James Cameron ha vuelto a demostrar que el ecosistema Avatar no entiende de modas pasajeras ni de agotamiento de marca. Avatar: Fuego y ceniza ha dominado sin esfuerzo la taquilla durante el crucial tramo navideño, manteniéndose en lo más alto del ranking doméstico mientras el resto de estrenos festivos orbitaban a su alrededor sin llegar a hacerle verdadera sombra.
Con 217,7 millones acumulados en Norteamérica y 760 millones de dólares a nivel global tras solo dos fines de semana, Fuego y ceniza avanza con paso firme hacia una carrera larga, sostenida y, sobre todo, previsible en su éxito.
Según los datos actualizados de Box Office Mojo, la tercera entrega de la saga añadió 64 millones de dólares en el fin de semana tradicional y 88 millones desde el jueves de Navidad, una cifra especialmente reveladora si se observa su comportamiento semanal: el descenso ha sido de apenas un 28 % respecto a su estreno, un "hold" extraordinariamente sólido para un blockbuster de estas dimensiones. La comparación es demoledora: El sentido del agua cayó un 52 % en su segundo fin de semana pese a debutar con unos colosales 134 millones. Cameron no solo repite éxito; optimiza su propia fórmula.
Es un hecho: Avatar: Fuego y ceniza impone su imperio en taquilla y ya supera los 760 millones de dólares en todo el mundo
La historia reciente juega a su favor: las dos primeras Avatar lideraron la taquilla durante siete semanas consecutivas y acabaron superando los 2000 millones de dólares cada una. Todo apunta a que esta tercera entrega seguirá una trayectoria similar, apoyada en la potencia del formato premium, el tirón internacional, especialmente en mercados asiáticos, y un boca a boca que, sin ser entusiasta, sí es robusto.
El resto del panorama navideño ayuda a contextualizar aún más el fenómeno. Disney vuelve a colocar a Zootopia 2 en el segundo puesto en su quinto fin de semana, una anomalía estadística que habla tanto de su resistencia como de la falta de competencia directa capaz de destronar a Cameron. Ni siquiera la llegada de varios estrenos orientados al consumo festivo ha alterado el orden natural de las cosas.
Entre ellos, A24 logra su mejor estreno del periodo con Marty Supreme, que debuta con 17,4 millones en tres días y 27,1 millones en el marco extendido, alcanzando ya 28,3 millones domésticos. Es el segundo mejor arranque en la historia del estudio, solo por detrás de Civil War. Un logro notable para una producción de 70 millones de presupuesto, impulsada por la figura omnipresente de Timothée Chalamet, convertido en un arma de marketing ambulante, y por un público joven -un 65 % menor de 35 años- que ha respondido con un B+ en CinemaScore, muy por encima del recibimiento de Diamantes en bruto.
Nada de esto altera la lectura principal: la taquilla navideña vuelve a ser territorio Cameron. Mientras otros títulos aspiran a sobrevivir dignamente al calendario, Avatar: Fuego y ceniza se comporta como un evento industrial de largo recorrido, diseñado no para ganar un fin de semana, sino para colonizar meses enteros de exhibición. En un Hollywood obsesionado con el impacto inmediato, Cameron sigue jugando otra liga: la de la resistencia, la paciencia y los miles de millones Sigue siendo el rey del mundo.