Una reciente investigación sobre la galaxia GS-10578, llevada a cabo mediante el telescopio espacial James Webb (JWST), ha permitido confirmar una teoría largamente sostenida: los agujeros negros supermasivos pueden detener el proceso de formación estelar en sus galaxias anfitrionas. En este caso, la galaxia observada, situada en el universo temprano, presenta un agujero negro en su centro que está privando de material necesario para formar nuevas estrellas. Este descubrimiento confirma el vínculo entre la actividad de los agujeros negros y el cese de la formación estelar, un fenómeno que hasta ahora había sido difícil de observar con precisión.
Uno de los hallazgos más significativos es que la galaxia GS-10578, a pesar de su gran tamaño y su ubicación en un periodo en el que las galaxias solían formar estrellas rápidamente, está esencialmente "muerta". La galaxia no produce nuevas estrellas, y el gas que necesitaría para seguir creando estrellas está siendo expulsado a velocidades extremadamente altas, del orden de 1.000 kilómetros por segundo, debido a los vientos generados por el agujero negro. Esto indica que el agujero negro está dejando sin combustible a la galaxia, devorándola y manteniéndola en un estado de inactividad.
Una galaxia muerta
Otro aspecto notable del estudio es que, a pesar de la ausencia de formación estelar, la estructura de la galaxia se mantiene relativamente ordenada, lo que contradice modelos anteriores que predecían un caos estructural en galaxias en proceso de extinción estelar. Las estrellas de GS-10578 siguen moviéndose de manera ordenada dentro de la galaxia, lo que sugiere que el cese de la formación estelar no necesariamente tiene un efecto violento en la morfología galáctica, como se pensaba.
Este avance en la comprensión de los efectos de los agujeros negros supermasivos sobre sus galaxias plantea nuevas preguntas sobre los mecanismos que podrían permitir la reactivación de la formación estelar. Futuras observaciones con el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) se centrarán en identificar si aún queda combustible oculto en esta galaxia, lo que podría ofrecer pistas sobre si el proceso de extinción estelar es reversible o definitivo.