Análisis de Anno 117: El secreto del nuevo videojuego de estrategia de Ubisoft está en la brillante gestión de Albion (PC, Xbox Series X, PS5)
La saga Anno se ha convertido por motivos propios en una de las más queridas por los amantes de los juegos de estrategia y gestión, con Ubisoft llevándonos a diferentes épocas históricas (a veces incluso al futuro) en la serie, aportando en cada entrega distintos giros de tuerca en una jugabilidad que, además, suele estar bien equilibrada y con una curva de dificultad muy bien integrada para adaptarse a todo tipo de jugadores.
Tras el buen sabor de boca que dejó Anno 1800 en 2019, ahora Ubisoft Mainz regresa con Anno 117: Pax Romana, que nos transporta a un periodo histórico muy próspero en el Imperio Romano que comenzó en el año 29 a. C. aunque nos sitúa casi en su auge, en el año 117 d. C. en pleno esplendor del Imperio.
En Vandal ya os hemos hablado en varias ocasiones de uno de los juegos más esperados del año para los aficionados a la estrategia y a continuación os traemos nuestro análisis después de haber completado la campaña y disfrutado de unas cuantas horas de su modo sandbox, siendo esta una entrega muy inteligente en todo lo que propone.
Latium y Albion: Dos biomas, muchas posibilidades y la misión de integrar el Imperio
En nuestras impresiones anteriores Anno 117 nos hizo creer que debíamos elegir entre desarrollar nuestra actividad en el corazón del Imperio (Latium) o en la lejana Albion que nos lleva a la zona de Gran Bretaña ofreciéndonos un bioma muy diferente, con todos los cambios de jugabilidad que eso supone.
Sin embargo, la realidad es muy diferente, ya que en el contenido de final de juego o en el modo sandbox (a partir de cierto momento) se nos descubre que el desafío no es elegir entre una u otra, sino integrarlas. Podremos viajar entre ellas, ya sea para establecer rutas comerciales y conseguir los materiales de una que no tenga la otra (o viceversa) o para expandirnos en ambos territorios, tener más acceso a recursos, posibilidades de mercado y poder (además de más "dolores de cabeza" como gobernadores, pero sarna con gusto no pica, ¿verdad?).
Latium nos ofrece la experiencia más clásica de Anno a nivel de gestión y expansión de nuestra ciudad o ciudades, todo ello aderezado con mejoras de calidad de vida en ciertos puntos como la gestión de la colocación de edificios, las herramientas para crear rutas o carreteras y mejoras en la interfaz para intentar hacerla limpia y, a la vez, intuitiva.
¿Romanos o celtas? La decisión de romanizar o integrar y respetar un legado
Sin embargo, es en Albion donde tenemos más cambios que aumentan la profundidad jugable. Lo primero y más obvio al llegar a las islas son las diferencias en el bioma, que se notan no solo en el aspecto o en la presencia de algunos recursos exclusivos de la provincia, sino que el juego busca dar un paso más allá con las marismas. Estas nos dan acceso a toda una serie de nuevos recursos a cambio de reducir el tamaño de superficie habitable de las islas, aunque si así lo queremos también podemos drenarlas y rechazar con la mano del hombre lo que ha colocado ahí la naturaleza.
En ese sentido será clave también nuestra elección de población para Albion. Una vez evolucionamos por primera vez un edificio podemos elegir entre apostar por una población romanizada, más adaptada a nuestras costumbres, o abrazar a los celtas y ampliar nuestras urbes integrándonos en lugar de romanizando el territorio, lo que nos dará acceso a otro tipo de materias primas y productos. Además, esta y otras decisiones también afectan a la diplomacia.
¿Pax Romana? El precio de la paz o la guerra
Para entender un poco la ironía del título hay que ponernos un poco en contexto de lo que fue la Pax Romana, un largo periodo de estabilidad en el Imperio Romano y, como comentamos al principio del texto, en Anno 117 nos encontramos en su punto álgido, con la mayor expansión de Roma bajo la dirección del emperador Trajano.
Fue una época sin grandes conflictos dentro del Imperio Romano a nivel interno, lo que permitió un gran crecimiento comercial y económico, aunque esta paz a veces se consiguiese por la fuerza y la conquista de otros territorios y el juego captura todo esto de una forma muy inteligente, sobre todo una vez más en la región de Albión.
En esta ocasión creemos que la diplomacia juega un mayor papel, ya que tanto nuestras relaciones con el resto como nuestras decisiones de expansión, integración o romanización (e incluso nuestras elecciones en las misiones o nuestros cultos a ciertas deidades) pueden alterar el curso de la partida en cualquier momento.
En nuestro caso, en este tipo de juegos nos gusta más optar por un perfil comercial y diplomático, ya que creemos que para centrarnos en la parte bélica tenemos otros juegos de estrategia, pero eso no quiere decir que no debamos proteger nuestras islas por si nos ataca un enemigo, que tengamos que preparar una buena flota de barcos o reclutar unidades, ya sea para influir con nuestro poder militar a otros rivales (aunque no utilicemos de forma directa la fuerza) o para atacar a esa facción que no ha dejado de importunarnos hasta acabar con nuestra paciencia.
La paz, por lo tanto, es una elección y, para defendernos o para actuar en la ofensiva, tenemos un buen arsenal de unidades marítimas y terrestres que debemos gestionar con mucho cuidado, porque lógicamente cada una de ellas tiene un importante coste en población y, si no tenemos una ciudad lo suficientemente expandida, puede provocar que a cambio de tener más poder militar perdamos capacidad de mano de obra.
Por cierto, no debemos olvidarnos de que la paz no solo será cosa nuestra, y si bien es cierto que contra la IA tendremos algo más de facilidad para mantenerla, hay que recordar que también podemos abrazar partidas multijugador PvP en las que la competencia puede hacer que los conflictos bélicos estén a la orden del día.
