LOST (Perdidos) es una de las series más importantes de la historia del medio. Damond Lindelof y Carlton Cuse auspiciaron el éxito del drama de ABC, una ficción que marcó a una generación de espectadores e inauguró una edad dorada en la televisión. Su final ha sido debatido y desgranado, y su fama, analizada en detalle por sus propios creadores. Mientras sobrevuela la queja de algunas actrices por su sexualización en la ficción, ahora surgen acusaciones de actores y guionistas de un supuesto clima xenófobo en el rodaje. En el libro Burn It Down de la crítica Maureen Ryan, se entrevista a varias personalidades del mundo audiovisual vinculadas a Perdidos y todos ellos no dudan en recalcar el ambiente laboral tóxico y retorcido de la serie. ¿Qué pasó en aquella isla?
Harold Perrineau, actor de Michael, critica el ambiente racista de LOST y otros guionistas y productores se suman: ¿fueron Damond Lindelof y Carlton Cuse unos abusadores?
En un extenso artículo publicado en Vanity Fair, se afirma que en el libro de Maureen Ryan se esgrimen varios ejemplos de cómo Cuse y Lindelof permitieron, alimentaron y enaltecieron este tipo de ambiente tóxico racista con respecto a los guionistas, creativos implicados en la elaboración de la serie y los propios actores y actrices protagonistas. La voz más crítica al respecto siempre ha sido Harold Perrineau, el actor detrás del personaje de Michael, que ya en su día apuntó este tipo de problemas en la filmación de Perdidos, y que ha concedido nuevas declaraciones en el libro que ratifican su visión de los hechos.
Según el intérprete, que venía de tocar el éxito con películas como las de la saga Matrix, fue despedido por exigir que los personajes de color tuvieran más protagonismo en la ficción. Aquellas declaraciones, algunas de las cuales traspasaron el plató de rodaje y llegaron a los oídos de la prensa, generaron un gran terremoto. Perrineau reclamaba más protagonismo para Michael y Walt, su hijo en la ficción, algo que no fue así en los guiones finales. El intérprete se enfadó al ver que el foco de la acción se centraba en Sawyer, Jack, Kate y Locke. Los creadores de Perdidos decidieron zanjar el asunto reuniéndose con él privado y le comunicaron que todo cambiaría.
"Como dices que no tienes suficiente trabajo aquí, vamos a dejarte marchar" explicaba Perrineau. Según el actor, en ningún momento llegó a hablar de racismo de forma explícita, pero cree que los personajes negros de la serie fueron infravalorados. Otros miembros del reparto y del rodaje afirman que escucharon una versión más agresiva del asunto en boca del propio Lindelof, quien llegaría a decir -según testigos-: "Me llamo racista, así que le despedí". El papel de Michael fue teniendo cada vez menos importancia en las tramas y Walt, cuyo actor creció de forma rápida para los motivos de la serie, desapareció hasta bien entrada la serie por motivos que ABC calificó como de continuidad. Vanity Fair se habría puesto en contacto con el creativo detrás de The Leftovers o Watchmen, que niega los hechos. Sí admite que era joven e inexperto, y que manejó asuntos profesionales muy delicados de formas de las que se arrepiente. Hay más.
Según se dice, en boca de algunas guionistas de color y de escritores que participaron hasta la segunda o tercera temporada, el equipo detrás de Perdidos, bromeaba con que había que guardar las carteras y andar con ojo cuando andaba cerca Adewale Akinnuoye-Agbaje, el actor que daba vida al Señor Eko. El actor que interpretó a este personaje, uno de los más queridos de toda la serie, decidió marcharse de la serie, por lo que se apresuró su muerte en la trama. Es algo habitual en algunas ficciones, pero se remarca que Carlton Cuse decidió darle una muerte horrible y poco honorable, indicando que habría que "colgarlo de un árbol con el pene en la boca". Cuse desmiente dicha afirmación, pero sí indica que muchos guiones se reescribían, cambiaban y mutaban conforme avanzaban la trama para adecuarse a las exigencias del rodaje.
El artículo también explica que la guionista de origen asiático del staff, Melinda Hsu, era llamada "la coreana", y se destaca que se hicieron bromas de mal gusto como colocar un cartel de "solo blancos" en las oficinas y baños para mandar indirectas al equipo de limpieza. Otro de los momentos más incómodos se oyó cuando un miembro del reparto decidió adoptar una niña oriental en mitad del rodaje, algo que fue recibido con hostilidad: "Ningún abuelo quiere un nieto de ojos rasgados". Muchos de los que han sido citados, ya sea en anonimato o con sus verdaderos nombres, declaran que muchas veces llegaban a casa llorando y agobiados por el clima de trabajo que se veía en Perdidos. Los creadores de Perdidos han respondido a las acusaciones negándolas y afirmando que, de ser ciertas, habrían recibido un toque del estudio cuando se produjeron, algo que ya abordaron en su día. El libro que destapa éste y otros momentos incómodos en el cine y la televisión en relación al racismo imperante en Hollywood, se publicará el 6 de junio.