Los espinosáuridos, uno de los tipos de dinosaurios carnívoros más grandes que jamás hayan existido en la Tierra, eran aún más fascinantes de lo que se creía. Según ha publicado un grupo de paleontólogos en Nature, estos gigantescos saurios cazaban presas completamente sumergidos en el agua. No es algo raro, se intuía y se había propuesto en el pasado, y a tenor de las numerosas reconstrucciones del Spinosaurus, era una cuestión que había atenazado a los paleontólogos durante décadas. Ahora, un nuevo estudio relacionado con la densidad ósea de estas temibles criaturas lo confirma: estos animales eran más acuáticos de lo que se pensaba.
¡Al agua patos! El Spinosaurus era aún más acuático de lo que creíamos en un principio
Los carnívoros subacuáticos eran más comunes entre los dinosaurios de lo que creíamos en un principio. El artículo no deja demasiado lugar a dudas. La alta densidad ósea registrada en los fósiles de estos animales nos indica que este grupo de dinosaurios del Cretácico habían desarrollado una habilidad especial para cazar y alimentarse bajo el agua.
Como han descubierto y corroborado estos paleontólogos, los huesos densos permiten un mejor control y estabilidad en lo relacionado con el índice de la flotabilidad, un aspecto esencia cuando los animales se sumergen en el agua.
Como ya se ha confirmado, al menos dos grupos de espinosáuridos, el de Spinosaurus y Baryonyx, tienen más densidad en sus huesos que otros tipos de dinosaurios terópodos similares. Curiosamente, el Suchomimus, un espinosáurido relacionado con estos animales, ha demostrado tener los huesos huecos, algo que nos permite pensar que el dinosaurio cazaba a sus presas en el agua como una garza. Es decir, si bien uno tenía un comportamiento más terrestre, Spinosaurus y Baryonyx se adaptaron para cazar y alimentarse bajo el agua. Ambos animales usaban sus poderosas colas para nadar a través del agua en busca de presas, abatiendo incluso a sus presas como los actuales cocodrilos.
Es un descubrimiento especialmente importante para la rama de dinosaurios no aviares, pues apenas un pequeño puñado de especies son parcial o totalmente acuáticas. Que dos de los grandes exponentes de estos animales como el Baryonyx y el Spinosaurus hayan resultado ser acuáticos ha cambiado las reglas del juego. "Históricamente, los espinosáuridos han sido ese extraño grupo de dinosaurios carnívoros con muchas peculiaridades que implicaban algún tipo de estilo de vida ‘acuático-curioso’, único dentro de los dinosaurios no aviares" ha comentado Eric Gorscak, profesor asistente de anatomía en la Universidad Midwestern que no está afiliado al nuevo estudio en medios como Gizmodo. El experto explica que el estudio es muy prometedor, pero que todavía necesita mucho recorrido.
Pero los datos están ahí. El equipo, dirigido por el paleontólogo Matteo Fabbri del Museo Field de Historia Natural, estuvo recopilando estos datos cuantitativos tan reclamados por la comunidad científica, comparando la densidad de los huesos de los espinosáuridos con una amplia gama de animales vivos y extintos. La muestra, enorme, ha permitido arrojar ese parecido entre cocodrilos y dinosaurios. "Los resultados de sus pruebas sugieren fuertemente que si parece un cocodrilo, flota como un cormorán y se sumerge como un hipopótamo, entonces los espinosáuridos probablemente eran dinosaurios semiacuáticos", comentó Gorscak al citado medio.
Unos dinosaurios que no se parecen en nada a los vistos en Jurassic Park
Es un tema del que hemos hablado en el pasado. Jurassic Park fue una película rompedora, pero que está plagada de errores científicos, algunos de los cuales se han ido corrigiendo en sucesivas secuelas. En una de ellas, Jurassic Park III, surgía un combate épico entre un T.rex y un Spinosaurus aegyptiacus, en el que el segundo acababa abatiendo al primero en un duelo a muerte. En esta tercera entrega, el carnívoro, un terópodo terrestre, le sacaba varias cabezas al tiranosaurio, persiguiendo a los protagonistas.
Tras décadas de estudios, la forma del dinosaurio cambió, convirtiéndose en un animal un tanto extraño, con el aspecto de un cocodrilo con una gran vela en su espalda. Dejó de ser una especie de tiranosaurio con una cresta dorsal para ser algo diferente que, de una manera u otra, no convenció al fandom prehistórico, que vio con recelo su reconstrucción anatómica de 2014 y 2020 En relación al grupo más grande de animales al que pertenecía este dinosaurio, huelga decir que los espinosáuridos vivieron durante el Cretácico temprano hace más de 100 millones de años, sintiéndose mas cómodos en el agua que en el medio terrestre.
Gracias a las nuevas tomografías y los análisis de cientos de huesos pertenecientes a dinosaurios, cocodrilos, aves, reptiles marinos y otros, en especial en lo referente a los fémures y a las costillas, se sabe más de estos misteriosos saurios del pasado. Hace unos días, descubríamos lesiones en estos grandes monstruos prehistóricos.