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El celacanto: Los expertos creen que no es el fósil viviente que se pensaba

Diversos paleontólogos y biólogos sugieren que el ADN del animal ha ido cambiado de forma paulatina durante los últimos millones de años, invitándonos a debatir otras teorías muy asentadas.

Seguro que muchos recordaréis de vuestros libros de biología o conocimiento del medio -sí, somos old, así de old- el caso del celacanto, un animal que se consideraba extinto y que apareció a comienzos del siglo XX, desmontando muchas teorías y dejando caer que la evolución, a veces, no presenta fósiles vivientes como estos peces. Sin embargo parece ser que, como relatan en la publicación Molecular Biology and Evolution (vía Gizmodo), el análisis pormenorizado del ADN de este esquivo pez ha experimentado cambios significativos en los últimos millones de años.

¿De fósil viviente a animal corriente?

Imaginad por un momento lo que tuvo que ser el descubrimiento un celacanto vivo frente a las costas de Sudáfrica en 1938. Supuso un terremoto sin igual, un autentico game changer en la biología, pues durante décadas se llegó a creer que estos animales estaban extintos desde el periodo Cretácico. Desde aquel descubrimiento, que tambaleó los cimientos de la ciencia evolutiva y la paleontología, estos enormes peces llegaron a recibir el calificativo de fósiles vivientes, en parte por su gran parecido con múltiples especies extintas o prehistóricas, muy similares en tamaño, características o morfología a las observadas en el registro fósil. Imaginad un animal de cerca de dos metros de largo, de gran peso y aspecto antediluviano. Pero con el paso del tiempo, surgieron las dudas. ¿Puede un animal permanecer intacto durante millones de años? Ya hemos visto que es difícil encontrarnos con dinosaurios vivos, y que la evolución siempre hace acto de presencia, obligando a las especies a una carrera constante por la supervivencia y la adaptación en el entorno. Un entorno que, como os podéis imaginar, ha ido cambiando considerablemente desde hace millones de años.

La investigación realizada por Molecular Biology and Evolution habría presentado la evidencia que muestra que al menos una especie de celacanto, conocida como Latimeria chalumnae, no es el fósil viviente que se presumía en un principio. Esta especie habría adquirido docenas de nuevos genes en los últimos 23 millones de años, echando por tierra la idea de que este tipo de peces apenas habían cambiado desde que surgieron sus ancestros hace más de 300 millones de años. En otras palabras, la idea de catalogarlos como fósiles viviente es muy poco apropiada.

El estudio ha indagado en la manera en la que se relaciona una proteína en concreto, cuyo papel en la historia evolutiva ha sido poco conocido hasta la fecha, pero que guarda similitud con los transposones, unas secuencias de ADN capaces de cambiar de posición dentro de un genoma y que a menudo pueden ser tan dañinos como beneficiosos para la especie en cuestión. Gracias a esto, se ha estudiado con concreto cómo estos peces se han relacionado con otras especies y modificado su código genético a lo largo de los últimos millones de años.

El estudio confirma el genoma de estos peces ha ido modificándose y cambiando en los últimos millones de años

El celacanto sigue siendo un misterio

En cualquier caso, el celacanto y sus parientes cercanos siguen siendo un misterio. Según ha confirmado Isaac Yellan, estudiante de posgrado del Departamento de Genética Molecular de la Universidad de Toronto y el primer autor del nuevo estudio, se sabe muy poco sobre ellos. Son animales un tanto esquivos, pero muy sociales y poco agresivos. En el caso del L. chalumnae, del que sabemos que vive en el Océano Índico y en las aguas de la costa del sudeste de África, hay que tener en cuenta que en estos momentos está en peligro crítico de extinción, por lo que su conservación, estudio y cuidado debería ser una prioridad para los actuales biólogos.

Lo que Yellan y sus colegas quieran destacar es que los genomas de estos animales considerados fósiles vivientes, como el celacanto o incluso algunas especies de lagartos o tiburones, no son estáticos. "Sabemos, por Investigaciones anteriores que si bien los genes del celacanto han evolucionado muy lentamente en comparación con otros peces, reptiles y mamíferos, su genoma en su conjunto no ha evolucionado de manera anormalmente lenta y apenas es inerte", añadía. "Creo que conforme sepamos más de los genomas y entendamos más sobre ellos, el concepto de fósil viviente se convertirá en algo aún más erróneo, y los científicos dejarán de usarla", concluía.