X
  1. Vandal Random
  2. Artículos
  3. El Señor de los Anillos: Sus razas, orígenes y leyendas menos conocidas

El Señor de los Anillos: Sus razas, orígenes y leyendas menos conocidas

Tras el éxito de Los Anillos de Poder, os mostramos el origen del universo de Tolkien, desde su dios creador hasta los habitantes más importantes del mundo de Arda

Los fans de El Señor de los Anillos están de enhorabuena por razones obvias. Ya se estrenó El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder (podéis leer nuestra crítica de los dos primeros episodios aquí) y eso implica volver a encontrarnos con seres de fantasía clásica. Arda, el mundo donde se ubica todo el legendarium de Tolkien, está habitado por más razas de las que muchos creen. Y es que hay más que "simples" elfos, enanos, medianos, humanos, orcos y goblins. Hoy vamos a repasar las principales y más importantes razas de El Señor de los Anillos, de manera un tanto resumida, algo simplificada y digerible. Permitidnos ciertas libertades para que todo el público pueda entender la base de lo que compone este unierso.

Eru Ilúvatar

Vamos a empezar haciendo trampa, pero es que queremos empezar por arriba. Tan arriba que la primera "raza" de la que vamos a hablar es en realidad el dios creador del universo de Tolkien. Tenemos delante a Eru Ilúvatar. Resulta un poco complicado dar una descripción exacta, ya que el Silmarillion habla de un "concepto" al que las criaturas de la creación dieron una forma y una mitología, pero en otras fuentes de las leyendas de este universo se habla de un ser "real" que da lugar a la creación del todo. Para hacer las cosas más fáciles, partiremos de la segunda idea.

Su nombre se traduce aproximadamente por "el único" o "aquel que está solo" (Eru) y "padre de todo" (Ilúvatar, formado por las palabras para "todo" o "universo" (ilu o ilúvë) y "padre" (atar)). En los libros estas palabras se usan tanto por separado como en forma de nombre compuesto, así que podemos entenderlo como la clásica representación de un dios creador todopoderoso que tiende a figurar en todas las religiones.

Ilúvatar puede crear de forma directa gracias a la Llama Imperecedera. Este poder es parte de su propio ser, y está ligado a la existencia "real". Otras razas pueden crear vida, pero ésta no es real, consciente e independiente a no ser que Ilúvatar así lo decida vía la Llama Imperecedera (lo que se entiende por dotar a esta vida de fëa o alma). Y lo primero que creó fueron los Ainur, a quienes dedicaremos unos párrafos dentro de poco. Se ve que se aburría, y quería música, así que hizo el encargo a sus Ainur.

Cuando los Ainur terminaron de componer su "música de los Ainur", a Ilúvatar le gustó tanto que en vez de montar Woodstock (no había creado suficientes Ainur como para un festival de este tamaño), simplemente dijo "eä" (traducido aproximdanete por "así sea". Irónicamente, sin diéresis, no se diferencia mucho del "ea" en español) y así creó el universo según esa música creada por sus creaciones. Es así como dios no crea el universo de forma directa, sino que deja que sus creaciones, surgidas de sus propias ideas, sean las que le den forma al Todo.

Ilúvatar interviene varias veces en El Señor de los Anillos. Algunas son esotéricas, pero otras son de una significancia brutal. Por ejemplo, fue Eru quien resucitó a Gandalf tras su pelea con el Balrog de Moria. ¿No os basta? Bueno, pues sabed que fue Eru quien hizo tropezar a Gollum en el Monte del Destino, poniendo punto y final a la existencia del Anillo Único. Ilúvatar no es de esos dioses que no toman partido, ¿verdad?

Ainur

Los Ainur, como hemos dicho más arriba, fueron las primeras creaciones del universo (de hecho, lo preceden, puesto que Todo fue creado en base a la música que compusieron para Ilúvatar, como ya hemos explicado). Se vienen cositas, porque esta primera creación es extremadamente interesante.

Los Valar

Cuando Ilúvatar creó a los Ainur, se dividieron en Valar y Maiar y hay una enorme diferencia entre unos y otros, incluso siendo la misma "raza".

