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Un estudiante descubre por accidente una ciudad maya perdida y oculta por la jungla, con pirámides y campos deportivos

Se calcula que esta ciudad, cuya edificación se remonta a los años 750 y 850 d.C., albergaba entre 30.000 y 50.000 individuos

En México, un nuevo e impresionante hallazgo arqueológico ha copado las portadas de los medios del país: la antigua ciudad maya conocida como Valeriana, sepultada durante siglos bajo la vasta jungla del estado de Campeche. Mediante el uso de tecnología de detección láser Lidar de vanguardia, se ha descubierto esta urbe desaparecida con un impresionante despliegue arquitectónico, que abarca pirámides, canchas de juego, senderos, anfiteatros y viviendas. Se calcula que esta ciudad, cuya edificación se remonta a los años 750 y 850 d.C., albergaba entre 30.000 y 50.000 individuos en su máximo esplendor, una población superior a la que actualmente habita en la zona.

El segundo descubrimiento arqueológico más grande de México

Este descubrimiento, visto como el segundo en densidad arquitectónica después del de Calakmul, es una evidente demostración de la habilidad organizativa y cultural de la civilización maya, cuestionando la percepción occidental que rechazaba los trópicos como el origen de grandes civilizaciones. Luke Auld-Thomas, estudiante de doctorado de la Universidad de Tulane, fue quien dio con el hallazgo de forma casual mientras llevaba a cabo una investigación en internet. Este estaba realizando una búsqueda habitual de datos, cuando descubrió un análisis de Lidar llevado a cabo por una entidad mexicana para supervisar el medio ambiente. A pesar de que el estudio inicial no reveló nada relevante, Auld-Thomas consiguió visualizar, mediante técnicas arqueológicas especializadas, los pormenores de una extensa ciudad escondida bajo la vegetación.

La población densamente poblada, sujeta a los recursos locales e impactada por el cambio climático, pudo entrar en declive a causa de sequías extendidas.

Una gran ciudad con templos, pirámides y canchas para jugar a la pelota

Este hallazgo no solo muestra la estructura urbana de Valeriana, sino también su compleja infraestructura, con plazas ceremoniales, templos en forma de pirámide y canchas para jugar a la pelota. Adicionalmente, el equipo de estudio descubrió un sistema de almacenamiento de agua, lo que señala una gestión sofisticada de los recursos naturales para mantener a una amplia población en un entorno retador como la selva tropical. Estos descubrimientos proporcionan una nueva perspectiva de la existencia maya, evidenciando que esta civilización residía en urbes complejas y vinculadas por redes de caminos, desmintiendo la noción de que residían en pequeñas comunidades aisladas.

El hallazgo de Valeriana, gracias a la tecnología Lidar, representa un progreso en la investigación de los lugares mayas en zonas densamente cubiertas de vegetación. Esta tecnología facilita a los arqueólogos el trazado de grandes áreas en un corto periodo y con exactitud, algo inimaginable hace décadas, cuando la exploración requería ser realizada a pie, progresando centímetro a centímetro. De acuerdo con Marcello Canuto, autor del estudio, en los últimos diez años, gracias al Lidar, se ha conseguido cartografiar aproximadamente diez veces la zona investigada en el siglo previo.

Los colonizadores españoles en el siglo XVI puso fin a las ciudades-estado mayas que aún permanecían

El descubrimiento de Valeriana también proporciona pistas esenciales para comprender el declive de las civilizaciones mayas alrededor del año 800 d.C. Los especialistas proponen que la población densamente poblada, sujeta a los recursos locales e impactada por el cambio climático, tenía un sistema que podría haberse desmoronado debido a sequías extendidas que hicieron inviable su forma de vida. Adicionalmente, la llegada de los colonizadores españoles en el siglo XVI puso fin a las ciudades-estado mayas que aún permanecían en pie. Publicado en la revista Antiquity, el estudio inaugura un nuevo episodio en la comprensión de la civilización maya y su capacidad de resistencia frente a las variaciones ambientales.