El telescopio espacial James Webb ha logrado un hito significativo al descubrir la galaxia más antigua y distante conocida hasta la fecha, denominada JADES-GS-z14-0. Esta galaxia existió tan solo 290 millones de años después del Big Bang, batiendo el récord anterior y proporcionando una visión sin precedentes de los inicios del universo. Según la NASA, esta galaxia no solo es notable por su edad, sino también por su excepcional brillo y masa, lo que plantea nuevas preguntas sobre la formación y evolución temprana de las galaxias.
Una luz que tardó más de 13.500 millones de años en llegar a la Tierra
El descubrimiento de JADES-GS-z14-0 tiene profundas implicaciones para la comprensión del universo primitivo. Los investigadores Stefano Carniani y Kevin Hainlin destacaron que esta galaxia no se ajusta a los modelos teóricos y simulaciones computarizadas existentes sobre las primeras galaxias. Esta observación subraya la diversidad y complejidad de estas formaciones que existieron en el amanecer cósmico, desafiando nuestras actuales teorías sobre la evolución galáctica. Lo cierto esb que la luz de JADES-GS-z14-0 tardó más de 13.500 millones de años en llegar a la Tierra, permitiendo a los astrónomos observar el universo tal como era en sus primeras etapas de formación.
Este avance es fruto del programa JWST Advanced Deep Extragalactic Survey (JADES), que ha permitido a un equipo internacional de astrónomos utilizar el espectrógrafo en infrarrojo NIRSpec del James Webb para estudiar galaxias formadas entre 200 y 90 millones de años después del Big Bang. Estos estudios son cruciales para entender el comportamiento del gas, las estrellas y los agujeros negros en el universo temprano, proporcionando pistas valiosas sobre los procesos fundamentales que dieron forma a nuestro cosmos.
Además de JADES-GS-z14-0, el James Webb ha sido clave en otros descubrimientos importantes, como la identificación de GN-z11, una galaxia luminosa detectada previamente por el Hubble. Estos descubrimientos no solo amplían nuestro conocimiento del universo, sino que también demuestran la capacidad del James Webb para revolucionar la astronomía con su avanzada tecnología.
Estacionado a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra, este telescopio sigue siendo una herramienta esencial para explorar los confines del universo y desentrañar los misterios de su origen.