WandaVision terminó la semana pasada con un increíble capítulo en el que se prepara el horizonte próximo del Universo Cinematográfico de Marvel. Su conclusión fue tan ambiciosa que ha tambaleado múltiples frentes, convirtiendo muchas series anteriores, en irrelevantes o fuera del canon. ¿Las más afectadas? Agentes de SHIELD y Runaways, dos de las producciones más queridas por los aficionados al MCU y los personajes de los cómics de la Casa de las Ideas. Os contamos los motivos (¡Cuidado con los spoilers!)
Una serie tan ambiciosa que contradice a lo visto en Agentes de SHIELD y Runaways
El universo de Marvel se revolucionó por completo cuando las series entraron en juego. Agentes de SHIELD irrumpió en 2013 asegurándonos a los espectadores que era parte del mismo universo compartido que las películas, aprovechando para contarnos nuevas tramas, elementos de gran importancia que tendrían repercusión en otras secuelas y entregas y ampliando los horizontes de una narrativa compartida marca de la casa.
Pero es muy difícil mantener la coherencia en dos medios distintos, por mucho que Kevin Feige, amo y señor de esta cotarro, haya estado supervisándolo todo hasta cierto punto. Desafortunadamente, las películas y las series de televisión se distanciaron cada vez más entre sí a medida que pasaba el tiempo. La puntilla llegó en 2015, cuando Marvel Studios salió del conglomerado de Marvel Entertainment, dejando vía libre a las incoherencias.
Sí, Marvel Television hizo todo lo posible para intentar amoldarse a la narrativa que iba desarrollándose en las películas que iban petándolo en taquilla. Es más, os recordamos que el propio Thanos fue el verdadero villano de la quinta de temporada de Agentes de SHIELD, intentando encajar como se pudo los sucesos Avengers: Infinity War, con el desvanecimiento masivo producido por el Titán Loco. En cualquier caso, funcionó. Pero el vínculo se convirtió en un problema cuando ABC firmó otras dos temporadas, algo que obligó a los showrunners a improvisar debido a la falta de comunicación entre ambos formatos, convirtiendo las tramas de un producto y otro en redundantes, reiterativas o contradictorias. Cuando Marvel Studios anunció que iba a producir sus propias series de televisión en Disney+, que contarían con un presupuesto más allá de cualquier producto de Marvel Television, todos sospecharon que las series que inundaron la pequeña pantalla en 2013, se verían opacadas por la larga sombra de Feige y los suyos, que ahora desembarcaban en la televisión con sus propias normas. ¿Quién ha encabezado este movimiento de reescritura? La propia WandaVision.
WandaVision ha sido tan grande en términos de escala y peso argumental, que ha acabado contradiciendo de forma clara a Agentes of SHIELD y Runaways. Os haremos un resumen rápido: los episodios finales confirmaron que Agatha Harkness, la eterna bruja de los cómics de Marvel, poseía el Darkhold, el libro de magia oscura más famoso de los tebeos. Hasta aquí bien, pero hay un problema capital: si recordáis, el Darkhold ya apareció en Agents of SHIELD y Runaways, con un aspecto diferente y un contexto distinto. Si bien es cierto que un libro como este, de naturaleza mágica, podría cambiar su apariencia, el hecho es que Marvel Studios eligió de forma consciente ignorar un posible guiño de continuidad y apostó por un diseño radicalmente diferente en su forma, su presentación y su relevancia. No es la primera vez que Marvel Studios decide mirar a otro lado cuando se trata de Agentes de SHIELD. En 2016, una de las actrices principales, Chloe Bennet criticó abiertamente a la empresa matriz por ignorarlos de forma sistemática.
"Es una pena. Las personas que hacen películas para Marvel podrían tenernos en consideración. ¿Por qué no reconocen lo que sucede en nuestra serie? ¿Por qué nadie les pregunta eso? ¡Porque parece que no les importa!", afirmaba. Y así ha sido. Marvel Studios está produciendo sus propias aventuras en la pantalla pequeña, y dado que Agentes de SHIELD finalizó, ya nada importa. En estos momentos el formato narrativo de Marvel Studios y el universo cinematográfico compartido está muy definido y más controlado que nunca, por lo que no sería de extrañar que este tipo de reescrituras de elementos, personajes y sucesos tuvieran cada vez más representantes y ejemplos claros.