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Es uno de los simuladores de naturaleza en tiempo real más avanzados y sigue sorprendiendo como el primer día

Éric Chahi, el diseñador de videojuegos francés conocido por crear obras míticas como Another World, fue el impulsor de uno de los juegos indie digitales más exitosos de Ubisoft.

Aunque puede que no sea uno de los diseñadores de videojuegos más conocidos para el gran público, ni tampoco uno de los más prolíficos de la industria, el francés Éric Chahi es el padre detrás de virtuosas obras que han marcado un antes y un después como el mítico Another World.

Es probable que muchos de los aquí presentes también recuerden un videojuego con el que Chahi sorprendió a los medios en 2011 (y que hoy nos gustaría rescatar), trabajando al amparo de un gran editor como lo es Ubisoft. Hablamos del fascinante y todavía sorprendente From Dust, un pequeño juego ambicioso en el que se nos permite tomar el control de una deidad para hacer frente a diversos desastres naturales.

El sorprendente sandbox de simulador de naturaleza de Éric Chahi

From Dust fue un juego indie lanzado al mercado el 27 de julio de 2011 directamente en formato digital para las tiendas de PS3, Xbox 360 y Steam, ideado por la mente creativa de Éric Chahi, quien algunos años antes había logrado vender su particular visión para esta obra a Ubisoft.

Colaborando con un pequeño equipo dentro de Ubisoft Montpellier, Chani -quien llevaba desde el lanzamiento de Heart of Darkness en 1998 apartado de la industria del videojuego-, tenía en mente con From Dust desarrollar una especie de sucesor espiritual del considerado por muchos primer juego de dioses, el clásico Populous de Peter Molyneux.

En este caso, en From Dust los jugadores tomamos el papel de una deidad mística que debe ayudar a sobrevivir a una tribu primitiva dentro de diferentes escenarios exuberantes, exóticos y peligrosos de un mundo en constante cambio que está amenazado por desastres climáticos como inundaciones o volcanes en erupción.

Chani comenzó ideando From Dust como un juego de estrategia que más tarde se convertiría en un juego de dioses para permitir a los jugadores interactuar con todo un sistema de simulación con el entorno de lo más avanzado. Inspirado por un viaje que realizó en 1999 al cráter del Monte Yasur en Vanuatu, el diseñador se había pasado varios años obsesionado por la vulcanología visitando otros volcanes como el cráter Dolomieu en la isla Reunión.

La tribu nómada de From Dust toma inspiración de las tribus africanas y de Nueva Guinea.

Así, con el deseo de introducir las fuerzas de la naturaleza en una especie de simulación en tiempo real, Chahi y su equipo diseñaron mecánicas de juego basadas en un sistema dinámico de erupciones y mareas, inspirados por lugares reales y salvajes como las islas yemeníes de Socotra, el Sahara o los archipiélagos lagunares de la Polinesia.

De esta manera el jugador puede manipular materia a través de varios poderes divinos para moldear el suelo, el agua o la lava. Por ejemplo, el agua erosiona rápidamente el terreno, la vegetación se propaga allí donde construimos aldeas, la lava puede enfriarse para formar rocas sólidas... Todos estos sistemas nos sirven para ayudar a la mencionada tribu nómada protagonista a superar aventuras a lo largo de una serie de niveles en su peculiar modo historia.

El título también cuenta con un modo desafío que plantea retos más rápidos y con objetivos y condiciones concretas, en los cuales podemos registrar nuestros tiempos en una tabla de clasificación multijugador. Si bien, cabe recordar que la experiencia está únicamente centrada en el juego individual.

From Dust no solo resultó sorpresivo en sus físicas y sistemas dinámicos, también entró por los ojos a sus jugadores gracias a una paleta de colores rica y un diseño artístico fuertemente influenciado por obras del pintor polaco Zdzisław Beksiński. Por increíble que parezca teniendo en cuenta su premisa de nicho, el juego logró abrirse paso y se convirtió en el juego digital de Ubisoft más rápidamente vendido, logrando medio millón de ventas en unos pocos meses de vida.

Con todo, y a pesar de haber sido un éxito, ni Ubisoft ni Chahi dieron luz a futuras secuelas. Una lástima, teniendo en cuenta el potencial por explorar de su brillante propuesta, ya que que aún podría haber ido más lejos... El paso del tiempo ciertamente ha ido haciendo que se quede olvidado, sin embargo, creemos que es un juego distinto, inmersivo y maravilloso que, con sus más y sus menos, merece ser más conocido.

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