La Biblia, descrita como un conjunto de libros canónicos que en el cristianismo consideran producto que muestra la relación entre Dios y la humanidad, ha sido objeto de dudas y polémicas durante siglos. La ciencia y la religión siempre han chocado y discutido llegando pocas veces a un acuerdo, pero parece que en esta ocasión, según se confirma mediante una investigación llevada a cabo por nuevo estudio de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) y del Instituto de Ciencia Weizmann, recogido por Okdiario, se ha descubierto que parte de antigua muralla que rodea Jerusalén, investigada a lo largo de décadas, fue realmente obra de el rey Uzías. La ciencia, con ello, ha admitido que un pasaje concreto de la Biblia es cierto.
La ciencia asegura que parte de antigua muralla que rodea Jerusalén fue realmente obra de el rey Uzías, tal y como se describe en la Biblia
El rey Uzías, también conocido como Azarías, fue un rey de Judá en el período 809-759 a. C. iniciando su reinado a los dieciséis años según la información publicada y recogida en la Enciclopedia Católica. El a su vez llamado Ozías construyó y fortificó Jerusalén rodando al territorio con fuertes murallas, tal y como se relata en la Biblia en el fragmento II Crónicas 26:9-15: "Uzías también construyó y fortificó torres en Jerusalén, sobre la puerta de la Esquina y la puerta del Valle y en el ángulo del muro.
Así mismo, construyó torres en el desierto y cavó un gran número de pozos, pues tenía mucho ganado en la llanura y en la meseta. Tenía también agricultores y viñadores que trabajaban en las montañas y en los valles, pues era un amante de la agricultura".
Los expertos aseguraban que ese pasaje era incorrecto y que en realidad la obra arquitectónica en cuestión era obra de el rey Ezequías en respuesta al Imperio Asirio y la caída de Israel. Tras haber realizado un exhaustivo nuevo estudio, los profesionales de la mencionada IAA han reculado y se ha constatado de que lo que se relata en la Biblia, en este caso, es veraz y que fue Uzías quien mandó construir esa sección oriental de la muralla de Jerusalén. Mediante nuevos métodos sobre el terreno, se ha podido afinar el margen de 200 años que oscilaba con respecto a la creación de ese punto de fortificación en concreto, y parece que las sagradas escrituras estaban en lo cierto, según los científicos.