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DreamWorks planta cara a la IA: su nueva película veta que se use para entrenar inteligencias artificiales

En un entorno donde la IA está revolucionando la creación de contenidos, desde los trailers hasta los doblajes automáticos, esta pequeña cláusula se convierte en un gran paso para la industria del cine.
DreamWorks planta cara a la IA: su nueva película veta que se use para entrenar inteligencias artificiales
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Actualizado: 12:30 3/8/2025

La secuela animada Los tipos malos 2, que llega a los cines este fin de semana, no solo busca repetir el éxito de taquilla de su predecesora, sino también marcar un precedente legal: es una de las primeras películas que prohíbe explícitamente que su contenido se utilice para entrenar sistemas de inteligencia artificial. Y lo hace desde los propios créditos finales.

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Una pionera

En un aviso inédito para una producción de Hollywood, la película incluye una cláusula que deja muy clara su posición sobre la IA: “Todos los derechos de esta obra están reservados a efectos de las leyes de todas las jurisdicciones relativas a la recopilación de datos o el entrenamiento de IA, incluido, entre otros, el artículo 4 (3) de la Directiva (UE) 2019/790. Esta obra no puede utilizarse para entrenar IA.”

Este movimiento coloca a DreamWorks Animation a la vanguardia de un nuevo frente en la batalla por el control del contenido digital en la era de la inteligencia artificial generativa. El artículo citado, el 4(3) de la Directiva de Derechos de Autor de la Unión Europea, establece que los titulares de obras pueden excluir explícitamente su uso para minería de datos, un derecho que gana peso a medida que grandes modelos como los de OpenAI, Google o Meta absorben millones de imágenes, textos y sonidos para entrenarse.

¿Por qué este aviso importa?

Aunque muchas grandes producciones ya han registrado sus derechos para evitar usos indebidos, la inclusión de esta cláusula en una película infantil y de animación supone un paso simbólico importante. No se trata solo de proteger la propiedad intelectual frente a imitaciones, sino de trazar una línea clara contra la posibilidad de que modelos de IA tomen imágenes, estilos de animación, voces o diálogos como base para generar contenido nuevo sin consentimiento ni compensación.

Este tipo de restricciones legales ha sido respaldado por grupos como la Alliance for Creativity and Entertainment (ACE), que ya había advertido del riesgo que supone el entrenamiento de IA con material protegido. En paralelo, los sindicatos de guionistas y actores de EE. UU. (WGA y SAG-AFTRA) han planteado en sus negociaciones con los estudios el uso indebido de sus obras y voces como parte de modelos generativos.

Un mensaje desde Hollywood

DreamWorks no es la única compañía preocupada. Estudios como Disney y Warner Bros. también han explorado fórmulas para proteger su contenido frente al escrapeo masivo, aunque hasta ahora lo habían hecho más por vías legales que visibles para el espectador. Los tipos malos 2 lleva el debate a la pantalla, visibilizando algo que hasta ahora ocurría entre bastidores.

Esta decisión llega también en un contexto de creciente desconfianza. Sam Altman, CEO de OpenAI, advirtió recientemente que los datos compartidos con la IA pueden usarse de maneras inesperadas, y que no existe una protección similar al secreto profesional. “La IA no olvida”, llegó a decir, en una entrevista ampliamente difundida.

Una historia de éxito que quiere proteger su esencia

La primera entrega de Los tipos malos, estrenada en 2022, recaudó más de 250 millones de dólares a nivel mundial, convirtiéndose en una de las sorpresas del año para DreamWorks. Su estilo visual, mezcla de animación 3D con estética de cómic y guiños al cine negro, llamó especialmente la atención del público joven… y de los algoritmos.

En esta segunda parte, el peculiar grupo de criminales antropomorfos sigue tratando de reformarse en medio de enredos policíacos y mucha comedia visual, ingredientes muy tentadores para que modelos de IA generativa intenten replicarlos en vídeos deepfake o animaciones automáticas. De ahí el blindaje legal.

¿Un caso aislado o el comienzo de una tendencia?

El gesto de DreamWorks podría sentar un precedente. En Europa, donde la Directiva 2019/790 establece excepciones claras para el uso de obras en el entrenamiento de IA, las empresas pueden acogerse al derecho de exclusión (opt-out), tal y como han hecho ya medios de comunicación como Le Monde, Der Spiegel o El País. La inclusión directa del aviso en la película no solo refuerza esa voluntad, sino que también podría allanar el camino para demandas si se detecta un uso indebido.

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