El teletrabajo llegó de la mano de la pandemia del coronavirus en 2020 cambiando por completo el modelo laboral de múltiples compañías alrededor del mundo. Para protegerse del peligroso virus y seguir adelante, las empresas que podían abrazaron esa metodología profesional para que sus empleados prosiguieran con sus labores desde sus hogares. Con el paso del tiempo, esa modalidad ha ido fragmentando poco a poco la concepción de trabajo de las principales empresas, sobre todo tecnológicas, llevando a Elon Musk a criticar duramente este tipo de práctica. Eric Schmidt, antiguo CEO de Google, aseguró en una charla que la caída de su ex empresa frente a la carrera contra la IA se estaba viendo perjudicada precisamente por el teletrabajo, y dicha afirmación ha hecho estallar la polémica.
Jordan Thibodeau, antiguo trabajador de Google, asegura que la caída de la compañía no se debe al teletrabajo sino a que la empresa es una especie de gobierno donde se "trabaja como en el infierno"
Según Jordan Thibodeau, tal y como recogen desde Business Insider, el problema de Google es cómo enfoca su sistema de trabajo, y comentarios y actitudes como las de Elon Musk que se decantan por llevar a sus empleados al límite no ayudan.
De hecho, el propio Schmidt afirmó que la clave del éxito residía en "trabajar como en el infierno", y parece ser que el teletrabajo es un problema para determinados directivos y CEO de Silicon Valley: "Cuando Eric Schmidt hace esos comentarios, está perjudicando a muchas personas que no tienen voz dentro de Google, que han sido forzadas a reubicarse o están considerando dejar la empresa debido a la presión para volver a la oficina". El teletrabajo, según Thibodeau, no es ningún inconveniente y de hecho hasta puede ayudar a que muchos trabajadores se sientan más cómodos.
Google quiere que sus trabajadores vuelvan a las oficinas inmediatamente, y Thibodeau considera que eso puede llegar a ser un problema a largo plazo debido a que se altera, de nuevo, el ambiente laboral de los empleados. El modelo del teletrabajo está lejos de abolirse en todo el mundo, porque hay muchísimas empresas que apuesta por él y lo defienden. Sin embargo, que grandes compañías vayan en contra desde luego es determinante y puede hacer que otras más pequeñas opten por seguir sus modelos para conseguir buenos resultados.