Repasamos el catálogo de GameCube para seleccionar sus títulos más significativos, los 50 juegos que definieron a la consola y le dieron su personalidad. Juegos exclusivos, otros que no lo fueron, pero todos ellos significativos dentro del panorama de los videojuegos de su época, y para los poseedores de la consola de Nintendo.
Nos hemos limitado, asimismo, a los títulos aparecidos en Europa, lo que deja fuera a algunas joyas como la continuación de Baten Kaitos, y otros títulos injustamente negados al público de esta parte del mundo.
Pero es ésa la GameCube que se dio a los usuarios europeos, y la que queremos recordar.
Igualmente, comentamos la proyección que algunos de estos juegos han tenido años más tarde, especialmente en cuanto a Wii, y suspiramos por nuevas entregas de sagas que todavía no han vuelto a dar sus frutos, como 1080º Avalanche, o F-Zero. La retrocompatibilidad completa de Wii con GameCube, sin embargo, nos permite rebuscar en las estanterías de las tiendas y salir a la caza de alguno de estos juegos que, en su momento, quizás no disfrutamos.
Ésta es nuestra selección, pero seguro que hay muchos más títulos por descubrir y recordar. Sirva, pues, como botón de muestra de la historia reciente del hardware doméstico de Nintendo.
50. Animal Crossing
Pero todo gira mucho más en torno a la recopilación de objetos de todo tipo, coleccionismo y decoración del hogar, caza de insectos, búsqueda de fósiles, pesca... actividades, y hechos concretos a determinadas horas y en algunos días del año, para ir jugando, poco a poco, en un ritmo continuado de sesiones cortas. Un ritmo de juego que es casi ajeno al concepto de videojuego, pero que bien ha funcionado, sobre todo en la muy exitosa entrega para Nintendo DS.
Con una colección de juegos clásicos de NES por desbloquear, su propuesta no acabó de cuajar en el mercado de GameCube, restringido por las relativamente bajas ventas de la consola, pero mostró un gran mimo por el jugador europeo intrigado ante este producto que había generado líneas y líneas de opiniones tanto en Japón como en América. Le costó llegar, pero lo hizo de mano de Nintendo, y abrió las puertas a las posteriores entregas.
49. P.N. 03
Vanessa Z. Schneider se enfrenta a series de robots en entornos neutros, muy en la línea de lo que luego se hizo en Portal y similares, con una jugabilidad en la que se puede disparar o moverse, pero no ambas al mismo tiempo, lo que hace que el jugador deba buscar un equilibrio entre sus habilidades acrobáticas y los disparos a cascoporro, buscando una experiencia estética en la aniquilación de estas máquinas, algo que –con mecanismos bien diferentes- hizo también Viewtiful Joe.
48. Doshin the Giant
47. Battalion Wars
Lanzado ya en la parte final de la trayectoria comercial de la consola, y bajo desarrollo de Kuju para Nintendo, apostaba por una acción mucho más directa, prescindiendo de turnos, y con un enfoque muy diferente, en realidad, pero correcto. La acción lo ocupó todo, pero mantuvo ciertos rasgos y un toque familiar, y, sobre todo, marcó el camino a seguir en la entrega para Wii, un buen paso adelante en esta subsaga.
46. Wario World
Sin embargo, Wario World es un plataformas de vieja escuela lleno de encanto y buen hacer que a la sombra de otras producciones mayores, y un Mario completamente tridimensional, no llegó a cuajar de todo entre el público. Eso sí, creemos que todo el que lo probara recuerda con buen sabor de boca las sensaciones de este título. Y es que, al fin y al cabo, unos maestros del arcade como Treasure estaba claro que sabrían encontrarle el punto a un plataformas en el que no había que recorrer cada nivel ocho veces para conseguir todos los objetos, ni hacer cosas de ésas, sino simplemente avanzar, saltar y patearle el culo a los enemigos.
45. Luigi's Mansion
Comparado con un Mario de toda la vida, lo cierto es que el pobre Luigi no tenía nada que hacer, pero como juego en sí mismo, sin estar condicionado por sus predecesores, nos encontramos con un juego que sorprendía en su época por los gráficos, animaciones y la siempre exagerada expresividad de un muy asustadizo Luigi a la búsqueda de su hermano.
Una propuesta diferente que, con succionadora de espíritus y linterna, bien podría ofrecernos una nueva entrega, más extensa y con más retos, en Wii.
