Hay muy pocos actores como Jude Law. El intérprete, con dos nominaciones al Óscar, cuatro a los Globos de Oro, un premio BAFTA y una filmografía envidiable que incluye colaboraciones con cineastas de la talla de Steven Spielberg, Wes Anderson, Mike Nichols y Steven Soderbergh, se ha consolidado como una de las grandes estrellas de la industria cinematográfica contemporánea. Su presencia aporta categoría y empaque, y su carisma, sigue siendo uno de los más grandes de todo Hollywood. Pero como él mismo sabe, su carrera experimentó un punto de inflexión en 1999 con El talento de Mr. Ripley, un filme que lo catapultó a la fama. Y ahora desvela cómo fue lidiar con ella.
Jude Law se sincera sobre el precio de la fama y su orgullo por cómo la manejó: 'Tenía miedo, pero era muy joven'
El éxito del largometraje, basado en la novela de Patricia Highsmith, catapultó a Law al estrellato, cumpliendo así sus expectativas respecto a su carrera. "Fue sencillamente una época maravillosa de mi vida. Sentía que estaba recibiendo todo lo que había esperado que me diese la actuación y mi carrera.
El éxito, o la respuesta que obtuvo, me cambió la vida", confesó el británico en una entrevista con la revista People. Sin embargo, la fama tiene un lado oscuro.
En el caso de Jude Law, el repentino boom de su carrera trajo consigo una atención excesiva por parte la prensa y los medios de televisión, no solo a sus decisiones profesionales sino también a su vida privada. "Creo que, de repente, se crearon una atención y unas expectativas sobre las decisiones que estaba tomando, sobre cosas como con quién estaba trabajando. Después, en última instancia, lo que ocurría en mi vida privada también se escrutó. Era demasiado, yo era muy joven", indica el intérprete de Contagio, película que considera como una de las mejores de su carrera.
A pesar de la presión, Law mira al pasado con orgullo por cómo manejó aquella situación. "Ahora miro atrás —mi hijo mayor tiene 27 años, y yo no era mucho mayor— y, honestamente, estoy muy orgulloso. Creo que lo manejé bastante bien", concluye. No obstante, el desafío de manejar la fama ha sido un obstáculo insuperable para muchas estrellas de Hollywood, que se encuentran perdidos, sin ayuda, guía o barreras que los ayuden a defenderse de la atención mediática.
Actores como Lindsay Lohan, quien luchó con problemas legales y de adicciones, o Macaulay Culkin, cuya vida personal se vio afectada tras el éxito abrumador de Solo en casa, ejemplifican a la perfección estos casos y nos recuerdan cómo la fama puede desbordar a los jóvenes talentos que emergen en una industria muy competitiva y voraz como la de Hollywood. La atención constante de los medios y las expectativas del público a menudo agravan estos problemas, poniendo en riesgo no solo sus carreras, sino también su bienestar personal. Jude Law, en cambio, ha logrado mantener una trayectoria profesional sólida y una imagen pública relativamente estable, convirtiéndose en un ejemplo de cómo manejar la fama con equilibrio y dignidad.