Tras innumerables entregas de la saga Dynasty Warriors en la última década (tantas que cuesta llevar la cuenta, aunque funcionan ya que llevan vendidas más de 15 millones de copias y sustentan la compañía), Koei decide probar suerte con una nueva ambientación para sus juegos de lucha y acción con batallas multitudinarias, pasando de la China del Romance de los Tres Reinos a la Grecia mitológica narrada en los poemas de Homero entorno a la Guerra de Troya.
Los encargados de desarrollar este título han sido Tecmo Koei Canada, creadores de aquel juego de velocidad futurista llamado Fatal Inertia para X360 y PS3 -que pasó con más pena que gloria-, de Prey the Stars para NDS -un resultón juego de puzles- y de las dos entregas de Warriors Orochi para PSP, por lo que ya tenían experiencia previa en el género.
Aunque a simple vista y en un primer contacto pueda parecer un Dynasty Warriors con un cambio de ambientación, jugando más en profundidad se empiezan a ver las diferencias y al final apenas comparte con la extensa saga otra cosa que no sean sus peleas contra decenas de soldados.
Para quien no conozca la leyenda de la Guerra de Troya (una ciudad considerada mitológica hasta el siglo XIX en el que se descubren sus ruinas, aunque sigue sin haber consenso y no se ha demostrado si la guerra ocurrió de verdad) y resumirla en unas pocas palabras, el desencadenante de este conflicto es el rapto -o fuga- de Helena de Esparta a manos del príncipe Paris de Troya, lo que provoca la formación de una coalición de ejércitos aqueos (nombre con el que se conoce a este colectivo de griegos en los relatos de Homero) que invaden la región de Troya con el fin de recuperar a la prometida de Menelao.
Por los primeros capítulos que hemos podido jugar, hemos visto que la historia se va narrando en unos muy correctos vídeos grabados -nunca con el motor del juego- al comienzo y al final de cada capítulo, donde vemos los sucesos desde diferentes puntos de vista -tanto de los griegos como de los troyanos-, habiéndonos sorprendido gratamente hasta el momento el rigor y el respeto hacia los poemas homéricos, algo a lo que no estamos muy acostumbrados en un videojuego (ni en el cine, después de la "libre" interpretación de la leyenda en la película Troya protagonizada por Brad Pitt).
Tras una vistosa secuencia en la que contemplamos la llegada de la armada griega a las playas de Troya, tomamos el control del guerrero Aquiles, teniendo que limpiar la zona de soldados troyanos para facilitar el desembarco. Disponemos de tres tipos de ataques básicos: rápido, preciso y aturdidor, quedando el cuarto botón principal para desatar la furia, que explicaremos más adelante. Como movimientos defensivos contamos con el bloqueo -con el que hacemos uso del escudo en caso de que contemos con uno y que nos sirve para protegernos de diversos ataques y entre ellos el lanzamiento de flechas- y la opción de rodar para esquivar, además podemos fijar a nuestros enemigos y recoger armas de nuestros adversarios caídos en combate, algo bastante importante en el caso de las lanzas que nos sirven para abrir las defensas. Los combos son muy sencillos, y casi todos se realizan pulsando el ataque rápido numerosas veces en combinación con el ataque preciso, lo que esperamos no juegue en su contra a la larga y haga la jugabilidad del título demasiado simple.
Los enemigos nos llegan en grupos, por momento en números sorprendentemente altos, llegando a vivir situaciones en la que nos enfrentamos hasta a 30 o más a la vez, lo que sumado a nuestros aliados hace una gran cantidad de personajes en pantalla, sin que en ningún momento la tasa de imágenes por segundo se resienta, aunque es cierto que la mayoría de los adversarios suelen ser el mismo tipo, solo siendo diferente el capitán de cada escuadrón. Estos son nuestros rivales más duros con diferencia –sin contar a los jefes-, y tendremos que usar tácticas distintas con cada uno de ellos, a diferencia de los enemigos estándar a los que nos limitamos a machacar.