44. Phantasy Star Online Episode I & II
43. Super Mario Strikers
Como es habitual en este tipo de juegos, se cogieron las normas básicas del fútbol, se simplificaron, y en vez de ponernos equipos de 11 contra 11 en el que los partidos durasen 90 minutos, se optó por algo mucho más arcade, más cercano a los FIFA Street que a los FIFA normales. Se le añade un toque de fantasía, mucha ambientación Mario, algunos poderes especiales, y a jugar.
Y vaya si a jugar. Porque otra cosa (por ejemplo, realistas) estos juegos no son, pero divertidos lo son un rato largo, y superan, con creces, a otros conceptos de juego ‘party’ a poco que los participantes sepan coger un mando.
42. Mario Golf: Toadstool Tour
Pero eso daba igual, porque luego su jugabilidad es tan profunda como se puede esperar de cualquier juego de este deporte con vocación seria, pero con un sistema de control y diseño que, además, lo hacen divertido. Y es que Camelot tiene más que tablas en el género: firmaron las dos entregas anteriores (N64 y Gam Boy Color), pero también son los padres de Everybody’s Golf.
Además, esta versión tiene conectividad con la versión de GBA, Mario Golf: Advance Tour, lo que permitía transmitir nuestros personajes y seguir disfrutando de ellos.
41. Resident Evil Zero
Pero su historia seguía apostando por los experimentos, por Umbrella, y por los bichos mutados gordos y los zombis lentos. Todo ello en entornos prerrenderizados, combinados con personajes poligonales, y una calidad gráfica a la altura (gracias a la herencia del remake del primer Resident Evil para GCN) y un diseño clásico jugable que ha sido más apreciado por los seguidores de la saga tras los cambios impuestos desde RE4.
Además, es el único juego de la serie que realmente ha sido exclusivo para GameCube, hasta su reciente adaptación a Wii, pues los otros fueron o conversiones o revisiones, y RE4 ha pasado por PS2, PC, móviles, iPhone y Wii.
40. Mortal Kombat: Deadly Alliance
39. Super Monkey Ball 2
Esta segunda parte añadió muchos contenidos adicionales, ofreciendo un paquete mucho más completo, por lo que resultaba sorprendentemente más atractivo para los aficionados, incluso teniendo ya en casa a su primera parte. Su posterior éxito sirvió para llegar la serie a más plataformas, y a seguir sumando más y más entregas, siendo una serie especialmente fructífera en Wii, ahora también con soporte para la Wii Balance Board.
38. Prince of Persia: The Sands of Time
37. Donkey Konga
Para esta saga (tres entregas en Japón, dos en Europa) se lanzaron los bongós, pudiendo tocar el izquierdo, el derecho (también ambos) o dar palmadas, lo que daba de sobras para seguir el ritmo a las versiones (de calidad desigual) de algunos temas de pop/rock muy populares, y a varios temas clásicos de sagas de la propia Nintendo.
Muy directo, y con varios niveles de dificultad, aunque su continuación contaba con más temas y opciones, lo cierto es que la frescura de este primer juego, sobre todo por la escasa presencia de juegos de tambor fuera de Japón, supuso una importante incorporación tanto al catálogo de la consola como a las opciones de los aficionados europeos. Por desgracia, no ha tenido la continuidad deseada, ni se ha lanzado en nuestro mercado una versión con el volumen de "japonesadas" que los más apasionados del mundo de la animación nipona, y del j-pop, hubiesen deseado.
36. TimeSplitters 2
35. SSX 3
34. 1080 Avalanche
La sensación de bajar a toda velocidad por la montaña fue fantástica, y la avalancha, por desgracia, tenía poca presencia para el jugador. Ah, pero cuando llegaba esa avalancha, la sensación era brutal, y ningún juego ha conseguido ese punto de velocidad, tensión, y presión absoluta en el descenso por la nieve de la montaña. Una auténtica sensación de velocidad sobre la tabla.
Wii ha sumado juegos afines dentro de este deporte, pero Nintendo tiene pendiente ofrecernos esta experiencia, retomar la senda, y aprovechar las herramientas que otros ya han empleado (como la Wii Balance Board) para ofrecernos una experiencia así de intensa en el mundo del esquí y el snowboard, pues los desarroladores de NST demostraron que saben hacerlo como pocos.
33. Killer 7
Su valor quizás radica mucho más en su rareza, en lo singular de su historia, narrativa y jugabilidad (centrada en apuntar y disparar, por lo que es de extrañar que no haya sido carne de wiimake) que en sus puntos fuertes en sí mismos, haciendo que haya ganado con los años por el valor de la experiencia que propone, pues no nos ha dado un auténtico sucesor, ni jugable ni espiritual, para esta historia de asesinos y tiros.
