Análisis de Fallout 4 VR (PC)

Desde hace un tiempo Bethesda ha brindado un enorme apoyo a la realidad virtual y ha dejado muy claro que sus grandes títulos también pueden ser disfrutados plenamente con esta nueva tecnología. Si hace unas semanas hablábamos de las enormes bondades de volver al universo de Skyrim con The Elder Scrolls: Skyrim VR en PlayStation VR, y días después disfrutábamos de la nueva aventura alienígena de DOOM VFR en PSVR y HTC Vive, ahora ha llegado el momento de descubrir todo lo que puede ofrecer el emblemático y cautivador Fallout 4 a la realidad virtual.

Aunque en este análisis nos centraremos exclusivamente en las novedades para la versión de HTC Vive (ya que seguimos sin noticias de un posible lanzamiento en PlayStation VR), debemos contextualizar y recordar que Fallout 4 no solo es uno de los títulos más influyentes de los últimos años, sino que a día de hoy sigue siendo un videojuego sobresaliente tanto a nivel jugable como artístico.

Esta versión es jugablemente idéntica a la original, lo que garantiza una experiencia extensa y divertida.

El fin del mundo

Lo primero que queremos destacar es la enorme inmersión que ofrecen las gafas de realidad virtual, algo que nos permitirá vivir una nueva e inolvidable experiencia dentro del universo Fallout. Gracias a ello podremos movernos libremente para admirar los entornos, interactuar con todo lo que encontremos a nuestro alrededor, disfrutar con constantes enfrentamientos y dar rienda suelta a nuestra imaginación con la construcción de asentamientos.

Para movernos podremos usar dos métodos: teletransportación o movimiento libre. En el primer caso apuntaremos con el mando izquierdo hacia la zona que queramos movernos y pulsaremos el gatillo para realizar la acción, aunque habrá que controlar muy bien la barra de resistencia si no queremos perder distancia de desplazamiento por el cansancio. Este estilo es algo más tosco e impreciso, sin embargo, garantiza una experiencia estable y sin mareos. Por su parte, el movimiento libre permite una movilidad más fluida y precisa, aunque provocará una mayor sensación de mareo. Para utilizarlo solo tendremos que pulsar sobre el touchpad en la dirección adecuada, pudiendo correr si pulsamos dos veces.

Independientemente del desplazamiento elegido, utilizaremos el touchpad derecho para girar en ángulos de 45 grados, algo que podremos adaptar desde el menú de configuración para aumentar o disminuir dichos movimientos. Además, sobre nuestro cuerpo encontraremos la clásica barra de dirección con los puntos cardinales y los destinos activos, algo imprescindible para no perdernos durante nuestros constantes viajes. Sin duda, se ha hecho un gran trabajo para garantizar una buena interacción con el entorno tanto en espacios cerrados como abiertos. Aunque la mayor parte del tiempo hemos utilizado la teletransportación por su sencillez y porque permite jugar durante más horas sin mareos, el movimiento libre también es una buena opción (si conseguimos no marearnos) gracias a su mayor fluidez y precisión.

Otro aspecto fundamental es el manejo de las armas: en esta ocasión las controlaremos con el mando derecho (aunque podremos adaptar la experiencia para zurdos desde el menú de configuración) y recargaremos pulsando el botón lateral. Todas las armas han sido bien adaptadas y gozan de una gran precisión y movilidad, pudiendo superar incluso los enfrentamientos más exigentes en las dificultades más elevadas.

Un aspecto clave en cualquier Fallout es la utilización del V.A.T.S, un sistema heredado de las primeras entregas que aporta un toque más pausado y estratégico a los combates. Para utilizarlo tendremos que pulsar el botón superior, disponiendo con ello de unos valiosísimos segundos a cámara lenta para atacar a nuestros enemigos. El sistema funciona muy bien gracias a la enorme precisión de los mandos de HTC Vive, por lo que la experiencia no se resiente y sigue manteniendo intacto un aspecto fundamental de la jugabilidad.

Una herramienta imprescindible

El Pib-Boy sigue siendo el centro de gestión y objeto fundamental para inspeccionar nuestro inventario, administrar misiones o potenciar nuestras habilidades. En todo momento estará visible en nuestra mano izquierda, pudiendo utilizarlo siempre que queramos simplemente acercando el brazo hacia nuestra cara en posición horizontal. Dentro del menú utilizaremos el touchpad para desplazarnos, algo realmente inmersivo, pero que por momentos se muestra poco funcional debido a la confusa disposición de los botones táctiles.

Para facilitar la interacción con el Pib-Boy, cuando lo acerquemos a nuestra cara aumentará notablemente de tamaño, algo que nos permitirá ver con claridad los complejos menús sin detener en ningún momento el juego. Esta es solo una de las opciones disponibles, ya que desde el menú de configuración podremos modificar el sistema de visión para que la interfaz aparezca en pantalla completa o bien se proyecte frente a nosotros, evitando con ello que tengamos que mantener el brazo elevado durante largos periodos de tiempo.

Siguiendo con los elementos de control, encontramos un funcional sistema de conversación: para hablar con alguien simplemente tendremos que acercarnos y pulsar el botón central del touchpad, apareciendo posteriormente las respuestas disponibles en cada una de las cuatro direcciones. Este botón de acción también se utilizará para interactuar con terminales, recoger objetos o manejar el menú de construcción, consiguiendo con ello una experiencia sencilla e intuitiva.

Un mundo real

A nivel gráfico, Fallout 4 cumple con lo esperado y consigue recrear a la perfección un enorme y detallado mundo abierto. El título original no era un portento visual y esta nueva versión nota el paso del tiempo, sin embargo, el motor de iluminación ofrece un gran rendimiento, los modelados son muy detallados, hay buenos efectos de partículas y la resolución garantiza una nítida experiencia. Como contrapunto, también encontramos problemas con las físicas al interactuar con el entorno, pudiendo atravesar paredes o posicionarnos en lugares extraños. Por último, algunas texturas presentan ciertas limitaciones y hay popping en los espacios más abiertos, aspectos que pueden llegar a lastrar el acabado final.

En lo que respecta al sonido, el título llega traducido y doblado al castellano como ya sucedía con el videojuego original. Por su parte, los efectos sonoros siguen estando a un gran nivel y la banda sonora vuelve a ser uno de los puntos fuertes de la aventura, gracias a sus ya emblemáticas canciones de los años cuarenta que consiguen crear una ambientación única.

Conclusión

Bethesda ha realizado un excelente trabajo adaptando este videojuego a la realidad virtual, consiguiendo con ello que el título sea una experiencia imprescindible para los poseedores de unas HTC Vive, ya sea porque no lo jugaron en su momento o porque quieran volver a revivir la experiencia de una forma novedosa. La mayor parte del mérito de esta versión reside en la gran capacidad de inmersión y en la fantástica adaptación de los controles a los mandos de movimiento, consiguiendo que con un poco de práctica nos olvidemos de ciertas dificultades iniciales y limitaciones, para acabar dominando sin problemas su jugabilidad.

Es cierto que el título tendrá un alcance limitado al llegar en exclusiva para HTC Vive, que no incluye los DLC lanzados posteriormente y que presenta algunos problemas en la interacción con los entornos, pero, pese a todo, Fallout 4 VR es un completo conjunto final que nos ofrece una experiencia única y que demuestra todo el potencial de la realidad virtual.

Hemos realizado este análisis en PC con HTC Vive con un código de descarga que nos ha proporcionado Bethesda.