En ocasiones, cuando hemos hecho un ataque aturdidor o los enemigos huyen, aparece en pantalla el botón Y, lo que indica que si lo pulsamos realizamos una ejecución. Estas son bastante sangrientas, atravesando a los enemigos con nuestra espada por la garganta, por la espalda o machacándolos en el suelo, siendo estos los momentos más violentos del juego. Al realizar estas cruentas ejecuciones los compañeros del ajusticiado se asustan, pudiendo llegar al extremo de salir huyendo, lo que podemos aprovechar para dar caza por la espalda, incluso a distancia a muchos metros con una lanza, algo que resulta perversamente divertido.
Al realizar estos movimientos especiales subimos la barra de furia, que cuando está completa podemos usar ralentizando la acción y convirtiendo nuestros ataques en letales, llenando la pantalla de salpicaduras de sangre de forma bastante espectacular. También al realizar ejecuciones conseguimos puntos Kleos, que sirven para adquirir objetos, ya sea antes de comenzar los capítulos o cuando reiniciamos un punto de control tras haber muerto. Estos ítems se equipan en una rejilla (de igual manera que en la cuarta y quinta entrega de Resident Evil) que cuenta con un espacio limitado, y nos otorgan diversas mejoras, desde mayores estadísticas de fuerza o vida, hasta nuevos combos o que nuestros aliados sean más fuertes.
Cada capítulo está protagonizado por un personaje, desde los griegos Aquiles, Ulises y Áyax hasta los troyanos Héctor y Paris, incluso controlamos a la impresionante amazona Pentesilea, por lo que resulta muy interesante ver la historia desde distintos puntos de vista. Pero esto no es solo algo argumental, sino que cada uno de estos protagonistas cuenta con distintas características a la hora de ser controlados, usando distintas armas y contando con diferentes ataques, lo que le otorga algo de variedad al desarrollo. Cada capítulo cuenta con un objetivo principal indicado en el mapa que pueda variar en el transcurso de la acción, y luego si exploramos un poco el entorno –no muy extenso en ningún caso con unas pocas bifurcaciones en los caminos- podemos encontrar otros secundarios.
Estamos ante un juego bastante lineal con escenarios muy reducidos, lo que le diferencia y mucho de la saga Dynasty Warriors, pese a ser ambos beat 'em up o "yo contra el barrio" masivos. Hay que ver cuando juguemos más horas si se añaden en el transcurrir de la historia novedades jugables, o si el sistema de combos se vuelve más complejo, ya que aunque entretenido, el juego corre el peligro de ser demasiado simple y monótono, al hacer poco más que aniquilar grupos y grupos de enemigos con unos pocos movimientos, sin combos demasiado complejos, y sin ninguna posibilidad estratégica de dar órdenes a nuestras tropas. Los momentos más diferentes sin duda son los enfrentamientos contra los jefes, ya que son un uno contra uno en el que se eleva la dificultad de manera notable, y aporrear los botones no resulta suficiente, teniendo que adoptar diferentes tácticas..
De los gráficos volvemos a destacar las grandes cantidades de personajes que se agolpan en ocasiones en pantalla sin que el motor gráfico se resienta, pero también hay que mencionar la repetición y sencillez de todos los modelados. Los entornos son bastante vacíos, aunque convincentes dentro de la ambientación del juego, y se repiten en exceso en los primeros compases de la aventura, por lo que deberemos esperar a jugarlo más para saber si esta es la tónica general. El sonido cumple, con unas melodías muy apropiadas y unos efectos en los que destacan los gritos y gemidos de los enemigos, que esperemos se moderen ya que en ocasiones resulta ensordecedor tanto "dolor".
Un "yo contra el barrio" entretenido que apunta maneras, contando con su mayor baza en una original ambientación para un videojuego, y en una siempre interesante e imperecedera leyenda como es la Guerra de Troya, que no sirve de mero pretexto ya que se narra en profundidad y con mucho respeto en unas vistosas secuencias de vídeo subtituladas al castellano. Esperaremos al lanzamiento previsto en el mes de marzo para comprobar si a este notable envoltorio argumental, y a su divertido planteamiento, se le suman modos de juego y variaciones jugables que le eviten caer en el tedio.