La ONU acaba de lanzar una advertencia apocalíptica: el cambio climático y la sobrepoblación nos empujan a un colapso alimentario sin precedentes. Según la sección de Alimentación y Agricultura (FAO) de Naciones Unidas, estamos en una tendencia hacia una crisis alimentaria que podría dejar sin acceso a ciertos productos en solo unas pocas décadas, y si se cumplen las peores previsiones, podríamos enfrentarnos a un "apocalipsis alimentario" para 2050.
¿Desaparecerán del mapa y de la Tierra para siempre? La ONU advierte del colapso de alimentos para 2050 en un apocalipsis alimentario sin precedentes
¿Hay razones para una emergencia así? Bueno, detrás de esta advertencia hay factores que se entrelazan en un círculo vicioso: el calentamiento global, que intensifica fenómenos climáticos extremos y hace cada vez más difícil mantener la producción de alimentos; el crecimiento poblacional, con proyecciones de 9700 millones de personas para mediados de siglo; y, como tercer elemento, la degradación de los recursos naturales como el suelo y el agua, indispensables para cualquier sistema agrícola. La FAO destaca que esta tendencia afecta directamente a cultivos como el trigo, el café, el cacao, el arroz, el maíz y el plátano, productos esenciales en la dieta mundial.
Con el aumento de la demanda y la disminución de recursos, la ONU estima que la producción de alimentos debería aumentar un 70% para 2050, una cifra alarmante considerando las limitaciones de recursos y el impacto ambiental.
"El aumento de la demanda de productos agroalimentarios nos exige que busquemos formas innovadoras para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el contexto del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. No debemos subestimar la escala y complejidad de este desafío", señaló la FAO en su más reciente informe.
Para mitigar esta posible catástrofe, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) también presentó una propuesta futurista, mencionando alimentos alternativos que podrían reemplazar las fuentes tradicionales. Según su análisis, en el futuro podríamos ver a las algas, el nopal, las legumbres, los cereales, los granos, las frutas y verduras, las hortalizas, las setas, las semillas o los tubérculos como las estrellas de la alimentación. Además, se destaca la posibilidad de que los insectos, ya consumidos en partes de Latinoamérica y Asia, se conviertan en una fuente proteica habitual, y llevan años intentándolos introducir en las dietas europeas.
Entre otras propuestas se habla de como el cultivo de microalgas o la producción de carne artificial también emergen como soluciones para satisfacer la creciente demanda y transformar las preferencias alimentarias globales. Hace unos años, Bill Gates confirmó que había desarrollado una semilla mágica que sería capaz de resistir grandes temperaturas. Sea como sea, el desafío es colosal: revertir las actuales tendencias climáticas y adaptarse a una realidad en la que, si no actuamos ahora, podríamos ver en la próxima generación los primeros signos de un colapso alimentario. Y hay cada vez menos tiempo.