Niki Caro, la directora neozelandesa de Mulán, la nueva adaptación de Disney de uno de sus clásicos de animación, ha abordado muchas de las cuestiones que se han hecho sobre la película. El remake en clave de acción real, que se ha estrenado en vídeo bajo demanda en Disney+ y que contará con un estreno limitado en cines en países como China, está siendo bien recibida por la crítica (78% de aprobados en Rotten Tomatoes) aunque muchos apuntan a la ausencia de personajes y secundarios que habrían aportado otro cariz a la historia. Caro ha querido explicar los cambios en su adaptación.
La balada de Mulan y las diferencias con los dibujos animados
Para entrar en situación, deberíamos arrancar con un poco de contexto. La versión de imagen real de Mulan no es un calco de su contrapartida animada, ya que más bien, se basa en la Balada de Hua Mulan, un poema del siglo XI que ha pervivido a lo largo de los años en China y que se ha adaptado, cambiado, alterado y transformado cientos de veces a los más variados medios. Para los creativos del film, esto permitía otorgar a su producción un toque más realista, aunque por el camino la adaptación incluye otros cambios que responden a cuestiones diferentes. El productor Jason Reed ya abordó la ausencia del personaje Li Shang hace unos meses, y para muchos, esto fue una especie de presión de China para cargarse al personaje LGTBI con más tirón de la saga. Otros creyeron que era un movimiento para ir en la ola del #MeToo, y otros tantos, simplemente lo vieron como una forma de otorgarle más protagonismo a Mulan como guerrera y no como interés romántico de nadie.
Pero la eliminación de Mushu hizo más ruido y daño. Como explican en ScreenRant, la idea de borrar el pequeño dragón rojo, al que interpretaba Eddie Murphy en el film de animación de 1998, fue premeditada y consensuada cuando se trabajo en el primer borrador de la nueva versión. El dragón bromista, contrapartida humorística para los momentos dramáticos, era un acompañante carismático en la película original, tanto que incluso robaba el protagonismo a la propia Mulan. Tras mucho pensarlo, se decidió ceder el rol de protector y guardián de Mulan al fénix, una ave mitológica que aparece en momentos puntuales de la película y que ayuda a la protagonista a seguir adelante. Silenciosa y majestuosa, refleja el punto tradicional del film, que intenta apegarse a los mitos chinos y a la propia balada original en la que se basa. Niki Caro, directora, abogaba porque era un movimiento lógico y clave dentro del viaje y rebeldía individual de la protagonista. "Tradicionalmente, la historia de Mulan ha sido una historia sobre una chica joven que encuentra una forma de obedecer y cumplir con su deber. Es una historia de deber y devoción a la orden a la que pertenece. En nuestros estudios para hacer la adaptación, descubrimos que la audiencia asiática identificaba el relato con una especie de rebeldía propia de la adolescencia, en una lucha contra sus padres, sus reglas y tradiciones, todo mientras se labra su camino", comentaba Reed, productor de la cinta.
"Era un cambio necesario en la narrativa. La adaptación tenía un compromiso con ser realista, con ser realista con el viaje de Mulán y su historia", explica la cineasta. De esta manera, Mushu no cuadraba en el planteamiento y su salida se revelaba como la única opción. "La idea de Mushu en el film original también era la de apoyar a Mulán en sus relaciones con los soldados, y eso no creíamos que fuese necesario", matiza. El fénix, clave en la familia de Mulán y en el pasado bélico de su propio padre en la historia del film, se convierte en una pieza indispensable.
Mulan está disponible en Disney+ a través de un acceso premium por 21,99 euros. En diciembre, llegará a todos los suscriptores de forma gratuita.