En el corazón de Badajoz, la presa de La Serena se alza como uno de los mayores logros de la ingeniería española y europea. Con una capacidad de almacenamiento de 3.200 millones de metros cúbicos de agua, es la mayor presa de España y la segunda de Europa, un verdadero coloso que domina el río Zújar y el paisaje circundante. Su longitud de coronación de 1950 metros y una altura de 65 metros la convierten en una obra imponente, visible desde kilómetros a la redonda, que combina funcionalidad y magnitud en una escala pocas veces vista en nuestro país.
La Serena: la colosal presa española que controla 3.200 millones de m³ de agua desde 70 metros de altura
Construida para abastecimiento, regadío y producción hidroeléctrica, La Serena no solo asegura recursos hídricos estratégicos para la región de Extremadura, sino que también contribuye de manera decisiva a la generación de energía limpia. Su construcción, finalizada en 1990, representó un desafío técnico y logístico de primer nivel, movilizando recursos, maquinaria y mano de obra especializados durante varios años.
Más allá de su función práctica, la presa ha transformado la geografía y la economía local. Embalses como La Serena permiten sostener la agricultura de regadío en una región marcada por la escasez de precipitaciones, garantizando cosechas más estables y seguras. Además, su impacto turístico y ambiental es notable: el embalse se ha convertido en un punto de referencia para actividades recreativas y observación de aves, integrando ingeniería y naturaleza de manera ejemplar.
La Serena simboliza la capacidad de España para ejecutar megaconstrucciones de escala continental, donde cada cifra impresiona: millones de metros cúbicos de agua, casi dos kilómetros de extensión y un horizonte dominado por un gigante hidráulico que continúa marcando la vida de miles de habitantes y el desarrollo de la región.