Acompañadme a conocer esta triste y curiosa historia. En el año 1977 se estrenaba en cines españoles y de todo el mundo una cierta película llamada La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza. En esos momentos, los fabricantes de merchandising, compañías y productoras no eran capaces de imaginar, probablemente, el gigante que daría a luz esta epopeya galáctica. Star Wars acababa de nacer, y todavía ni siquiera se había comenzado a explotar la saga como sucede hoy en día. Pero hubo una compañía que sí se atrevió a dar un paso adelante: Topps, que ya había cosechado cierto éxito publicando las cartas coleccionables de otras obras de ciencia ficción como El planeta de los Simios. Así que también se animó con las de La Guerra de las Galaxias. ¿El problema? Hubo una carta... que fue cuanto menos llamativa: la de C-3PO. ¿Por qué? Creemos que es, cuanto menos, evidente.
C-3PO, la envidia de los droides
Cuando Topps sacó a la venta las cartas coleccionables de Star Wars, no fueron capaces de prever la enorme demanda de la que disfrutarían. Así que no tardaron en poner todos los motores en marcha para crear más cartas y series de estas tarjetas (sólo en 1977 había ya cientos de tarjetas dedicadas a la saga galáctica). En la Serie Cuatro, sin embargo, cometieron un desliz: la carta número 207 dedicada a C-3PO parecía bastante inocente a simple vista. Pero no se tardaba mucho en descubrir que había un extra en el dibujo del droide.
¿Qué sucedió con esta carta? Lucasfilm quiso ofrecer una explicación al respecto en el año 2007, tal y como recogen desde MelMagazine: "Parece que el apéndice extra no es obra de un artista, sino más bien un truco de sincronización y luz. La foto de archivo intacta muestra la imagen tal y como aparece en la tarjeta. La teoría actual es que en el momento exacto en el que se tomó la foto, se cayó una pieza del disfraz y se alineó de tal manera que sugería una imagen más obscena", expresan. "Las hojas de contacto de la sesión de fotos dan fe de ello. No están retocadas de ninguna manera, pero contienen la misma imagen. Cualquiera que sea la explicación real, la historia del 'artista travieso' simplemente no encaja".
Anthony Daniels, el actor encargado de dar vida a C-3PO, también se hizo eco de la historia de la carta en una entrevista concedida al libro I Am C-3PO: The Inside Story de J.J. Abrams: "Muchos años después de la filmación aparecería a la venta un artículo de colección bastante inesperado. Resultó que un empleado travieso se dio cuenta de que había un pliegue de plástico del disfraz, justo por encima de donde debería haber estado la parte superior de la pierna. Fue provocado por un fallo de la cinta adhesiva, que permitió que parte de mi pierna cayera hacia adelante. Muy hábilmente, aunque con cierto mal gusto, parece que pintó una extensión bastante creíble".
Gary Gerani, autor de Star Wars: The Original Topps Trading Card Series, agregó lo siguiente al medio: "En última instancia, la leyenda es mejor que la verdad porque, por lo que tengo entendido, el disfraz se estaba desmoronando y una pieza que parecía sugerente se rompió, así que es tan simple como eso". Hay que señalar que la carta fue retirada rápidamente una vez que se descubrió el error.
