No podemos controlar al niño que llevamos dentro, y mucho menos si en nuestro camino se cruza una espada clavada en una roca y la promesa de convertirnos en reyes si conseguimos enarbolar su hoja. Esto es lo que sucedió recientemente con la espada Excalibur en Disneyland: un visitante llamado Sam no pudo ignorar la llamada y se dispuso a sacar la espada de la roca. Por supuesto, como podéis imaginar, falló estrepitosamente en su intento.
Excalibur y Sam: una historia imposible
Tal y como relatan desde el Orange County Register, el pasado 12 de enero se había dado por perdida a la famosa espada Excalibur, que forma parte del King Arthur Carousel. Sin embargo, no estaba perdida: unos días antes, Sam había acudido al parque y había intentado sacarla. "Literalmente la arrancó", expresó un testigo que había estado presente en el momento. "Era su primera vez en Disney, y era un gran fan. Le dije que, si la sacaba, ganaría un premio y se suponía que solo usaría la fuerza bruta".
Pero Excalibur llevaba mucho tiempo descansando en esa roca, y no fue capaz de soportar el entusiasmo de Sam. En otras palabras: terminó rota. Los empleados de Disney tuvieron que llevarse la espada rota y cubrir la la hendidura con cinta adhesiva. Una mitad estaba en las manos de Sam, la otra hundida en la roca. "Al principio parecía que la había sacado, pero un miembro del equipo se acercó porque, de hecho, la había roto".
La espada Excalibur que se puede encontrar en Disneyland es una réplica de la espada que aparece en la película Merlín el Encantador, un clásico de la Casa del Ratón que data del año 1963. Según la leyenda que rodea a Excalibur, aquel que consiga sacar la espada será proclamado el nuevo rey. Parece que Sam no ha tenido mucha suerte en su intento. Ahora los herreros de Disney tendrán que volver a forjar esta mágica espada.
