La comida hospitalaria no suele tener buena prensa, pero un reciente estudio publicado en The Lancet: Planetary Health ha confirmado con datos científicos lo que muchos pacientes ya intuían: los menús servidos en hospitales y residencias de Alemania no solo son poco apetecibles, sino que además presentan carencias nutricionales graves y un elevado impacto medioambiental. El análisis, centrado en dos hospitales y tres centros de mayores, desvela deficiencias estructurales tanto en la calidad de los ingredientes como en la planificación dietética.
Nutricionalmente son pobres
El equipo investigador, liderado por Lisa Pörtner y Nathalie Lambrecht, denunció que los platos analizados contenían “insuficientes alimentos vegetales” como frutas, verduras, legumbres o cereales integrales, y un exceso de “granos refinados, azúcares añadidos, sal y grasas saturadas”. Esta combinación provoca una dieta desequilibrada, pobre en nutrientes clave como folato, potasio y vitamina B6. En el caso concreto de las residencias, muchos pacientes ni siquiera alcanzaban los niveles mínimos de proteínas, algo especialmente preocupante en poblaciones envejecidas o convalecientes.
Pero el informe va más allá del plano nutricional. Las dietas examinadas también fueron evaluadas desde una perspectiva ecológica, y el resultado fue igual de desalentador: las comidas hospitalarias generan una huella ambiental considerable, con altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de agua, eutrofización y uso del suelo. “Estas dietas no solo deterioran la salud de los pacientes, sino que además contribuyen activamente al cambio climático”, alerta Lambrecht.
La investigación se basó en la comparación de los menús reales con la Planetary Health Diet (PHD), un modelo alimentario propuesto por la Comisión EAT-Lancet que apuesta por una dieta predominantemente vegetal, con proteínas animales muy limitadas, y con un fuerte enfoque en la sostenibilidad. Además, se aplicaron herramientas como el Healthy Eating Index-2020 y modelos de adecuación nutricional para evaluar el cumplimiento de estándares reconocidos. En todos los frentes, los menús hospitalarios quedaron por debajo de lo recomendable.
Aunque el estudio se centró en Alemania, sus conclusiones han reavivado el debate en otros países europeos, incluida España, donde el Ministerio de Sanidad inició este año una reforma legal para mejorar la calidad de la comida en hospitales públicos. Tras numerosas quejas por parte de pacientes y personal sanitario, en mayo se abrió una consulta pública para sentar las bases de un nuevo Real Decreto que establecerá criterios dietéticos más exigentes en centros sanitarios. El objetivo: que la comida sirva también como medicina, y no como otro obstáculo en el proceso de recuperación.
