Netflix ha sabido evolucionar. La transformación del portal de streaming, desde sus orígenes como empresa de alquiler de DVD por correo hasta convertirse en el coloso del entretenimiento global es un hecho incontestable. Hoy, el gigante que aloja éxitos mundiales como Stranger Things, El juego del calamar o Miércoles marca el rumbo que el resto de plataformas siguen con atención. Su influencia en el sector audiovisual lleva más de una década redefiniendo cómo consumimos contenido.
Sin embargo, no todos sus movimientos han sido obvios o bien recibidos. Algunos cambios, como la decisión de limitar la práctica de compartir cuentas fuera del núcleo familiar, o la introducción de un plan de suscripción con anuncios —más económico, pero con publicidad— generaron escepticismo entre usuarios y expertos. En España, este plan comenzó a ganar terreno desde su lanzamiento, con un creciente número de suscriptores que optan por esta modalidad para reducir el gasto mensual, una tendencia que también se refleja en el resto del mundo.
Netflix arrasa con su plan con anuncios y pone en jaque al mercado del streaming: «Un regreso al modelo clásico»
Después de la notable crisis bursátil que sufrió Netflix en 2022 tras la pérdida de suscriptores, la compañía aplicó diversas medidas para reconducir la situación. Entre ellas, la apuesta por un modelo con publicidad fue una de las más controvertidas, pero también una de las que mejor ha funcionado. En vez de saturar todos sus planes con anuncios, Netflix diseñó un nivel básico que incluye pausas publicitarias entre episodios, lo que ha atraído a un público más sensible al precio.
Los datos corroboran el éxito de esta estrategia. Según el análisis de Antenna, reportado por Bloomberg, el 40% de las suscripciones nuevas de Netflix en 2024 correspondieron a este plan con anuncios. Y no se trata de algo localizado en Estados Unidos y otros territorios. Al contrario, se ha convertido en algo global.
En España, según fuentes de mercado locales, el porcentaje ha sido incluso más notable, impulsado por usuarios que buscan contenido premium a un coste reducido en un contexto económico complejo. Para la primera mitad de 2025, esta cifra ha escalado hasta cerca del 50% de las nuevas altas a nivel global, confirmando la acelerada adopción del modelo. Los expertos en análisis de mercado coinciden en que esta maniobra no solo ha estabilizado a Netflix tras la crisis, sino que también ha modificado el panorama del streaming a nivel mundial.
"El éxito del plan con publicidad demuestra que los consumidores están dispuestos a sacrificar algo de comodidad a cambio de un precio más accesible", señala Clara Martínez, analista de medios en el Instituto de Economía Digital. "Esto fuerza a la industria a reconsiderar la tradicional dicotomía entre suscripción pura y modelos con anuncios, generando un híbrido que podría ser la norma en los próximos años."
La respuesta de la industria no se ha hecho esperar. Plataformas como Disney+ o HBO Max han lanzado planes similares para captar segmentos de mercado más amplios, mientras los anunciantes están dispuestos a pagar mejores tarifas gracias al alcance masivo y segmentado que ofrece el streaming. En España, esta transformación también ha favorecido la entrada de nuevas marcas en la publicidad digital audiovisual, ampliando las oportunidades comerciales.
El debate sigue abierto: ¿prefieres disfrutar de tus series y películas sin interrupciones o valoras más un precio reducido aunque eso implique aceptar publicidad? ¿Es esta "televisión 2.0" un paso adelante para democratizar el acceso al contenido, o un retroceso hacia los formatos tradicionales que el streaming venía a superar?