32. Sonic Adventure 2
31. Skies of Arcadia Legends
El paso a GameCube no aportó realmente un cambio reseñable a nivel técnico –al fin y al cabo, Dreamcast fue una gran máquina, pese a lanzarse sustancialmente antes-, y nos proponía, de nuevo, surcar los cielos en aeronaves de estilo muy marítimo en una gran aventura que combinaba un estilo desenfadado (tanto por humor como por estilo gráfico) con una profundidad que ya querrían para sí muchos juegos de rol pretendidamente serios.
Un sistema de juego clásico, textos en castellano, y un doblaje en inglés con voces un pelín irritantes (algo que sigue siendo muy habitual hoy en día) fueron algunos de sus rasgos, todo ello para convertirnos en un pirata aéreo de leyenda.
30. Resident Evil Remake
Los otros títulos de la saga no siguieron el mismo laborioso proceso, y fueron simples adaptaciones. Con esta revisión se sentaron las bases de Zero, el primer Resident Evil creado expresamente para GameCube (y, de hecho, hasta su adaptación a Wii el único realmente exclusivo). Un título capaz de atraer a apasionados de la serie, deseosos de disfrutar de sus nuevos encantos.
29. Mario Power Tennis
Curiosamente, el tenis no ha vuelto a pisar Wii de mano de Mario con una entrega original, aunque sí le sobran representantes, por razones obvias. Este Mario Power Tennis, muy en la línea de Mario Golf: Toadstool Tour, combinaba muchos más elementos de fantasía que su predecesor de Nintendo 64, y apostaba por el multijugador a cuatro bandas más que nunca, con una jugabilidad muy cuidada, orientada a hacer de este título un juego muy accesible, pero capaz de ofrecer gran diversión, combinando elementos tanto del género deportivo, como de la fantasía del mundo ‘party’ que aúna en su fórmula.
28. Burnout 2
27. Billy Hatcher
26. Beyond Good & Evil
25. Star Fox Adventures
La aventura resultaba lineal en exceso, y el sistema de combate algo simplista, pero la experiencia en general es más que buena, y el juego ha ganado con los años. Fue criticado muy duramente en su momento por esos dos defectos, y por la situación de Rare, algo que no pudo evitar ser visto como una "traición" entre los más apasionados seguidores de Nintendo.
Debemos recordar, asimismo, que el proyecto nació como Dinosaur Planet para Nintendo 64, pero se trasladó a GameCube, se introdujo al protagonista de la serie Star Fox/Star Wing, fases espaciales de disparos, y algunos cambios en su desarrollo.
24. Ikaruga
Su planteamiento, de desarrollo vertical, fue simple, minimalista incluso, al proponernos una nave con dos colores, y por tanto dos filiaciones: blanco y negro. Eso te hacía invulnerable ante un tipo de proyectiles, pero te mataba un contacto con los otros, y te daba también más potencia sobre los enemigos del color opuesto. Esto, tan simple, llevado a un matamarcianos frenético como éste, lo transformó en un título exigente e ingenioso, que sigue moviendo a jugadores por todo el mundo, en cualquiera de sus versiones.
23. Metroid Prime 2
Un mundo especular, jugando con el paso al otro lado del espejo, dentro de un planeta al borde del colapso por esta dualidad, planteó todo un nuevo concepto jugable dentro de la saga (aunque nada nuevo dentro de los videojuegos, todo sea dicho). El mundo alternativo resultaba mucho más oscuro, pero el ir de uno a otro alargaba el juego en exceso a la hora de volver a pasar por los sitios.
Sin embargo, la interacción entre ambas dimensiones, y la sensación de debilidad de Samus por la atmósfera corrosiva de este mundo paralelo estaban muy logrados. Igualmente, por primera vez, los disparos estaban limitados por la munición, y se introdujeron nuevos visores, entre los que destacaba –más por curiosidad que otra cosa- uno sónico.
Quizás el mayor problema, en cuanto a percepción, fue "competir" con el –por entonces- nuevo Halo, lo que afectó a la percepción frente al juego de acción, pues éste apostaba mucho más por la exploración, lo laberíntico, y lo melancólico, que en el caso del Jefe Maestro.
