Los simuladores de camiones, tan populares en plataformas como Twitch, tienen un je ne sais quoi que llama la atención. La contemplación del largo viaje por carretera. Conducir una máquina que pesa toneladas. Pero quizá os intimiden. A lo mejor os ha picado el gusanillo de entrar en Euro Truck Simulator, pero habéis aparcado la idea porque la simulación es demasiado estricta o porque hay ratos demasiado largos en los que no ocurre nada. Si es el caso, Road Kings parece el juego para vosotros.
Saber Interactive sabe lo suyo de hacer juegos donde manejamos vehículos mastodónticos. Una fórmula que perfeccionaron con Snowrunner, el Death Stranding de los camiones, y con la que han trasteado desde entonces con propuestas diferentes como el cooperativo Roadcraft, la exploración sobre ruedas de Expeditions y el recién anunciado simulador de estibación Docked.
Esos aprendizajes los han utilizado para una propuesta que nos cuesta definir. Quizá lo más acertado sea decir que es una aventura por carretera a bordo de un camión, ya que cuenta con una historia con personajes, principio y final. El control es arcade y tiene cierta fijación con lo espectacular y la acción, pues habrá que conducir en medio de desastres climatológicos y en la carretera puede pasar de todo. Pero no es del todo preciso porque hay mucha simulación detrás: en la administración de la carga y en la gestión de nuestro negocio, pero sobre todo en cómo funciona su mundo inmersivo.
Conduciendo hacia el desastre
Que el juego navega en la línea entre la aventura de conducción arcade y la simulación se notaba incluso antes de empezar a jugar a la demo disponible en Gamescom. Frente a nosotros teníamos un completo set de volante, pedales y marchas, pero también un DualSense: el representante de Saber nos vio intimidadoss y no tardó en aclarar que han diseñado el título para que sea accesible con mando, sin descuidar el control con la cacharrería habitual entre los aficionados a los simuladores de camiones.
Si por el principio de la prueba fuera, el prólogo del juego, no se nos habría ocurrido escribir "simulación" en ninguna línea de este texto. Somos un conductor empleado por una empresa que ofrece recursos básicos en emergencias. Y esta era una. Se cernía una gran tormenta sobre el lugar, un mundo abierto de tamaño considerable ambientado en las llanuras costeras del sur de Estados Unidos, con paisajes inspirados en la frontera entre Florida y Georgia.
Pilotando un camión de descomunal envergadura, avanzábamos por la carretera hacia nuestro destino. El control era intuitivo, pero transmitía bien la sensación de que conducíamos una máquina gigantesca. La oscuridad, las nubes densas y la lluvia intensa e incesante dificultaban la visibilidad; el limpiaparabrisas marcaba un ritmo casi terrorífico. Los vientos huracanados hacían más complicado el manejo, pero al menos nosotros no salíamos despedidos como los coches que tuvimos que esquivar. Pasamos un control policial, y cruzamos puentes resquebrajados maniobrando con el mismo cuidado con el que subimos una montaña cuando encarnamos a Sam Porter Bridges. Los gráficos fotorrealistas conseguían dar más envergadura a la temible tormenta.
La escena era la misma que se vio en el tráiler con el que se anunció el videojuego en el Opening Night Live de Geoff Keighley, pero el vídeo no hace justicia a la intensidad a los mandos y al espectáculo audiovisual que supone jugar este prólogo, cuyo final nos hacía tener que encajar la bestia mecánica entre las curvas de un parking, donde esperaban nuestra carga. Esta parte de la demo daba sensaciones más propias de un juego de acción que de un simulador, y no será la única experiencia de este tipo: el representante de Saber nos explicó que habrá seis grandes catástrofes durante la aventura, y sugerentemente apuntó que no todas ellas tendrán que ver con el clima.
Emprendiendo en un mundo inmersivo
Pero Road Kings es también un simulador, y la verdad es que el funcionamiento de su mundo inmersivo nos dejó boquiabiertos. Por algún motivo, nuestro protagonista acaba montando su propio negocio de camionero. Ahora tendrá que comprar y mantener vehículos y artilugios de carga propios, deberá gestionar y mejorar su garaje, y conseguir contratos con diferentes empresas para ganarse la vida y labrarse una reputación como conductor.
La calma después de la tormenta. En esta sección de la demo la acción dio paso a la gestión. Primero compramos un camión: uno moderno y caro, u otro antiguo pero funcional en el que el GPS era una pantalla pegada de mala manera al salpicadero. Para llevar a cabo en un solo viaje dos de los tres encargos que nos ofrecían con nuestra baja reputación, debíamos adquirir un remolque abierto y largo que nos permitiera colocar la carga en el orden apropiado para cuando tocara descargarla.
Así comenzó nuestro viaje por las soleadas calles de la región hasta el puerto de carga, donde nos percatamos de todo lo que hay que tener en cuenta en este videojuego. Al llegar, hay que pasar por puntos de control, esperar a que se abran pasarelas, aparcar de la manera más precisa posible en la zona indicada para que las grúas puedan colocar bien la carga y muchísimos otros detalles. No es obligatorio hacerlo todo a la perfección, pero cuanto mejor y más rápido hagamos cada uno de los pasos, más reputación, y por lo tanto, más posibilidades que esa empresa vuelva a contar con nosotros.
Lo realmente sorprendente es el realismo en la carretera y en cómo se simulan las decisiones que debe tomar un camionero autónomo. Los coches que circulan por las calles y las autopistas son entidades únicas, cada una con un comportamiento al volante, que puede ser tan errático como el de los conductores de Madrid. Hay que gastar cuidado de saltarnos los semáforos, pues podemos provocar accidentes, ganarnos una multa o, en el peor de los casos, que la policía nos pare y nos haga perder un tiempo muy preciado.
Gestionar el tiempo y el dinero será una constante. Se nos pondrá en la tesitura de llevar más carga de la permitida por la ley, o de encadenar varios encargos jugosos si conducimos durante más tiempo seguido del debido. Habrá momentos en los que habrá que decidir si coger carreteras secundarias para evitar a la policía federal de las autopistas, con el riesgo de que el trazado sea más complicado para el camión; o si ir con el combustible justo para que el vehículo pese lo mínimo posible y nos de tiempo a llegar a un encargo ajustado.
Todas estas mecánicas forman parte de una aventura donde hay personajes con nombre propio, disputas, facciones y su propia simulación. Mientras conducimos, puede que un camionero nos pida por la radio que, por favor, no cojamos el encargo que ha publicado tal empresa porque le vendría muy bien. Si le hacemos caso, puede que hable bien de nosotros, lo que tendrá diferentes consecuencias. Si no, a lo mejor la próxima vez que vayamos a tomar una incorporación de la carretera a la autopista, un camión se detenga, frenándonos y haciéndonos perder nuestro valioso tiempo.
Saldrá en 2026 para PC, PS5 y Xbox Series
Estos detalles de la simulación, de sus conductores y de sus personajes, nos dejaron boquiabiertos. Prácticamente propone un juego de rol reactivo sobre ruedas en un mundo inmersivo, en el que tenemos que tener en cuenta las normas de tráfico, los comportamientos adecuados en la carretera, las estadísticas de nuestro camión y un montón de cosas más que dan realismo y credibilidad al entorno que recorremos y al oficio que practicamos. Todo esto, enmarcado en una historia que nos hará afrontar momentos intensos como los descritos al principio. Más que suficiente para estar pendientes de Road Kings cuando salga en 2026 para PC, PS5 y Xbox Series.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar a una versión preliminar para PC en Gamescom.