Cada Vala (singular de Valar, que se traduce aproximadamente como "los que tienen el poder") puede entenderse como un dios de culquiera de las religiones politeístas o un ángel de categoría muy elevada. Pensad en ellos como en Zeus, Indra, Júpiter o los arcángeles.

  • Manwë Súlimo: rey de los Valar, de los vientos, de Arda y de los Aratar. El dios de los dioses, justo por debajo de Eru Ilúvatar, para aclararnos.
  • Varda Eléntari: reina de los Valar y esposa de Manwë. Diosa de las estrellas y la noche. La más poderosa de las Valar "mujer", por definirlas de alguna manera. De belleza indescriptible en palabras, debido a que su rostro irradia la hermosa luz de la Llama Imperecedera de Ilúvatar.
  • Aulë el Herrero: en esencia, el dios herrero o creador. Fue el encargado de dar forma a Arda, creó a los enanos (a los que Ilúvatar dotó de fäe más adelante) y la cadena del terrible Melkor.
  • Yavanna Kementári: la Dadora de frutos, diosa de la tierra y esposa de Aulë. Se la considera como la más relevente entre las mujeres Valar después de Varda.
  • Irmo: señor y Maestro de los seuños, visiones y deseos, parte del Fëanturi (Maestros de los espíritus). También se le conoce como Lórien.
  • Estë la Gentil: es la dama de la sanación de las heridas y el descanso, esposa de Irmo.
  • Námo el Juez de los muertos: también conocido como Mandos. Parte del triunvirato de los Fëanturi. No se puede hablar de que sea siniestro o malvado, sino que actúa de manera imparcial incluso cuando profetiza la muerte de varios Valar.
  • Vairë la Tejedora: esposa de Námo. Aunque no tan poderosa como otras reinas de los Valar, en sus tapices se puede leer la historia de Arda.
  • Nienna la Plañidera: durante la composición de la música de la que surgió todo, ella se encargó de introducir la pena. Es responsable del concepto de la tristeza en el mundo, pero también de la piedad y la esperanza.
  • Oromë Aldaron: el Cazador. Dios de los bosques.
  • Vána: reina de las flores. Podemos entenderla como una suerte de diosa de la naturaleza (no confundir con Yavanna, de la que es hermana). Esposa de Oromë.
  • Ulmo: rey del mar, dios del agua.
  • Tulkas Astaldo: el Luchador. Llamado el Campéon de Valinor. Aunque no iguala a Melkor (pronto hablaremos de él) en poder, fue el último en bajar a Arda para la guerra con él, provocando su huida. Más tarde sería el responsable de atar a Melkor con una cadena creada por Aulë.
  • Nessa la Bailarina: esposa de Tulkas y uno de los seres más veloces de la Creación.

El último Valar era Melkor. Es importante hablar de él de manera independiente por lo que supone para el universo de ESDLA. Melkor es el hermano mayor de Manwë y el Valar más poderoso de todos.

La historia de Melkor es la que conocemos de todas las religiones sobre el "hijo" más poderoso de un dios primordial. El orgullo y poder de Melkor le llevan a la ira, la ira lleva al lado oscuro y del lado oscuro terminamos con la expulsión de Melkor de los Valar. Una cosa llevó a la otra y terminó por robar los Silmarils, unas joyas de inmenso poder. Fue en este punto cuando Melkor pasó a ser conocido como Morgoth, el Señor Oscuro.

La cosa acabó cuando Tulkas lo encadenó con Aingband, una cadena creada por Aulë con el propósito de encadenar al Vala. La derrota de Melkor supone el final de la Primera Edad. Y aunque no pudo ser destruido (en lugar de eso, fue desterrado al Vacío), su maldad contaminó el mundo de Arda, es decir, es el origen del mal. Su reinado del terror sería más adelante continuado por Sauron, su lugarteniente más poderoso.

Los Maiar

Aunque formen parte de la misma raza que los Valar, los Maiar son sirvientes de los Valar. Aunque son extremadamente poderosos, un Maia nunca estará al nivel de un Vala, precisamente por esta jerarquía de poder y obligaciones en las que se enmarcan. Por supuesto, la mayoría no tienen intenciones maléficas, pero Melkor corrompió a varios, creando así a los Balrogs.

