Sí, Ready Player Two será una realidad cinematográfica. Steven Spielberg confirmó que estaba trabajando en la adaptación de la novela de ciencia ficción escrita por Ernest Cline, que se publicó en noviembre de 2020 y que servía como secuela a la exitosa Ready Player One, que también fue adaptada en una película que triunfó en taquilla allá por 2018. La noticia fue recibida con entusiasmo, y aunque Spielberg ha confirmado que producirá y supervisará la cinta, no la dirigirá. ¿Es una buena idea? Parece que el cineasta responsable de Parque jurásico ha esquivado una bala, y es que la novela no fue recibida con los brazos abiertos y fue ampliamente criticada. Ready Player Two tiene que ser mejor película que su libro homónimo. ¿Lo conseguirá?
Ready Player Two fue una novela muy criticada pero su película tiene la oportunidad perfecta para redimir la poco inspirada secuela de Ernest Cline
La trama de Ready Player Two es bastante conservadora durante gran parte del desarrollo de la historia, contándonos el destino de los personajes principales de la primera novela, Wade Watts y sus amigos, que vuelven a vivir una atribulada aventura en el mundo virtual de OASIS. Después de los eventos del primer libro, Wade descubre un nuevo artefacto tecnológico dentro del OASIS que promete cambiar completamente la experiencia virtual y la realidad misma.
No es una herramienta cualquiera, es una auténtica killer app, ONI, una revolucionaria tecnología permite a los usuarios no solo experimentar OASIS con los cinco sentidos, también difuminar las barreras entre lo virtual y lo real. Lógicamente, esto genera un nuevo interés en el mundo virtual, con millones de personas enganchadas, entre ellas Watts.
Como es lógico, Cline explora temas como la tecnología y su avance en nuestra sociedad, la realidad virtual, la cultura pop de los años 80 y 90 -hay un montón de referencias lanzadas al tuntún, incluso más que en la primera parte-, y la conexión entre el mundo real y el virtual. Sin embargo, esta cantidad de referencias a videojuegos, películas, música y otros aspectos de la cultura popular, que ya hastiaban en la novela anterior, aquí parecen incluso más forzadas. La segunda novela tuvo cierto tirón en ventas, al menos durante sus primeros meses en las librerías, pero el público no respondió muy bien y dejó patente que Ernest Cline se había apresurado a sacar una continuación.
Se criticó la falta de frescura y originalidad, de hecho la novela recicla muchas de las mismas ideas y referencias culturales -que distraen en exceso-, todo ello sin aportar nada rompedor o interesante a la narrativa que, eso sí, intenta explorar el tema de las inteligencias artificiales y la transhumanización -con poco atino-. Otro golpe enarbolado por los críticos y lectores a Ready Player Two es la falta de desarrollo de los personajes, son meras caricaturas y perfiles unidimensionales, que apenas experimentan un crecimiento significativo en esta secuela, con arcos muy predecibles y carentes de profundidad. Además, cuando Ready Player Two intenta ser controvertida con temas muy delicados fracasa enormemente, quedándose en tierra de nadie presentándonos a unos protagonistas cuya moralidad en lo referente a ciertas decisiones queda como muy cuestionable o problemática. Un desastre.
La película tiene una difícil papeleta. Debe ser inteligente en su guion y adaptación, intentando evitar los errores de la novela, adentrándose en sus temas principales -ONI, la inteligencia artificial- y obviando la pobre narración y desarrollo de los personajes por parte de Ernest Cline. El universo creado por este autor es interesante, y si Spielberg y los encargados de la cinta son avispados, sabrán sacarle partido a OASIS, sus protagonistas y sus historias, aportando más valor emocional a la aventura y aumentando el sentido espectacular de este universo virtual que no tiene tanto empaque en papel y tinta.