La famosa cultura laboral 996 –trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana– ha sido durante años el estándar en el sector tecnológico chino. Impulsada como una “bendición” por figuras como Jack Ma, fundador de Alibaba, esta exigente rutina ha sido criticada por sus efectos negativos en la salud mental y física de los trabajadores.
Sin embargo, el panorama ha dado un giro radical: el Tribunal Popular Supremo ha declarado ilegal esta práctica, forzando a las empresas a replantear sus políticas laborales. El fallo judicial ha tenido un impacto inmediato en algunas de las compañías tecnológicas más grandes del país. Empresas como ByteDance, propietaria de TikTok, y el fabricante de teléfonos Vivo han anunciado el fin de las jornadas extendidas y han comenzado a eliminar el trabajo obligatorio los fines de semana.
El auge del movimiento "tang ping" y el rechazo a la explotación
Mientras tanto, otras compañías se enfrentan a la creciente presión de sus empleados para cumplir con la normativa y evitar litigios costosos. El movimiento tang ping (“estar tirado”) ha cobrado fuerza en los últimos años, promoviendo la idea de una vida menos obsesionada con el trabajo y más enfocada en el bienestar personal. Esta filosofía ha encontrado eco en las decisiones gubernamentales recientes, que buscan erradicar los entornos laborales tóxicos conocidos como PUA (manipulación y abuso en el trabajo).
Ahora, empresas como DJI han comenzado a expulsar a los empleados de sus oficinas al finalizar la jornada laboral, prohibiendo reuniones fuera del horario establecido y restringiendo la acumulación de horas extra. Este giro en la política laboral china no solo responde a la necesidad de mejorar la calidad de vida de los trabajadores, sino que también forma parte de una estrategia económica más amplia. Reducir el estrés laboral busca fomentar el consumo interno, aumentar la tasa de natalidad y estimular la contratación de nuevos empleados en lugar de depender de interminables horas extra.

El desafío de consolidar un nuevo modelo laboral
El objetivo es claro: transformar la industria para que el éxito económico no dependa del sacrificio extremo de sus trabajadores. Con esta nueva legislación y la presión social en aumento, la cultura 996 parece estar llegando a su fin. El desafío ahora será garantizar que las empresas cumplan con los cambios y no busquen alternativas encubiertas para explotar a su fuerza laboral.