Los Maiar son, en esencia, dioses menores. Su labor consiste en ayudar a los Valar a dar forma a Arda, el mundo surgido de la música. Hablaos de seres inmortales (pero no indestructibles), con la capacidad de cambiar de forma y usar la magia.

Aunque no lo sepáis, habéis visto a los Maiar en todas las películas de El Señor de los Anillos. Entre los Maiar más notables (hay montones, muchos sin nombre), figuran:

  • Aiwendil, conocido en la Tierra Media como Radagast.
  • Curumo, que terminaría por adoptar el nombre de Saruman el Blanco.
  • La Perdición de Durin, el temible Balrog de Moria, es un Maiar corrupto por Morgoth durante la guerra por los Silmarils.
  • Mairon, sirviente de Melkor. Más adelante continuaría con su legado bajo el nombre de Sauron.
  • Melian, la antecesora de figuras de altísima importancia en la Tierra Media, tales como Elrond y Arwen.
  • Olorin, que seguramente os suene por su nombre en Arda, Gandalf.

Podéis ver que los Maiar se esconden a plena vista, si bien la inmensa mayoría de actores en los sucesos que tienen lugar en Arda no son conscientes de ello. Son conscientes de que hay figuras de gran poder, pero la mayoría ni siquiera sospecha que están ante figuras divinas.

Hay varias criaturas que se sospecha son Maiar, pero nunca se aclara del todo. Por ejemplo, se suele aceptar que Huan, un enorme lobo que fue capaz de obligar a Sauron a retroceder, es un Maiar.

Los elfos

Aparte de a los Ainur, Eru Ilúvatar creó a los elfos y los humanos. No intervino de manera completamente directa en otras criaturas, si bien dotó de fëa a algunas razas (lo veremos más adelante). Los llamados Hijos de Ilúvatar no llegaron a la Tierra Media a la vez, como seguramente sepáis.

Primero llegaron los elfos. De acuerdo al legendarium, Ilúvatar los puso por parejas en lugares de Arda que ni siquiera los Valar pudieron encontrar, posiblemente por seguridad. Nos encontramos ante una raza sabia e inmortal, que nació en el este de la Tierra Media. Preceden por tanto a la humanidad que llegaron antes que el sol y la luna hicieran acto de presencia en el firmamento. Literalmente, son más viejos que el sol, aunque sí que había estrellas en el cielo.

Un dato curioso es que al principio los elfos cantaban, no sabían hablar sin más. Si pensamos en cómo el universo entero surgió de la música de los Valar, no resulta tan extraño, después de todo. Así que los elfos tardaron un poco en aprender a hablar, pese a ser unos magníficos cantantes. Ironías del destino, fue su felicidad lo que puso celoso a Melkor, dando lugar a un follón de tres pares de narices.

Tras la guerra con Melkor, los Valar recomendaron a los elfos viajar hasta Aman, el continente del oeste donde nacieron los propios Valar. Pero unos oscuros augurios (de acuerdo a la obra de Tolkien, las nubes del norte, donde moraba Melkor) llevaron el miedo al corazón de muchos elfos. Fue aquí donde se da el cisma entre los Eldar ("los que caminan bajo las estrellas", que se fueron a Aman) y los Avari ("los reticentes" o "los que no quieren", que se quedan en su lugar de origen y se terminan convirtiendo en los elfos oscuros).

Pasaría muchísimo tiempo hasta que los elfos volvieran a la Tierra Media. El motivo fue, cómo no, un nuevo incidente con Melkor, ahora Morgoth. El robo de los Silmarils y los asuntos pendientes con los eldar fue motivo más que suficiente para abandonar Aman. Aunque muchos regresarían al continenente Valar tras la siguiente derrota de Morgoth, algunos se quedaron entre los humanos. No sería hasta la derrota de Sauron cuando, salvo Arwen, los elfos abandonaran de forma definitiva la Tierra Media.

Los hombres

Llegamos por fin a los humanos. Llegamos nosotros, porque los hombres no aparecen hasta varios miles de años después de la llegada de los elfos, tras la creación del sol y la luna.

