James Cameron lleva varios días siendo muy abierto con sus opiniones. El cineasta puede presumir de un récord que muy pocos cineastas alcanzan en vida: tres películas por encima de los 2000 millones de dólares y una filmografía en la que casi cada estreno se convierte en un terremoto mundial. Sin embargo, ni siquiera él es ajeno a la incertidumbre que rodea a Avatar: Fuego y ceniza, una superproducción que llega en un momento especialmente frágil para la industria.
James Cameron asume el riesgo: así piensa cerrar su épica saga de ciencia ficción Avatar si Fuego y ceniza se convierte en un fracaso
La tercera entrega de esta epopeya de ciencia ficción, gestada desde aquel 2009 que cambió para siempre la forma de entender el 3D, aterriza en los cines en cuestión de semanas. Y lo hace en un escenario donde las salas luchan por recuperar su antiguo esplendor, mientras el streaming -con su músculo, su comodidad y su catálogo inabarcable- ha drenado público. Lo ha agotado, hablando claro. En este contexto, distinto al que en 2022 se encontró con El sentido del agua, proyecta la sombra incómoda de un posible fracaso para Disney. ¿Repetirán las cifras de la segunda parte?
Hay un elemento clave: Fuego y ceniza no ha contado con aquel intervalo de 13 años que permitió a la segunda entrega reinventar su tecnología hasta niveles casi imposibles. Y Cameron, siempre consciente, habla abiertamente de las secuelas y el desgaste de las sagas, ese prejuicio cultural que desprecia cualquier continuación que no culmine una gran historia.
Durante su paso por el pódcast The Town, el director admitió que ha diseñado esta tercera película como un cierre potencial de la saga si la taquilla no responde: una obra que funciona como culminación de un arco narrativo que lleva dos décadas modelando. "La gente tiende a descartar las secuelas", confesó. "Llevo 20 años en el mundo de Avatar, 30 si cuento cuando la escribí por primera vez en 1995. Si terminamos aquí, perfecto: solo quedaría un hilo suelto. Lo cerraría con un libro".
Según Cameron, todas las grandes tramas encuentran resolución en Fuego y ceniza, salvo una que podría completarse en un formato menor, lejos de los descomunales presupuestos que han definido la saga. Aun así, las previsiones no pintan mal: Deadline estima un estreno doméstico entre 100 y 130 millones de dólares, algo por debajo del arranque de El sentido del agua, pero lejos de cualquier catástrofe. La respuesta definitiva llegará el 19 de diciembre.