El Monte Fuji, una de las joyas naturales más emblemáticas de Japón, ha sido un símbolo cultural y espiritual del país desde su formación hace 2,6 millones de años. Sin embargo, este majestuoso pico nevado se enfrenta a un problema creciente y complejo: la masificación turística. La afluencia masiva de turistas, atraídos por la belleza y la notoriedad del Monte Fuji para capturar la foto perfecta para las redes sociales, ha comenzado a generar tensiones significativas entre los visitantes y los residentes locales.
Una avalancha de turistas desde que abrió el país tras la pandemia
La popularidad de este enclave en las plataformas digitales, junto con otros íconos turísticos como el cruce de Shibuya, ha llevado a un incremento desmesurado en el número de turistas. Esta situación se ha agravado particularmente después de la pandemia, cuando Japón reabrió sus fronteras tras un largo periodo de restricciones que habían frenado la entrada de extranjeros. El levantamiento de estas restricciones ha provocado una avalancha de turistas ansiosos por explorar el país, lo que ha exacerbado los problemas en torno al Monte Fuji.
El resurgimiento del turismo internacional en el país puede atribuirse en gran medida a las limitaciones impuestas durante la pandemia. Estos controles no solo afectaron a los turistas, sino también a los habitantes locales, quienes se habían acostumbrado a un entorno más tranquilo y ordenado. El retorno masivo de visitantes extranjeros, muchos de ellos sin familiaridad con las costumbres japonesas, ha generado una serie de conflictos y quejas debido al comportamiento irrespetuoso y la falta de decoro que contrastan con las tradiciones arraigadas del país.
El yes se encuentra en mínimos históricos
A pesar de la importancia del turismo para la economía japonesa, especialmente en un momento en que el yen se encuentra en mínimos históricos, Japón enfrenta un dilema. Por un lado, necesita atraer visitantes para sostener su economía, pero por otro, debe gestionar el impacto negativo que este turismo descontrolado tiene en sus sitios más preciados. El Monte Fuji, con su creciente popularidad y la presión turística, se ha convertido en el epicentro de este conflicto, requiriendo medidas de control y gestión para equilibrar la afluencia turística e incluso.
Para mitigar el impacto del turismo en el Monte Fuji, se han implementado diversas medidas. La construcción de la valla de Fujikawaguchiko y la imposición de tasas y limitaciones para la ascensión a la montaña son algunos ejemplos de los esfuerzos realizados para proteger este símbolo nacional. Sin embargo, estas medidas no siempre han sido bien recibidas ni resultan suficientes para controlar el problema de fondo, dejando en evidencia la necesidad de soluciones más efectivas y sostenibles.