Rodar una serie tan ambiciosa como Juego de Tronos no es sencillo, y exige de un gran sacrificio y esfuerzo por parte del reparto. Es el caso de Hannah Waddingham, la encargada de interpretar a la religiosa Septa Unella en las temporadas 5 y 6 de la popular producción de HBO. Su experiencia fue especialmente traumática a la hora de rodar esa escena donde Cersei (Lena Headey) era la encargada de castigarla ahogándola con vino. Waddingham afirma que estuvieron rodando ese metraje durante 10 horas, y que se sintió como si la estuvieran "ahogando".
Shame!
Durante su aparición el programa Collider Ladies Night, la actriz Hannah Waddingham ha revelado que la escena original estaba destinada a ser aún más tortuosa: con Unella siendo violada por Gregor Clegane, también conocido como la Montaña (Hafþór Júlíus Björnsson). "Creo que habían recibido tantas quejas por la violación de Sansa [Sophie Turner] que decidieron no aceptarlo", explicaba. "Increíblemente, lo cambiaron bastante en el último minuto".
A continuación, agrega: "Creo que, posiblemente, lo cambiaron cuando estaba en pleno aire volando hacia Belfast porque, de repente, me enviaron estos nuevos esbozos donde decían que necesitaba un traje de neopreno. Pensé que me habían enviado las páginas equivocadas". Pero no, no se había equivocado: cuando Waddingham llegó al set de rodaje, descubrió que tenía que ponerse, en efecto, un traje de neopreno.
"Me dijeron: 'Oh, en el lugar, va a ser waterboarding [una tortura mediante la que se ahoga al sujeto con interrupciones]'. Y yo estaba como: 'Pero, en realidad no estamos haciendo waterboarding de verdad'. Y ellos me dijeron: 'No, no, no lo estamos haciendo'". Pero lo cierto es que Waddingham dijo que estuvo atada a la mesa de madera en la escena con "correas grandes adecuadas" durante horas, mientras Headey le vería el vino en la cara. "Definitivamente, aparte del parto, fue el peor día de mi vida".
"Lena se sintió incómoda vertiéndome líquido en la cara durante tanto tiempo, y yo estaba fuera de mí", expresaba Waddingham. "Pero, en esos momentos, dices: '¿Sirve la pieza y sigues con ella?' O te acobardas y dices: 'Esto no es para lo que me inscribí'". La escena, además, le dejó con secuelas: "Definitivamente me dio claustrofobia. Fue demasiado estar siendo ahogada durante 10 horas, y luego, que la escena durara sólo 1 minuto y 37 segundos para usarlo en cámara". En este sentido, concluye: "Lo único que pensaba para mí era que la productora no iba a dejarme morir".
