El catálogo de Prime Video se ha convertido en un auténtico imán para los aficionados al terror. En los últimos meses, la plataforma ha reforzado su apuesta por este género, y una de las películas que más comentarios ha generado es Inmaculada, protagonizada por Sydney Sweeney.
Estrenada a finales de 2024, la cinta no solo mantiene su vigencia en la plataforma, sino que se ha colado entre las más vistas en España y Latinoamérica, confirmando el tirón que la actriz ejerce sobre el público.
Sydney Sweeney como monja
La historia se centra en Cecilia, una joven monja devota que busca un refugio espiritual en un convento italiano. Lo que parecía un entorno idílico pronto se transforma en una pesadilla cuando comienzan a salir a la luz secretos turbios. El guion combina atmósfera claustrofóbica, imaginería religiosa y un crescendo de tensión que no deja indiferente a los espectadores. El resultado es una propuesta que mezcla el subgénero del “horror conventual” con tintes de folk horror, un terreno que ha dado grandes títulos en los últimos años.
En Rotten Tomatoes, la película recibió valoraciones mixtas: la crítica especializada le otorgó un 66 % de aprobación, mientras que el público la elevó por encima del 75 %, un dato que refleja cómo la intensidad interpretativa de Sweeney logra compensar algunas de las flaquezas del guion. Desde medios como The Hollywood Reporter se destacó la capacidad de la actriz para sostener la trama casi en solitario, enfrentándose a un papel que exige tanto dramatismo como vulnerabilidad.
El director Michael Mohan, que ya había trabajado con Sydney Sweeney en The Voyeurs (2021), repite aquí con una propuesta mucho más oscura. La ambientación en un convento remoto, filmada en localizaciones italianas, se convierte en un personaje más: muros fríos, pasillos interminables y un silencio inquietante que refuerzan la sensación de encierro. Para muchos críticos, la película funciona mejor como thriller psicológico que como “puro terror sangriento”, lo que explica su éxito en plataformas de streaming frente a su discreta trayectoria en salas.
El interés de Inmaculada también radica en cómo juega con los símbolos de la fe. La protagonista se enfrenta a visiones y supuestos milagros que ponen en duda la frontera entre lo divino y lo diabólico. Esa ambigüedad ha despertado debates sobre si la cinta busca provocar o simplemente usar el imaginario religioso como un recurso narrativo. En cualquier caso, el público ha respondido con entusiasmo: las redes sociales se han llenado de comentarios que destacan su atmósfera asfixiante y la fuerza del desenlace.