Dos gobernadores y un Imperio que podemos compartir (Campaña, sandbox y cooperativo)
En Anno 117: Pax Romana tenemos de inicio modalidades robustas que abarcan tanto las vertientes en solitario como la multijugador. El juego base incluye:
- Modo campaña: Una historia de unas 12 horas con dos protagonistas, Marcus y Marcia, con diferencias también en la narrativa, siendo el punto de entrada ideal para veteranos y noveles.
- Modo sandbox: El modo libre tradicional con libertad total para construir nuestro imperio.
- Modo cooperativo: Integrado tanto en la campaña como en el sandbox, permitiendo gestionar nuestras regiones con nuestros amigos.
- Modo PvP: Mencionado anteriormente, puede ser todos contra todos o por equipos y nos permitirá medir nuestra pericia con otros jugadores.
La campaña sigue siendo el punto de entrada ideal tanto para nuevos jugadores como para que los más veteranos refresquen la memoria con los conceptos básicos y aprendan también las nuevas mecánicas que nos ofrece esta nueva entrega creada por Ubisoft Mainz.
Esta campaña nos permite escoger entre Marcus o Marcia al inicio de la misma, pero la elección va más allá de elegir si somos hombre o mujer, ya que también durante la campaña veremos una historia diferente y variarán algunas de las misiones, ofreciendo dos perspectivas diferentes (aunque a fin de cuentas en ambas se nos irán presentando todas las mecánicas jugables).
En la campaña hay unas cuantas decisiones que pueden influir en el desarrollo de esta y que hacen que sea bastante rejugable, tanto por la elección del personaje como por las propias decisiones que podemos tomar dentro.
Además, el modo cooperativo nos permite jugar la campaña de principio a fin junto a otros dos amigos. Cada uno de los jugadores puede controlar una de las provincias (en el caso de ser dos, por ejemplo) o encargarse de gestionar distintas islas. Por otro lado, las opciones de velocidad de juego no están disponibles en este modo, que funciona solo por invitación.
Un juego precioso para los ojos y con un
A nivel audiovisual, Anno 117: Pax Romana es toda una delicia. Desde las texturas de la vegetación o las casas hasta los diferentes efectos del agua, los reflejos o el buen tratamiento de la iluminación (sobre todo cuando tenemos activado el trazado de rayos en tiempo real, que proporciona un ciclo de día y noche muy realista), por no hablar de que la recreación de los edificios y los grandes monumentos se ha realizado con gran mimo, las calles de nuestras ciudades llenas de vida y un montón de detalles muy agradables a la vista.
Pasando al rendimiento, hemos probado el juego en tres equipos diferentes. En nuestro PC de gama alta con tarjeta gráfica NVIDIA GeForce RTX 5080, junto a un procesador Ryzen 5900X, 64 GB de memoria RAM DDR4, almacenamiento SSD y Windows 11, hemos conseguido jugar a 4K con los gráficos al máximo (incluyendo trazado de rayos en tiempo real) a 52 FPS con DLSS 4 en modo equilibrado. Hay que destacar que, al menos de lanzamiento, no tenemos generación de frames (algo que no entendemos en pleno 2025) y que es bastante fácil llegar a 60 FPS estables y superarlos de forma holgada reduciendo la calidad del ray tracing (a fin de cuentas, nos hemos ido al modo más extremo).
El segundo equipo de pruebas fue un portátil con una NVIDIA GeForce RTX 4060, procesador i9-14900HX, 32 GB de RAM, almacenamiento SSD y Windows 11, en el que hemos podido jugar a 1080p, con gráficos medios, ray tracing medio y DLSS 4 en modo equilibrado a 103 imágenes por segundo.
Por último hemos probado el juego en un PC consolizado, concretamente en el ROG Xbox Ally X. Aquí se nota más el trabajo de optimización de Ubisoft Mainz ya que hemos podido jugar a 1080p, gráficos en medios y FSR en modo rendimiento a 42 FPS en el modo "dock" a 35 W y a 37 FPS en el modo portátil de 25 W. Siendo el tipo de juego que es, un rendimiento más que positivo, teniendo todo en cuenta que la prueba de rendimiento que incorpora el propio juego es bastante dura.
Por otro lado, la música también es muy agradable de escuchar y el título cuenta con una buena traducción al castellano, algo que se nos antoja clave en cualquier título de estrategia que se precie, donde leer y entender bien las mecánicas es clave.
Conclusiones
Anno 117: Pax Romana es más que un cambio de piel de Anno 1800 (una entrega que ya de por sí era bastante equilibrada y satisfactoria). Es una evolución que da más importancia a nuestras decisiones o a la diplomacia y que cuenta con una curva de dificultad que, como siempre, está muy bien medida, lo que hace que sea un título muy disfrutable para todo aquel que le interese el género, ya sea un experto o un nuevo jugón para el que no se nos ocurre mejor puerta de entrada.
La verdadera magia no está tanto en lo bonito que es a nivel visual o en sus siempre adictivas mecánicas de gestión ahora refinadas, sino en todas las mecánicas que rodean las conexiones entre Latium y Albion, que nos acercan aún más a un simulador de imperios con un comercio interprovincial clave, además de dar más importancia al cooperativo, del que podemos disfrutar incluso en la campaña.
Es el Anno más pulido en mecánicas, en interfaz y en su calidad de vida, además de ser muy rejugable y de garantizarnos cientos de horas con el contenido base... que a buen seguro se va a ampliar con DLC en el futuro y que, de hecho, ya cuenta con una completa hoja de ruta para su primer año de vida.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC proporcionado por Ubisoft.