21/4/2021
Análisis de versiones PC y PS4.

Los creadores de A Fisherman’s Tale continúan explorando las posibilidades de la realidad virtual con este título que, al igual que esta tecnología, juega con la idea de ponernos una máscara que nos teletransporta a otros mundos en cuestión de segundos. Pero ¿cómo han ejecutado la idea? Os contamos qué tiene que ofrecer este interesante proyecto, bautizado como Maskmaker.

Magia y máscaras

Maskmaker es un título de puzles y exploración para la realidad virtual que nos lleva a explorar diferentes mundos con tan sólo cambiarnos de máscara. Es un concepto muy sencillo de entender, aunque quizás un poco confuso de explicar. El tutorial nos pone en situación, y nos cuenta cómo este artesano con poderes creó unas máscaras con poderes y, nosotros, como su aprendiz, tenemos que seguir sus enseñanzas y, de paso, explorar un mundo desconocido y descubrir la identidad del ser todopoderoso que lo controla, Prospero.

Preparaos para recorrer extraños universos con tan solo cambiaros de máscara.

La aventura comienza en el taller del artesano, donde tenemos que coger un bloque de madera y, con martillo y cincel en mano, empezar a tallar nuestra primera máscara siguiendo el patrón indicado. Después, toca pintarla del color correcto y, al ponérnosla, viajaremos a un universo diferente. Allí encontraremos otra criatura enmascarada y, para progresar y llegar hasta donde se encuentra, necesitaremos copiar su máscara tras verla de cerca con un catalejo mágico. Este es el concepto principal del juego: viajar a nuevos sitios, encontrar a otras criaturas enmascaradas, explorar para encontrar recursos y copiar su diseño.

Tendremos que fabricar las máscaras nosotros mismos.

Todo esto cobra mucho más sentido en realidad virtual. Es un juego muy físico, en el que tenemos que interactuar constantemente con cosas, ya sea para coger los recursos necesarios para crear las máscaras, o para darle forma a estas. Queremos que quede claro que no es un juego de supervivencia ni de recolección de recursos; una vez encuentras el elemento adecuado, este está disponible de manera infinita en el taller.

No todo es exploración como tal, ya que es habitual encontrar diferentes puzles. Algunos son más físicos y centrados en la lógica, como colocar los engranajes de una máquina para poder cruzar al otro lado de un acantilado, y otros están orientados al uso de las máscaras y nos obligan al colocar a cierta criatura enmascarada en un punto determinado (por ejemplo, una plataforma móvil) para luego poder teletransportarnos a ella. No son pruebas demasiado complicadas, pero ayudan a darle variedad al desarrollo.

Los puzles serán muy importantes, y muchos de ellos juegan con la posición de otras criaturas en el escenario.

La realidad virtual: lo bueno y lo malo

Siempre defendemos la importancia de hacer un juego para realidad virtual partiendo de las ventajas únicas de esta plataforma. Maskmaker, aunque no creemos que haga nada imposible sin realidad virtual, sí que hace que sea una aventura muy física, en la que estamos casi en todo momento interactuando con cosas. El inicio es una clara excepción, que nos obliga a soportar una extensa cantidad de tutoriales tremendamente guiados que resultan un tanto frustrantes en este formato. Por suerte, poco a poco nos van dando la libertad necesaria para que nos olvidemos de este torpe inicio.

Según progresamos, las máscaras serán más complejas de fabricar.

Algo muy interesante es el uso de la máscara como tal. Cuando nos la ponemos, nos teletransportamos inmediatamente a otro lugar (al menos, usando un disco NVMe tarda un segundo en cargar), y cuando nos la quitamos volvemos al taller. Es una idea genial que te hace sentir algo «mágico», pero es necesario acercarse la mano demasiado a la cara para quitárnosla, y muchas veces acabamos golpeando el casco con el mando. Teniendo en cuenta que no hay ningún otro gesto que requiera ponerse la mano cerca, estaría bien que respondiese a unos centímetros también.

Lo demás, la verdad, está muy bien. La idea de tallar las máscaras, de pintarlas, añadir los diferentes elementos e interactuar constantemente con cosas funciona muy bien. Estaría bien que hubiese más objetos con los que interactuar o que fuesen más orgánicos, pero cumple con su cometido de transportarnos a otro mundo.

Tenemos múltiples opciones para movernos, tanto de manera libre como teletransportándonos.

Múltiples mundos por descubrir

A lo largo de nuestros viajes vamos a visitar ocho entornos diferentes, cada uno con sus características propias. Al estar pasando de uno a otro constantemente esta variedad se agradece muchísimo y hace que el progreso sea más ameno. Como nota, la duración puede variar enormemente entre un jugador y otro. Al depender del orden en el que viajes, lo que tardes en encontrar los recursos para una máscara u otra, lo que tardes en resolver un puzle... puede haber varias horas de diferencia. En nuestro caso ha rondado las siete horas, pero ya decimos que es un desarrollo bastante abierto y difícil de medir.

En lo sonoro, buenos efectos y música ambiental, así como buenas voces... únicamente en inglés y francés. Los mismos idiomas para los subtítulos, con la adición del alemán. Esto quiere decir que no hay manera de jugarlo en español, algo un tanto molesto sobre todo en realidad virtual. Y sí, una vez que sabes cómo funciona es fácil de avanzar, pero los tutoriales son bastante específicos y la historia lo suficientemente interesante como para, al menos, querer prestarle atención.

Vamos a revisitar constantemente cada fase en busca de recursos.

Una aventura original, con altibajos

A pesar de sus limitaciones y errores un tanto fáciles de subsanar, Maskmaker es un juego muy entretenido y original, que sabe aprovechar la realidad virtual y ofrecernos una aventura con personalidad y que deja momentos muy interesantes. Esperamos que se hagan ciertos ajustes, como la distancia a la que tenemos que acercarnos el mando para quitarnos la máscara y, quién sabe, que un futuro podamos jugarlo en nuestro idioma.

Hemos realizado este análisis en PC con unas Oculus Quest 2 con un código de descarga proporcionado por Best Vision PR.

Colaborador

NOTA

7

Puntos positivos

Una buena idea que funciona en realidad virtual.
Muy interactivo.
Visualmente es muy resultón.

Puntos negativos

La falta de localización al español se acentúa en realidad virtual.
Ciertos gestos necesitan ajustes.
Las búsquedas pueden hacerse un tanto farragosa.

En resumen

Una curiosa aventura que nos deja momentos muy interesantes, que es fácil de recomendar si os interesa el concepto aun con sus altibajos.