El soterramiento de la A‑5, que dará forma al futuro Paseo Verde del Suroeste, se ha convertido en una de las operaciones urbanas más ambiciosas de la legislatura. La obra arrancó en la primera quincena de octubre de 2024 y abarca 3,2 kilómetros entre la avenida de Portugal y Padre Piquer, movilizando a más de 600 operarios, cerca de un centenar de máquinas y una inversión que supera los 400 millones de euros. Ocho piloteras trabajan de manera simultánea para avanzar a buen ritmo.
Madrid sotierra la A‑5 en un proyecto récord para crear un paseo verde que transformará el Suroeste
El túnel contará con tres carriles por sentido y carriles bus‑VAO de uso variable, diseñados para priorizar el transporte público en las horas punta. Arriba, la superficie se transformará: más de 80.000 m² se dedicarán a zonas verdes y espacio público, se plantarán más de 7200 árboles y se prolongará el bulevar de la avenida de Portugal hasta Padre Piquer. La intención es crear un corredor continuo y pacificado que conecte Puerta del Ángel, Lucero, Aluche y Campamento, con una drástica reducción del 90% del tráfico en superficie. Menos coches arriba significará más espacio para caminar, pedalear y disfrutar de la ciudad. Una ciudad que, además, está transformando su skyline.
El proyecto recibió luz verde el 1 de febrero de 2024 y se ejecuta por fases, con desvíos escalonados para pilotes y losas. A finales de 2025, los trabajos avanzan "en plazo": 300 metros excavados y un 84% de pilotes completados.
La movilidad se ajusta con rutas alternativas por la A‑5R y la M‑40, cambios en giros y en itinerarios de autobuses. La EMT adapta líneas desde enero de 2025, aunque algunos vecinos del sur denuncian colapsos y la reducción de servicio en zonas que antes llegaban hasta Príncipe Pío.
El soterramiento se extiende por fases y está vinculado al desarrollo urbanístico de Campamento. En febrero de 2025, Ayuntamiento, Ministerio de Vivienda y SEPES firmaron un convenio para prolongar la obra hasta la avenida de la Aviación, con financiación 75% municipal y 25% de SEPES, hasta un tope de 146,25 millones, y un plazo máximo de 24 meses para iniciar los trabajos. Mientras parte del vecindario celebra la eliminación de la trinchera urbana, algunos reclaman que el alcance llegue más al suroeste.
Soterrar la A‑5 reducirá la exposición de la población a NO₂ y PM₂,₅ en superficie, mejorará el confort acústico y liberará suelo verde. Sin embargo, concentrará emisiones en bocas y chimeneas si la ventilación no se dimensiona correctamente. La experiencia de la M‑30 y la literatura técnica señalan que, con buena ventilación, los beneficios netos superan ampliamente los riesgos, sin provocar efecto llamada.