Presente en la feria bajo el rótulo de "el primer juego de Konami", Elebits se juega con el mando remoto de Wii y el nunchaku, haciendo uso intensivo de su función como puntero, con el que manejamos una extraña pistola de la que sale un láser más extraño todavía capaz de atraer o mover objetos, de manera que nos recuerda un poco a la arma gravitatoria de Half-Life 2.
Con esa pistola teníamos que poner patas arriba la habitación de la demo, escogiendo entre el rayo gravitatorio y el láser capturador (botones A y B) con el que recolectamos los elebits, los pequeños bichejos dispersos por todo el escenario.
Con los gatillos del nunchaku podemos modificar levemente la perspectiva de juego al hacer que el personaje que controlamos se ponga en puntillas o se agache un poco, de manera que nos será más fácil ver objetos elevados o bien lo que hay en armaritos a nivel del suelo.
El juego luce bastante discreto a nivel gráfico, pero cuenta con una física sorprendente y muy cómica y una accesibilidad total, al ser un juego sencillo y muy directo que divierte sin complicaciones. Además, los entornos son muy interactivos, pudiendo trastear virtualmente con todo lo que veamos, lo que le confiere una solidez a tener en cuenta. Empezamos, además, en un territorio conocido (aunque no para todo el mundo): la cocina de una casa, y de allí nos podemos mover un poco, por ejemplo, saliendo al jardín, donde hacer el gamberro lanzando casas por los aires es una práctica vandálica como cualquier otra.
Se intuían en el diseño de la demo pequeños puzles que podrían aportar un punto extra de interés a la partida en la versión final del juego, y, de hecho, esperamos que así sea, pues planteado como se ha mostrado hasta ahora, parece que pueda hacerse repetitivo e incluso algo tedioso a medio plazo. Esperamos que el producto final ofrezca más variedad en su desarrollo, algo que Konami ya ha afirmado al confirmar que incluirá al menos una quincena de fases diferentes.