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¿Cuánto engorda realmente el turrón? Estas son las calorías del dulce navideño más famoso en España

Es el dulce navideño más célebre y uno de los más consumidos en España en fiestas, es un producto nutricional muy discutido por los expertos. ¿Cuánto engorda realmente el turrón?

Con la llegada de la Navidad, el turrón, junto a los mazapanes y polvorones, así como con los mantecados, se convierte en el protagonista de cenas y reuniones familiares. Aunque inevitablemente caeremos en la tentación, y es muy probable que acabemos consumiendo unas cuantas tabletas del mismo, no todo está perdido. Es posible disfrutar de estos dulces sin arruinar nuestros hábitos saludables si prestamos atención a las porciones y a la composición nutricional de los productos. ¿Cuánto gorda realmente el turrón? ¿Es tan calórico como parece?

¿Cuánto engorda el turrón? Una guía para disfrutar sin culpas esta Navidad

Comencemos por lo obvio, buscando el origen del turrón, un dulce que es realmente importante en nuestra gastronomía. El turrón tiene sus raíces en la tradición árabe, remontándose aproximadamente al siglo XI. Su receta original, basada en almendra, miel y otros ingredientes simples, fue introducida en la Península Ibérica durante la ocupación musulmana.

Posteriormente, esta delicia evolucionó hasta convertirse en uno de los dulces navideños más icónicos de España, especialmente en las regiones de Jijona y Alicante, donde se perfeccionó la elaboración del turrón blando y duro respectivamente. Ambas variedades cuentan con Indicación Geográfica Protegida (IGP), garantizando su autenticidad y calidad en España.

Una porción, equivalente a una décima parte de una tableta, aporta entre 90 y 150 calorías, lo que puede sumar rápidamente en el contexto de nuestras necesidades diarias de 2000-2500 calorías. Pero hay grandes diferencias entre los principales tipos de turrón y su aporte calórico, sobre todo ahora que existen una gigantesca infinidad de variedades y tipos, más cercanos a las chocolatinas, en el mercado. Un rápido vistazo a las variedades y recetas más comunes nos hace pensar que vamos desde las 90 del turrón de chocolate con arroz inflado y las 110 y 120 calorías por porción en el caso del turrón de coco y de yema tostada -respectivamente-, a los más calóricos, como los de chocolate con almendra y el turrón blando.

  • Turrón blando (Jijona): Aproximadamente 134 calorías y 8,2 gramos de grasa por porción. Es el más calórico y graso, sobre todo si contiene almendra caramelizada.
  • Turrón duro (Alicante): Contiene 125 calorías y 6,5 gramos de grasa por porción. Destaca por su calidad certificada con IGP, al igual que el turrón blando.
  • Turrón de yema tostada: 120 calorías y 6,5 gramos de grasa por porción.
  • Turrón de coco: Menos calórico, con 110 calorías y apenas 2 gramos de grasa.
  • Turrón de chocolate con arroz inflado: El menos calórico, con 91 calorías y 3 gramos de grasa por porción.
  • Turrones de chocolate con almendras: Dependiendo de la marca, aportan entre 503 y 573 calorías por cada 100 gramos.

El turrón sin azúcar puede ser una opción más saludable pero tampoco es la panacea por esta razón

El turrón sin azúcar es una alternativa para quienes buscan reducir el consumo de este ingrediente, especialmente para diabéticos, y en los últimos años hemos visto un aumento de estos productos en los supermercados. Pero, curiosamente, no es significativamente menos calórico que su contrapartida con azúcar: aporta solo un 11% menos de calorías que el turrón convencional, y a menudo incluye grasas adicionales para mejorar su sabor. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que no es una opción para abusar, ya que la diferencia calórica es mínima.

No hay que demonizar el turrón: es un alimento muy rico que tiene beneficios

A pesar de su aporte calórico, el turrón también ofrece beneficios. Su contenido de almendras proporciona fibra, vitaminas (B1, B2, A, D y E) y minerales como calcio, hierro y magnesio. Además, aporta hidratos de carbono y proteínas que pueden ser parte de una dieta equilibrada si se consumen con moderación. Y seamos honestos: en Navidad, lo importante no es contar calorías, sino mantener un enfoque flexible y saludable. Priorizar porciones moderadas, complementadas con hábitos saludables como el ejercicio físico y el consumo de alimentos frescos, pueden ayudarnos a disfrutar de estos dulces sin remordimientos.

Si nos preocupa la calidad nutricional, siempre es buena opción considerar opciones artesanales o caseras, endulzadas con canela o vainilla y elaboradas con chocolate de alta pureza. La clave está en disfrutar de estos momentos especiales sin dejar de lado el bienestar general. Al final, la Navidad es para compartir y celebrar, no para obsesionarse con cifras.