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Científicos descubren que el olor a mar no se debe a la sal, sino a la reproducción de las algas

Una sustancia presente en las feromonas de las algas es una de las responsables del tan reconocible olor.

La maresía, ese olor característico que emana del océano, es ampliamente reconocido y amado por quienes viven cerca de la costa. Este aroma distintivo no es simplemente una mezcla de aire salado; su origen es mucho más complejo. La combinación precisa de azufre, feromonas sexuales de algas y bromofenol crea este perfume natural. Es fascinante considerar que lo que percibimos como el "olor a mar" es en realidad una interacción química específica que debe darse en cantidades exactas para producir ese aroma tan familiar.

El papel de las algas en el olor a mar

Contrario a lo que muchos podrían pensar, el agua salada por sí sola no tiene olor. Este hecho, que se nos enseñó en la escuela con las características del agua como incolora, insípida e inodora, se confirma cuando examinamos el origen del olor a mar.

Este aroma proviene de la descomposición de ciertas algas y plancton, así como de las feromonas que las algas liberan durante su reproducción. Específicamente, la alga Emiliania huxleyi y su compuesto dimetil sulfuro (DMS) juegan un papel fundamental en la creación de este olor.

Dimetil sulfuro: El compuesto clave

El dimetil sulfuro (DMS) es un compuesto de azufre esencial para la maresía. Su origen se vincula a la enzima Alma1, que actúa como una señal biológica para otros organismos marinos, alertándolos sobre la presencia de alimento, infecciones virales o el ciclo reproductivo. El DMS es particularmente notable durante la marea baja, cuando su concentración aumenta debido a la acción de las feromonas sexuales de las algas, conocidas como ectocarpeno. Esta interacción potencia el aroma característico del mar.

El impacto del DMS en el medio ambiente

Además de contribuir al aroma del mar, el dimetil sulfuro juega un papel crucial en el ciclo del azufre, que es vital para la estabilidad de los océanos y la formación de nubes. El olor a DMS también sirve como un reclamo natural para peces y aves en busca de comida, señalando la abundancia de recursos alimenticios en la zona. Por lo tanto, cuando olemos el mar, estamos experimentando una señal ecológica que indica la presencia de vida y la interacción constante entre diversos organismos marinos.

La naturaleza interconectada del olor a mar

El olor a mar es mucho más que una simple fragancia agradable; es una manifestación de la compleja red de interacciones biológicas y químicas en el océano. Desde la descomposición de algas hasta la señalización biológica a través del DMS, cada componente juega un papel en mantener el equilibrio del ecosistema marino. Este aroma actúa como un puente entre las especies, conectando a los organismos marinos con su entorno y con otros seres vivos, incluidos nosotros. La próxima vez que inhales profundamente el aire costero, recuerda que estás participando en una antigua conversación entre las criaturas del mar.