La saga Ridge Racer tiene, sin lugar a dudas, un pasado brillante, gracias al cual se ha labrado un nombre en la industria. Tampoco hay muchas dudas sobre que su presente no llega a las cotas de genialidad que un día alcanzó, aunque esto no impide que siga sacando títulos más que disfrutables que llegan a hacerse huecos en nuestras estanterías. Ahora, con Namco Bandai apostando por llevar sus sagas al terreno free-to-play, y algunas con envidiable éxito –véase Tekken Revolution, con 2,5 millones de descargas–, es el turno de su arcade de velocidad.
De la mano de Bugbear Entertainment, responsables de juegos como FlatOut, Next Car Game –del que hablamos tan sólo hace unos días– o de Ridge Racer: Unbounded, nos llega Ridge Racer: Driftopia, que precisamente bebe mucho de su predecesor, aunque adoptándolo al modelo de juego gratuito.
El juego todavía está en desarrollo, y la versión que hay disponible es todavía una beta que, por el momento, deja claras las intenciones de este modelo de financiación, el cual ya os avisamos que es un tanto exigente.
Corriendo gratis
Ridge Racer: Driftopia, repetimos, adopta el modelo gratuito basado en micropagos. Desde el primer momento, el juego es muy claro, y nos explica con unos tutoriales –algo intrusivos, pero desactivables– cómo funciona todo. Como suele ser habitual en los diferentes juegos basados en un sistema free-to-play, tenemos diferentes elementos virtuales, independientemente de que se definan como algún tipo de moneda o no, que se gastan con el "uso", y que se recargan con el tiempo o con dinero real.
En este caso, las microtransacciones girarán en torno a los kits de reparación y a las cartas con potenciadores, los cuales podremos conseguir jugando o recurriendo a nuestra tarjeta de crédito. En un primer momento recibiremos el paquete de bienvenida, con el que podremos dar nuestros primeros pasos, eligiendo coche, seleccionando las primeras mejoras, etcétera. Durante las primeras horas de juego, Ridge Racer: Driftopia se puede disfrutar sin gastos adicionales, aunque poco a poco la cosa se irá volviendo más exigente.
Corriendo no tan gratis
Esto se debe a que el juego nos empareja con otros rivales de nuestro mismo nivel (no en tiempo real, sino contra sus "fantasmas"), o de uno cercano, y para poder progresar con éxito, necesitamos acabar entre los tres primeros, algo que se irá complicando cuando nos encontramos con rivales que, obviamente, tienen una serie de mejoras o vehículos que nosotros no tenemos. Con habilidad, paciencia, y buen hacer, es posible equipararnos a aquellos que nos llevan ventaja, pero muchas veces nos sentiremos un tanto inferiores por no haber recurrido a las microtransacciones.
Pero como decimos, con paciencia y maestría con los controles, es posible imponerse a rivales que recurren a mejoras generalmente de pago, lo cual nos parece lógico dentro de un juego gratuito. El mayor problema es que también nos veremos muchas veces obligado a gastar nuestros puntos del "kit de reparación" para reparar nuestros coches tras un impacto violento, ya que si no lo perderemos para siempre, y con él, todas las mejoras, niveles, tiempo y demás elementos que hemos invertido. Si, por casualidad, tenemos un accidente y no tenemos puntos del mencionado kit de reparación, tendremos que elegir entre perder el coche o pagar con dinero real para repararlo.
Corriendo sin importar el precio
Una vez explicado el tema económico, que suele ser elemento diferenciador en los títulos free-to-play, pasamos a comentar cómo es núcleo jugable. Si hemos probado las últimas entregas de la saga –y por últimas podemos remontarnos prácticamente hasta la de PSP–, conoceremos la importancia que tienen los derrapes para el juego. Así, derrapar será la clave para conseguir puntos y turbo, y propulsarnos rápidamente a lo largo de los escenarios que, dicho sea de paso, resultarán familiares a los jugadores de Ridge Racer: Unbounded.
Éstos, además, tienen gran importancia, ya que cuentan con multitud de atajos que podemos desbloquear atravesando determinados elementos destructibles, y que serán de vital importancia para alcanzar la meta entre los tres primeros. Los controles, siempre que juguemos con mando, son precisos y responden muy bien, transmitiendo sensaciones muy diferentes en función de las características de los vehículos –las cuales, por supuesto, varían entre modelos y pueden ser mejoradas según progresamos–.
A pesar de la mencionada destrucción –que incluye muros que romper, camiones que explotan, etcétera– el nivel técnico es muy discreto, si bien es cierto que llega a ser visualmente resultón, gracias a los efectos de iluminación y los reflejos, aunque nada que no podamos haber visto en un juego medianamente bueno para la última generación de consolas. La música, extraída de diferentes episodios de la serie, pasa casi desapercibida, llegando a resultar repetitiva y algo vacía, aunque seguramente los aficionados a la saga sabrán disfrutarla.
Interesante propuesta, aunque todavía por equilibrar
Ridge Racer: Driftopia es una propuesta interesante, ya que ofrece a los aficionados a los juegos de velocidad a disfrutar de una saga de renombre como es Ridge Racer de manera gratuita, en un mercado donde el modelo free-to-play parece haberse olvidado de las carreras. La esencia jugable de Driftopia es divertida, con un control arcade muy preciso y accesible, que a la vez requiere tiempo, habilidad, y conocernos los escenarios para exprimir cada prueba al máximo.
Claro que muchas veces nos sentiremos obligados a pagar, quizás no tantas a la hora de mejorar el vehículo, como cuando nos quedemos sin puntos de reparación para arreglar nuestro coche tras un impacto más fuerte de la cuenta –recordemos que si no lo arreglamos lo perderemos para siempre–. Sabemos que está en fase beta, y que todavía hay margen para mejorar y pulir la experiencia. Bugbear Entertainment y Namco Bandai tiene en su mano la posibilidad de hacer que Ridge Racer: Driftopia sea un título en los que invertir muchas horas y disfrutar sin necesidad de recurrir a micropagos, aunque por el momento parece que la balanza está un poco desequilibrada. De todos modos, su beta está disponible en Steam, donde podéis darle una oportunidad si os interesa la idea.