22. Final Fantasy Crystal Chronicles
El concepto es muy bueno, y realmente divertido en multijugador, pero cuesta tanto acceder a él que pocos pudieron aprovecharlo. Y si a eso añadimos que en solitario el juego es poco más que un dungeon crawler sosainas. Tal es la fuerza del multijugador, y tal la debilidad del monojugador.
La conectividad permitía tener un menú propio, individual, para cada jugador, pero en la puesta en práctica, la verdad es que no era tan difícil haber hecho algo mucho más tradicional, y mantener un estilo multijugador muy similar, sin perder gran cosa. Eso sí, nadie nos quita lo bien que lo pasamos en las –por desgracia, pocas- partidas a cuatro bandas repartiendo estopa a sus enormes bichos.
21. Pikmin
Olimar aterrizaba en un mundo extraño, con su nave destrozada, y sólo 30 días de autonomía para sobrevivir. O arreglaba la nave y volvía a su planeta, o moría. Y vaya si lo hacía. El límite temporal era una espada de damocles perpetua: cada día se ejecuta en pocos minutos, y sabes que el plazo de tiempo total es limitado, sin vuelta atrás.
Pero Olimar encontró a los pikmins, unos seres que respondían a sus órdenes, convirtiéndose en su pequeño ejército. Débiles, vulnerables, y en lo más bajo de la pirámide alimenticia local, estos pequeños bichitos en manada se hacen terribles: se enfrentan a criaturas depredadoras, mueven objetos pesadísimos, y, en definitiva, se convierten en hormiguitas tricolor, cada una con habilidades específicas.
El límite temporal, y sus restricciones, base intrínseca de su concepto jugable, no acabaron de convencer a muchos jugadores, y por eso la segunda parte se renovó, y mejoró el concepto sustancialmente.
20. Star Wars Rogue Squadron II: Rogue Leader
Mostraba importantes batallas de la trilogía original, como el clásico ataque a la Estrella de la Muerte, y nos ponía a los mandos de montones de naves extraídas de este nutrido universo creado por George Lucas. La espectacularidad, el alcance de todo el acabado técnico, sus voces... todo eso no maquillaba una jugabilidad que distaba de ser perfecta, pero que al menos sí era sólida y constante, algo de lo que su sucesor no pudo presumir.
19. Paper Mario: La Puerta Milnearia
Por un lado, tenía mucho más humor; por otro, la jugabilidad estaba más trabajada, pero no renunciaba a ninguno de los preceptos establecidos en la primera entrega, combinando turnos, habilidad y gestión de ítems.
Visualmente, reforzaba con contundencia el toque de papel, de personajes bidimensionales literalmente en entornos tridimensionales, y el guión hacía reír a carcajadas, mientras nos sorprendía con un juego que, en realidad, era mucho más profundo de lo que parecía a simple vista. Y es que también supo nutrirse del trabajo que AlphaDream hizo con Mario & Luigi en la portátil GBA (la saga sigue todavía hoy en Nintendo DS), por lo que el resultado fue inmejorable.
18. F-Zero GX
17. Soul Calibur 2
Directo, rápido, y muy espectacular, apostaba por una jugabilidad arcade alejada de los planteamientos más técnicos que siguen siendo señal de distinción en Tekken o Virtua Fighter. Además, Nintendo les prestó a Link, y partió la pana como nadie. Xbox recibía a Spawn (sí, el de los cómics) y PS2 a Heihachi, pero estaba claro que el que se adaptaba mejor al juego, y el que realmente iba a marcar la pauta era el héroe de verde.
Un extenso modo historia, personajes muy equilibrados y diferentes para el multijugador, y contenidos desbloqueables y extras para dar y tomar, le dotaban, además, de una duración muy por encima de la media en el género.
16. Metal Gear Solid: The Twin Snakes
El juego tenía algunos problemas en la tasa de imágenes por segundo, pero capturaba toda la esencia Metal Gear y la llevaba, por fin, a GameCube. Las nuevas escenas fueron polémicas, sobre todo por el nivel de "fantasmadas" que se presentaban por su nuevo estilo visual, y la acción desenfrenada de las mismas, pero lo cierto es que Kojima no es precisamente un tipo comedido en este sentido, y nunca ha apostado por la sobriedad o el realismo en estas escenas.
Fue una interesante revisión del clásico que, por desgracia, no ha tenido continuidad.
Por desgracia, la saga se ha alejado de Nintendo, salvo por el poco más que mediocre Legends, ya que incluso Soul Calibur 3 se lanzó ya sólo en PS2, y Soul Calibur IV apostó sólo por Xbox 360 y PS3.
