Análisis Caves of Qud: Un RPG de fantasía y ciencia ficción que si te atrapa ya no podrás soltarlo nunca (PC)
Pocas veces un juego puede engañar tanto por su aspecto, y antes de que veas las imágenes de Caves of Qud y salgas huyendo, tienes que saber que te encuentras ante uno de los indies con mejor recepción del momento, con un 95% de reseñas positivas en Steam. Los desarrolladores de Freehold Games cuentan que es "un proyecto de proporciones épicas" que arrancó hace más de 15 años. Se trata de un roguelike de fantasía y ciencia ficción con la narrativa emergente como característica definitoria, además de una clarísima inspiración en los clásicos del género, y más en concreto de los juegos de rol de papel y lapiz al estilo Dungeons and Dragons.
Cuando juegas tu primera partida no sabes ni dónde te has metido, con la segunda empiezas a ver cierto atractivo, con la tercera ya te sorprendes de las cosas que puedes hacer… y sin darte cuenta ya estás completamente sumergido en un RPG tremendamente adictivo. Cada nueva partida es una aventura, y puede durar desde escasos minutos hasta horas.
Si buscas comentarios de la gente que ha jugado, no te encuentras con líneas y líneas que alaban la variedad de clases o la cantidad de quests, sino que te hablan sobre cada una de las experiencias que han vivido. Porque de eso va precisamente este juego.
Un RPG roguelike tan complejo que puede asustar
Empezar tu partida en un poblado, hablar con los lugareños y de repente darte cuenta de que si abres un suculento cofre, vendrá acto seguido su dueño para acabar con tu vida. Bendecir una escultura, ganar afinidad con una determinada raza, hacer que uno de ellos te acompañe en tus viajes y cuando (porque sí) decides acabar con su vida, te salta un intimidador mensaje en pantalla de que tienes a las facciones de medio mundo en tu contra porque ya no eres de fiar. Librar mil batallas, hacerte con abundante botín, venderlo, subir de nivel y de repente encontrarte con un ser capaz de entrar en tu mente y hacer que tu cabeza explote en mil pedazos.
Caves of Qud es el juego de las historias infinitas, gracias a un diseño de juego que te propone un mundo abierto generado parcialmente de forma procedural, al igual que ciertas misiones. Y ese "parcialmente" es muy importante, porque se logra el equilibrio justo y necesario, con muchas mazmorras y quests diseñadas por las mentes pensantes detrás del juego: Jason Grinblat y Brian Bucklew. Así, tu partida cambia cada vez que inicias una nueva aventura y escoges otro personaje, pero no tanto como para que pienses que te encuentres en un lugar radicalmente distinto.
Pero no te vamos a engañar. Es un juego duro, especialmente en su modo clásico, que hace gala de una característica fundamental: la muerte permanente. Este enfoque lo hace solo apto para expertos del género, ya que el haber pasado por alto una trampa o enemigo puede llevarte a un destino fatal. Aunque puede que sea incluso tu mala suerte, y eso si no se te acaba la comida, no encuentras agua o simplemente te atrapan y te meten en una cárcel por el fin de los tiempos (que a nosotros nos ha pasado). Pero esa es la magia de la narrativa emergente, que resulta impredecible y te lleva a destinos inimaginables.
Por suerte no es la única modalidad existente, y si no quieres sufrir tanto lo ideal es que escojas el modo roleplay, que tiene checkpoints cada vez que visitas un asentamiento. Y si quieres sufrir aún menos tienes el modo wander, que está centrado en la exploración. De hecho, aquí ya no ganas puntos por derrotar enemigos, sino por encontrar nuevos emplazamientos. Luego tienes el interesante modo diario, en que se te da un personaje predeterminado para llegar tan lejos como puedas (se te compara online con otros participantes durante ese día, lo cual incentiva a probarlo diariamente).
Hablando del juego en sí, y a pesar de su apariencia, es de lo más complejo que te puedas imaginar. Tanto, que nos resulta difícil pensar cómo podría hacerse un juego tan profundo de otra manera. Hay un total de 70 razas, y dependiendo de su afinidad te las encontrarás luchando por el escenario. Si te haces amigo de una, podría implicar que te enemistases de otra. También las habrá que sean neutrales, y puedes hacer los llamados rituales del agua para cambiar las tornas con fines estratégicos. Cada facción tiene unos intereses, y eso es algo que también te resulta interesante descubrir para alcanzar tus objetivos.
Hay cantidad de NPCs con los que mercadear y que te ofrecen quests, así como un montón de maneras de hacer frente a los combates, ya sea cuerpo a cuerpo o con armas de fuego. Puedes imaginártelo como un roguelike RPG tradicional de los años 80, pero con una complejidad aplastante. Y por supuesto también tienes la oportunidad de crear a tu propio personaje desde cero, ya sea un mutante o un ser cibernético. Si haces esto último, puedes escoger tus implantes, los cuales te dan ventajas como descifrar los rasgos combativos de tus oponentes o tener visión nocturna (algo que incrementa el campo de visión mientras caminas por el mapa).
Un juego infinito
Nos volveríamos locos citando todo lo que puedes hacer, pero no tiene sentido, y haría falta una guía de decenas de páginas. Basta que te digamos que las primeras horas solo te sirven para familiarizarte con Caves of Qud, y que completar la campaña principal depende tanto de tu habilidad que no hay una cifra de horas estimada para completarla. Puedes jugar más de 100 horas si quieres para verlo (casi) todo, o puede ser infinito también si lo deseas. Es posible disfrutarlo sin seguir la historia, o guiarte por la misión principal. En definitiva, no hay una manera correcta de jugarlo, porque el juego permite disfrutarlo de muchas formas.
Por ejemplo, puede que seas un jugador más contemplativo, y te guste leer los textos de los más de 8.000 objetos disponibles. Tal vez te guste más liarte a golpes y derrotar enemigos uno tras otro. O puede que lo tuyo sea lootear, conseguir dinero y potenciar tu equipamiento al máximo. También puede atraerte el tema de probar mutaciones y combinar su uso, obteniendo resultados sorprendentes. A medida que juegas y vas descubriendo estas cosas, acabas sintiendo predilección por una mecánica u otra, algo que te acaba ofreciendo una sensación de variedad intensísima.
Ahora bien, no es un juego para todos los paladares. Sus creadores lo saben perfectamente, y su tutorial no hace milagros. Te presenta un pequeño esbozo de lo que es, pero para apreciar el videojuego tienes que dedicarle mucho tiempo e ir aprendiendo sobre la marcha, mientras te tropiezas una y otra vez. Lo recompensa, sin duda, pero es un juego que se cuece a fuego lento, y en lo audiovisual puede echar para atrás a más de un usuario. Aun así, los desarrolladores se muestran orgullosos del estilo artístico minimalista que han logrado, con un tono tan abstracto que solo se puede comparar a los gráficos que teníamos en la época de los 80.
Los que hayáis vivido aquella generación de hardware, la imaginación acababa rellenando los huecos que dejaban los rudimentarios sprites. Pues aquí pasa lo mismo. La música, por su parte, es sorprendentemente inmersiva, con ritmos que se mezclan dependiendo del entorno que visitemos (que recordemos se genera proceduralmente). En términos de programación, estamos ante un juego fuera de serie, y que explica más de la mitad de su éxito. La única lástima es que Caves of Qud llegue con textos en inglés, con un lenguaje a veces rebuscado, porque con una traducción al español estamos seguros de que sería mucho más disfrutable y fácil de seguir.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga para Steam que nos ha proporcionado Freehold Games.