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Tesla se desploma: por segundo año consecutivo la empresa se hunde en ventas, ganando un 40% menos, y culpan a Elon Musk

Su apoyo público a AfD en Alemania y su choque con Bruselas tras sanciones a X han alimentado una narrativa tóxica para una marca que, hasta hace poco, se vendía como sinónimo de futuro “limpio”.

Tesla encara el cierre de 2025 con una foto incómoda: por segundo año seguido, el fabricante de Elon Musk va camino de vender menos coches de los que prometió, justo cuando el mercado eléctrico se ha vuelto más competitivo y el "efecto novedad" de una gama corta empieza a pesar. Las estimaciones recopiladas por Visible Alpha apuntan a que las entregas globales caerán alrededor de un 7% este año, después del descenso de 2024, una racha que rompe el relato de crecimiento sostenido con el que Tesla acostumbraba a marcar el ritmo del sector.

La diferencia respecto a otros baches es el ruido extra que acompaña al bache: Musk ha pasado parte del año en la primera línea política de Washington, vinculado a la Administración Trump y al efímero Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que terminó disolviéndose en noviembre tras meses de polémica y cambios de rumbo. En términos de marca, ese salto al barro no se queda en titulares: en un producto tan visible como el coche, la percepción pública viaja rápido y contamina conversaciones cotidianas —la compra, la recomendación, el "me lo pensaría"— incluso antes de que el cliente pise un concesionario.

Europa, reputación y caída en un mercado ya saturado

Europa es el lugar donde esa fricción se ha convertido en datos. A la presión habitual de precios y a la llegada de rivales chinos y europeos se ha sumado el desgaste reputacional por las intervenciones políticas del propio Musk en el continente: su apoyo público a AfD en Alemania y su choque con Bruselas tras sanciones a X han alimentado una narrativa tóxica para una marca que, hasta hace poco, se vendía como sinónimo de futuro "limpio" y tecnológicamente inevitable. En Alemania, el golpe es especialmente visible: las matriculaciones de Tesla entre enero y noviembre se desplomaron un 48,4% interanual, según datos citados por Reuters.

El problema, además, ya no es solo "quién cae", sino "quién sube". Mientras Tesla retrocede en varios mercados europeos, BYD está creciendo con fuerza: en noviembre, sus matriculaciones en Europa se dispararon un 221,8% interanual, según cifras de ACEA recogidas por Reuters, en un contexto en el que el conjunto del mercado se mueve hacia una mezcla más amplia (eléctricos puros, híbridos, enchufables) y en el que cada fabricante intenta capturar al comprador indeciso con más modelos, más precios y más carrocerías. En esa pelea, Tesla llega a 2026 con la obligación de demostrar que su propuesta no depende únicamente de recortes y campañas.

La apuesta por Musk y el salto a "algo más" que coches

Lo más paradójico es que, en mitad de esta erosión comercial, Tesla ha blindado a Musk con un "premio" gigantesco. Los accionistas aprobaron un plan de remuneración ligado a hitos tan ambiciosos como disparar el beneficio, desplegar robotaxis y escalar los robots humanoides, con un valor potencial que Reuters sitúa en hasta un billón de dólares en acciones a lo largo de la próxima década si la compañía cumple objetivos extraordinarios. Es una apuesta por la figura del fundador como motor del siguiente salto… y, al mismo tiempo, una admisión implícita de que hoy Tesla necesita algo más que vender coches para sostener su relato bursátil.

Ese "algo más" es el giro estratégico que la propia empresa ya verbaliza: menos fabricante de automóviles, más plataforma de IA aplicada al mundo físico (conducción autónoma, robotaxi, Optimus). Pero la transición no es gratis: con beneficios a la baja y una guerra de precios que aprieta márgenes, Tesla afronta el reto de financiar el salto sin perder tracción en su negocio principal, justo cuando su CEO reparte foco entre empresas y batallas públicas. El año que viene, la pregunta de fondo será sencilla y cruel: si el futuro prometido tarda, ¿cuánto aguanta el presente?