15. Fire Emblem Path of Radiance
La entrega para GameCube mantenía la jugabilidad muy clásica de esta saga, que realmente no ha cambiado en exceso desde su nacimiento en Famicom (la NES japonesa), y apostaba por una nueva historia, más clases de personajes, y una puesta en escena más trabajada, con cuidadas ilustraciones, y muchos efectos visuales en pantalla.
Además, funcionó lo suficientemente bien como para sumar una continuación directa, ya en Wii.
14. The Legend of Zelda: Four Sword Adventures
Llegó más tarde que Final Fantasy Crystal Chronicles, y sin duda alguna se aprendió de sus errores, pero el concepto de base ya daba problemas, por los requisitos necesarios para jugarlo en toda su extensión. Por supuesto, si se reunía a los jugadores y se contaba con todo el equipo, la experiencia volvía a ser fantástica, y está claro que Zelda guarda potencial multijugador por explotar, pero lo más importante es que, aunque no tan lograda, la experiencia para los jugadores solitarios seguía siendo entretenida, algo que no se había logrado en otros proyectos similares.
Además, se nutría de un estilo visual clásico, a medio camino entre Minish Cap (salió por esas fechas, en Game Boy Advance), el enorme A Link to the Past de Super Nintendo, y toques de Wind Waker, por lo que –aunque con tintes retro- era todo un gustazo.
13. Mario Kart Double Dash
En pleno fervor por el juego en línea gracias a Xbox en el campo de las consolas, el juego sólo soportaba multitudinarias partidas en LAN (modo local), pero no se apostaba por el online, que sigue siendo una asignatura pendiente en Nintendo.
Además, muchos jugadores reclamaban un estilo más próximo al de Super Circuit (GBA) o Mario Kart 64, su predecesor directo. Pero lo cierto es que es un juego que se disfruta sin paliativos a cuatro bandas, y si lograbas organizar una partida en LAN la cosa se volvía una locura.
12. Eternal Darkness: Sanity’s Requiem
La pantalla se podía apagar, el personaje se desmembraba y nos dejaba indefensos, fallos de lectura del disco, gritos desesperados, el volumen del televisor bajando solo... todo falso, rompiendo la cuarta pared en múltiples ocasiones para noquear al jugador con estos elementos de impacto.
Lo cierto es que era técnicamente un poco discreto, aunque artísticamente funcionó muy bien, tanto a nivel visual como por su música y efectos sonoros. Y, además de ser largo, era rejugable: las runas, los colores, marcaban elementos jugables, cambiaban cosas, y el juego podía disfrutarse desde esos tres matices, complementándose.
11. Tales of Symphonia
Rol japonés clásico, que fue distribuido por Nintendo en Europa (en otras regiones se lanzó también en PS2, un año más tarde), y desde entonces se ha ido construyendo todo un nombre en nuestro mercado, han ido llegando más entregas para múltiples plataformas, e incluso la segunda parte de este juego para Wii.
10. Baten Kaitos
Sus combates combinaban turnos y cartas con el sabor más clásico del rol japonés, una propuesta singular en nuestro mercado, donde todavía son pocos los juegos que optan por este estilo de luchas, y la historia nos llevaba por los intrincados destinos de un grupo de héroes que afrontaría un difícil y complejo destino final.
Un juego de rol de pedigrí, marcado por la libertad creativa de sus responsables, pero de limitado éxito comercial.
9. Donkey Kong Jungle Beat
Lo más curioso de su propuesta era la combinación de plataformeo puro y duro, con desarrollo bidimensional, con el ritmo musical más marcado, algo que luego se trasladaba a los combates contra los jefes finales. A golpe de bongó y palmada, movemos a Donkey Kong por el escenario, en un título que tenía el espíritu arcade más clásico: corto, pero intenso, e inmensamente rejugable. Le faltaba un poco de esfuerzo en la variedad de enemigos comunes y finales, sí, pero su fórmula jugable fue mágica.
8. Pikmin 2
Pikmin 2 perdió esa tensión temporal, ese destino trágico que acechaba, y aquí nos encontramos a un Olimar a la búsqueda de tesoros, con dos nuevos tipos de pikmin, un entorno mucho más hostil, pero con más posibildades, y mostró que las segundas partes pueden ser más que buenas.
De hecho, la progresión fue tan evidente, y está tan claro que se podría beneficiar del uso del mando remoto (de hecho, ambos juegos han sido adaptados a Wii) que sólo podemos preguntarnos cómo es posible que Nintendo no nos haya dado ya su tercera entrega.
