Un objeto hasta ahora desconocido está emitiendo pulsos de radio desde el centro de la Vía Láctea con una cadencia tan irregular como desconcertante. Detectado por radiotelescopios terrestres, este emisor no responde al comportamiento típico de ningún cuerpo celeste catalogado. Las señales aparecen durante minutos, desaparecen por horas e incluso días, y luego se repiten con un patrón errático que no encaja ni con púlsares ni con estrellas de neutrones. Para los investigadores, podría tratarse de una nueva clase de objeto estelar, aún no registrada en la literatura científica.
No es un error, las señales se están transmitiendo
La detección fue confirmada desde distintos observatorios y en repetidas ocasiones, lo que descarta cualquier error instrumental. Lo más llamativo no es solo su comportamiento intermitente, sino el hecho de que emite en una banda poco habitual del espectro radioeléctrico, algo que añade complejidad a su clasificación. Además, al encontrarse en el núcleo de la galaxia —una región cargada de polvo cósmico y radiación—, resulta extremadamente difícil estudiarlo con otros instrumentos ópticos o infrarrojos.
Este hallazgo, adelantado por el equipo liderado por astrofísicos de instituciones internacionales, podría abrir la puerta a una nueva línea de investigación sobre objetos extremos del universo. Aunque algunas teorías apuntan a una estrella de neutrones con características muy atípicas, tampoco se descarta que estemos ante un fenómeno astrofísico completamente nuevo. Lo cierto es que el ritmo con el que este objeto "parpadea" no sigue ninguna regla conocida.
Los científicos no han bautizado todavía al emisor, pero su localización en una de las zonas más activas del cielo lo convierte en una prioridad para próximas campañas de observación. Con telescopios de nueva generación como el Square Kilometre Array en desarrollo, los expertos esperan que la próxima década nos proporcione las herramientas necesarias para arrojar más luz sobre este enigma cósmico.
Mientras tanto, el "gran silencio" que postuló Fermi se ve, una vez más, interrumpido por señales inesperadas. No se sabe todavía si provienen de un objeto solitario, de un sistema binario o de algún tipo de evento transitorio que desafía nuestros modelos actuales.