Los hombres llegan al mundo con la mortalidad como "don". Sí, es un don. A diferencia de los Valar y los elfos, conectados de forma directa a Arda, los humanos no se encuentran atados al mundo. Es por ello que, cuando Arda termine, el hombre tomará parte en la "Segunda música de los Ainur". Esta parte toma cierto sentido si partimos de la idea de que Arda es la Tierra en un pasado muy lejano y, tras la marcha de los elfos a Aman, el hombre moldearía el mundo (aunque esto está abierto a interpretación).

Prácticamente todos los elfos desprecian a los humanos, con términos como engwar ("los que enferman") o "los que temen la noche" (recordemos que los elfos nacieron bajo las estrellas, mientra que el hombre organia su vida en torno a los horarios del sol). Los elfos no confían en los humanos, porque guardan gran parecido con Melkor en el sentido de que los hombres siempre quieren más poder.

No es que les falte razón, porque no podemos olvidar cómo Sauron, bajo la forma de Annatar, engañó a los humanos. Pero menos humos, orejas puntiagudas, que a vosotros también os la lió (un saludo, Celebrimbor).

Sin embargo, está claro que hay cierta envidia en los dones de libertad total con los que Ilúvatar había bendecido a estos segundones, esta chusma que muere en lo que dura el parpadeo de la vida de un elfo. Sin embargo, hombres y elfos se aliarían en varias batallas, tanto contra Melkor como contra Sauron, su heredero como Señor Oscuro.

No todos los hombres luchan contra el mal, pues tal es su libre albedrío. Habrá numerosos enfrentamientos en el futuro, hasta el punto de que la Guerra del Anillo (que recordaréis por los grandes Olifantes de las últimas batallas de El retorno del Rey, sin duda) volvería a enfrentar a sus naciones. Gondor y Rohan se las ven con los hombres del este, que llegan desde Rhûn y con los Haradrim, del sur de Gondor. Estos dos últimos reinos se han alineado con el Señor Oscuro, por lo que recuperar el anillo para su amo es una prioridad.

Los enanos

Curiosa, la historia de los enanos. El Vala Aulë, del que hemos hablado antes, se sentía algo incómodo con los Hijos de Ilúvatar, y creó a los enanos. Sin embargo, como ya explicamos antes, no podía dotarlos de fëa (el alma y individualismo propios de las criaturas vivas).

Cuando Ilúvatar descubrió a Aulë enseñando a hablar a sus criaturas, el Vala tomó la decisión de destruirlos... pero, para sus sorpresa, Iluvatar dotó a los enanos de alma. No obstante, hubo una condición, y es que los siete enanos originales (junto a una pareja con la que tener descendencia, salvo el mayor de ellos, Durin, que tendría descendencia con enanas nacidas de las otras seis parejas) dormirían bajo montañas hasta que llegara el momento en que pudieran mezclarse con los elfos y los humanos.

Pasado aproximadamente un siglo desde la llegada de los elfos, los enanos despertaron. Siguiendo los pasos de su creador, se convirtieron en los artesanos y herreros más legendarios, y llegaron a buenas alianzas con los elfos. También tomaron parte en muchas de las batallas que hicieron unir esfuerzos a los Hijos de Ilúvatar contra Melkor y Sauron, que durarían hasta el final de la Guerra del Anillo.

Además de estas tres razas principales, nos encontramos por supuesto con multitud de especies y criaturas al margen de ellas. Tenemos por ejemplo a los orcos, cuyo origen se remonta a cuando Melkor engañó a los elfos antes de que el resto de Valar los encontrara; los medianos, cuyo origen no se detalla lo suficiente en la obra de Tolkien aunque sabemos que son una raza muy antigua; a los ents...

Son muchas, muchas las razas que pueblan Arda, pero nuestro viaje termina aquí. Esperamos que esta pequeña clase de "historia del anillo" os haya resultado amena y os anime a descubrir, por vosotros mismos, todo lo que nos ofrece una de las mayores obras de la literatura universal.

Fuentes:

Vandal Random es el vertical especializado en cine, series, anime, manga, cómics y entretenimiento en general de Vandal. En estas páginas también encontrarás artículos sobre cultura, ciencia e historia orientados a la divulgación. ¡No olvides decirnos lo que te parece este artículo o darnos tu opinión sobre el tema participando en los comentarios!

Redactor de guías