7. Viewtiful Joe
El iniciador de la saga, que ha quedado en el limbo tras la disolución del Clover Studio y la salida de Kamiya de Capcom (ahora tiene su propia compañía, junto a otros ex-Capcom: Platinum Games), establece unas bases de gran solidez, entre las que destaca su estilo visual espectacular, pero sencillo en sus trazos, gracias al cel-shading, y el juego constante con las reglas del cine y los videojuegos. Nos lleva, así, al mundo de las producciones de bajísimo presupuesto con héroes disfrazados (el género sentai), que parodia, ridiculiza y lleva al extremo, junto a poderes fílmicos especiales.
Su segunda entrega nos dio algunas novedades, y refinó la fórmula, pero el encanto de esta primera parte, su originalidad, y acción intensa, nos dejó una huella mucho más intensa.
6. The Legend of Zelda: Wind Waker
Luego se le criticó tanto por su estilo visual, como por su bajo nivel de dificultad, y un desarrollo en el último tercio algo tedioso. Realmente, el juego no mantiene el ritmo, algo que se acentúa por sus enormes mares y escasas islas, pero eso precisamente le dotó de su gran virtud: la sensación de navegar en unos mares peligrosos a veces, pero inabarcables, un mundo desolado por el mar, que escondía en su fondo los lejanos restos de una Hyrule sepultada por las aguas ante la imposibilidad de derrotar a Ganondorf.
También nos ofreció a un Link muy niño, y el más expresivo de la historia, junto a un estilo visual que, guste o no guste, es virtualmente indiscutible: el color, los diseños, y toda la experiencia visual nos sigue llevando todavía a un mundo de dibujos animados, y eso, también, ha hecho que haya envejecido con una salud de hierro.
Su estilo visual se ha mantenido vivo en Nintendo DS, pero nosotros esperamos que todo el encanto de Wind Waker regrese a las consolas domésticas en todo su esplendor, para potenciar, más si cabe, la expresividad, la vitalidad y el encanto de un mundo como éste.
5. Super Mario Sunshine
Quizás se habían depositado expectativas inalcanzables, y se esperaba que el juego supusiera algo tan brutal en los videojuegos como lo fue Super Mario 64, pero esas cosas sólo pasan muy de cuando en cuando, y asociadas a cambios paradigmáticos de gran calado, que posiblemente todavía tardarán años en repetirse.
Pero si nos quedamos en lo que ofrece Super Mario Sunshine nos encontramos un juego de plataformas que volvió a ser uno de los grandes de su generación, con muchos retos por conseguir, monedas por encontrar, y al siempre maligno Bowser dispuesto a ponernos las cosas difíciles. Su toque veraniego, desenfadado, le restaron algo de variedad en los entornos durante buena parte de su desarrollo, pero el conjunto general es mejor incluso que lo que se percibió en su momento, y está claro que el paso del tiempo lo ha puesto en el lugar que se merece.
4. The Legend of Zelda: Twilight Princess
Su lanzamiento simultáneo en ambas consolas lo situó en un punto complicado, y sus referencias al pasado de la saga, y su mundo más compacto, venían a responder a algunas de las quejas más destacadas que los aficionados vertieron sobre Wind Waker. Finalmente, Twilight Princess fue criticado por ofrecer lo que se le había pedido. Pero las grandes sagas son así: suman tantos apasionados seguidores, que nunca se les puede complacer a todos.
Pero el equipo de Aonuma, aunque conservador, conformó un título sobresaliente, y un punto de partida que promete ofrecernos –esperemos que este mismo año- una nueva entrega que, a buen seguro, nos dejará también boquiabiertos.
3. Super Smash Bros. Melee
2. Resident Evil 4
Cambio de perspectiva, de enemigos (adiós, zombis), un giro hacia la acción mucho más intensa, una nueva historia… todo un nuevo comienzo para una serie que sumaba adeptos pero también detractores, por su arcaico control, y que renacía ahora en GameCube con uno de los aspectos gráficos más contundentes del momento. Muchos juegos vieron en él el camino a seguir, y poco después Mikami dejaría Capcom, junto a otros.
1. Metroid Prime
Las bases quedaron sentadas, y de aquí han surgido dos entregas más, cada una con una fuerte y diferenciada personalidad, pero siempre bajo el esquema básico establecido aquí. Pocas veces se redefine cómo afrontar toda una saga, y Retro Studios dio de pleno en su objetivo con este grande de los videojuegos.